AZORÍN, AVERROES y ANDALUCÍA / por Eduardo Balbás

Juanma Moreno se aferra al legado de Blas Infante

'..Sr. Moreno Bonilla, no haga sonar nunca más el himno con letra compuesta por ese infame individuo, proyecto contemporáneo del felón Conde Don Julián. Que no vuelva a ondear más esa bandera musulmana, también diseñada por ese canalla y sus secuaces en 1.918..'

AZORÍN, AVERROES y ANDALUCÍA

Eduardo Balbás

En junio de este año 2.025. se cumplirán los 150 años del nacimiento de José Martinez Ruiz (Azorín).

Nacido en 1.873 en una familia acomodada, Azorín fue un mal estudiante de Derecho que, tras ir desde la universidad de Valencia a otras dos o tres pasando por la de Salamanca, donde conoció a Unamuno, en busca del aprobado más asequible, finalmente abandonó la carrera por su vocación de escritor. Fue un innovador cronista de las sesiones parlamentarias en las Cortes, articulista, ensayista, novelista y dramaturgo perteneciente a la Generación del 98, término que acuñó Ortega y Gasset y difundió y popularizó el propio Azorín.

El seudónimo “Azorín” apareció por primera vez en un artículo publicado en la revista “España” en 1.904.

Su estilo es lírico y preciso, claro y lento, de una técnica que presta mucha atención al detalle, como si fuera una fenomenología de aquellos objetos donde se demora su mirada: un paisaje de Castilla, la calle de un pueblo o una catedral.

Durante la guerra se fue a París con su mujer (a pesar de haber sido tan contrario al matrimonio hasta que conoció a Julia Guinda de Urzanqui, de la que se enamoró locamente, por considerar que esta institución restaba libertad e independencia al hombre).

Al acabar la guerra regresó a España y se mostró partidario de Franco. Recibió una importante influencia literaria, además de los clásicos españoles Cervantes o Santa Teresa, de pensadores como Montaigne o Nietzsche.

Viajero infatigable por los pueblos de España, donde destaca especialmente el talento de Azorín, en mi opinión, es en los ensayos y en los artículos. Quizá su obra más conocida sea “La voluntad”, su primera novela autobiográfica, y quizá la mejor de las suyas. Trata sobre el conflicto entre la acción y la contemplación.

Bien merece Azorín una importante conmemoración de su obra durante el segundo semestre de este año por cumplirse siglo y medio de su nacimiento.

Por otro lado, el próximo año 2.026 se cumplirá el noveno centenario del nacimiento de Averroes, probablemente el filósofo hispano (cordobés) más influyente de toda nuestra historia. Averroes, gran pensador, además de jurista, juez, filósofo y médico, introdujo el aristotelismo en Europa influyendo en la escolástica y abriendo paso al racionalismo y empirismo que caracterizaría al método científico y al pensamiento occidental.

Conmemorar su pensamiento supone reconocer la honda tradición de grandes pensadores españoles como Séneca, Maimónedes y el propio Averroes, los tres cordobeses. También quiero destacar la aportación intelectual de otro gran andaluz, San Isidoro de Sevilla.

Probablemente, solo Suárez o Francisco de Vitoria, de la Escuela de Salamanca, o el mucho más reciente gran intelectual Ortega y Gasset, han alcanzado la enorme influencia internacional de los tres cordobeses anteriormente citados.

El manifiestamente mejorable presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla, bien haría en organizar una gran conmemoración por el aniversario de los novecientos años del nacimiento de este cordobés andalusí hispanomusulmán, que se sintió español por encima de todo y fue un brillante eslabón del pensamiento hispano y europeo. Y utilizar como emblema de Andalucía cada 28 de febrero, el día que se celebra el Día de Andalucía (y la autonomía andaluza que no votó favorablemente Almería), por ejemplo a los mencionados Averroes, Séneca, Maimónides, San Isidoro de Sevilla; o a los dos emperadores romanos nacidos en Sevilla (Itálica, Santiponce) Trajano y Adriano, pero POR FAVOR NUNCA MÁS desempolve la siniestra figura de Blas Infante, con su obtuso y acomplejado afán pepero de tratar de complacer a aquellos que jamás le votarán. Blas Infante fue un traidor que se convirtió al Islam, odiaba España y reivindicaba la vuelta de Al-Andalus.

Sr. Moreno Bonilla, no haga sonar nunca más el himno con letra compuesta por ese infame individuo, proyecto contemporáneo del felón Conde Don Julián. Que no vuelva a ondear más esa bandera musulmana, también diseñada por ese canalla y sus secuaces en 1.918. el Rey Fernando III el Santo, que reconquistó Jaén, Córdoba y Sevilla, y los Reyes Católicos que reconquistaron Granada, se revolverían en sus tumbas al conocer su pleitesía a Blas Infante, como la de Pedro Sánchez a Mohamed VI.

¡Vaya tropa de políticos padecemos!.