lunes, 4 de julio de 2011

Ferias de junio. Los toros en el siglo XXI... a.de C. / Por Pedro Javier Cáceres.



"...¿La crisis? Pues miren, la crisis..."
 
Ferias de junio. 
Los toros en el siglo XXI... a.de C.
 
 Por Pedro Javier Cáceres
 Madrid, 3 de Julio de 2011
El mejor promedio de las ferias de junio lo arroja Alicante con un 75,8 por 100 de ocupación y León con un 71,6. Se puede decir que ¾ de media en ambos cosos.

Algeciras ha hecho casi un 2/3 de media, el 64 por 100 de ocupación.

El que se la ha pegado ha sido el pitagorín Cañas en su reentré en Granada, poco más de media plaza de media, el 57 por 100. Ahora a ver quien cobra y si no vuelven en Granda a las andadas de su ex socio Caldas. Tal para cual.
¿Y Cutiño? Badajoz hizo una feria a la baja y así ha ido : 52 por 100 de media de aforo.

¿Está bien? ¿Está mal? ¿Qué pasa?

En cualquier caso
¿por qué no va la gente a los toros? Se dice…

Yo creo que no son resultados catastróficos, con la que está cayendo, ¡pero!… Otra cosa es que sean deficitarios, por varias causas.
Yo creo que van más de lo que el espectáculo merece, pero en fín…demos por bueno que no va la gente.

¿La crisis?
Pues miren, la crisis.
Los precios son muy altos, sobre una media en una horquilla de 40 a 60 euros un tendido de sombra.

¿Remedio? Reducción de costos para posibilitar el abaratamiento de las entradas.
¿Quién le pone el cascabel al gato?

El canon de explotación es consecuencia de la guerra sucia empresarial por conseguir plazas y las administraciones viciadas y viendo pasar cadáveres empresariales por delante sin inmutarse ni la administración ni el sector.

Nadie eche culpa a los ganaderos, muchos lidiando por debajo del precio de mercado y algunos haciendo “dumping”: vendiendo por debajo del costo de producción.

¿Los toreros? Puede ser. Hay la sensación que cobran menos de lo que vale jugarse la vida y la expresión de su arte pero mucho más de lo que generan. Difícil de conciliar ambos conceptos.

El IVA reducido y los gastos administrativos de organización podrían paliar algo, pero además de ser el chocolate del loro, otra reflexión:

¿Quién nos avalaría que todas esas hipotéticas mermas de costos repercutiría en el precio de las entradas?

¿Quién nos asegura que no irían a engordar la caja para mayor lucro del empresario o en su caso menor ruina?

¿Quién nos jura que conocedores de ello los toreros, las figuras, no incrementarían su, ya suculento, caché?

Pero miren: este espectáculo es caro y generalmente mediocre, si se quiere aburrido. No pasa nada, o sí. Pero por encima de todo es tremendamente obsoleto en la atención al cliente, insoportablemente incómodo en las mayoría de los cosos y nocivo para la salud.

Porque además de la crisis, precios y colaterales ¿ alguien se ha parado, por un momento, a pensar como en esta semana, sin ir más lejos, va a ir la gente a los toros, a las siete de la tarde con cerca de 40 grados a la sombra? Lo del sol es de suicidio.
Pero no se invierte, en nada. Y no se reconvierten modos, sistemas, estructuras y confortabilidad.

Tendidos duros, angostos y a veces sucios. Inhóspitos.
Con infraestructuras desagradables para llegar al recinto y ¿cómo hacerlo?, sin aparcamientos, escaso servicio público y atasco va, a la ida, y viene, a la salida.
¿Y para acudir o abandonar la localidad por una emergencia o simplemente a la entrada y la salida? ¿cuánto tiempo cuesta entrar al tendido en muchas plazas?

Posiblemente los cinco empresarios de estas ferias se quejen amargamente de su ruina, pero nadie abandonará; irán por más plazas y el año que viene repetirán diseño de feria en metraje y carteles: sota, caballo, rey.

Lo he dicho muchas veces esta es la fiesta del tópico que a veces se hace cruda realidad : “cartel en la esquina, olla en la cocina”, el lema del empresario taurino.

¡Ah! Y sol y moscas.

Si al menos el sol fuera más piadoso y las moscas, cientos de miles cada tarde, alguna pasara por taquilla…pues bueno.

La fiesta, los toros. Siglo XXI…pero antes de Cristo.
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