lunes, 14 de noviembre de 2011

México: Mario Aguilar... el auténtico triunfador del festejo


Mario Aguilar... el auténtico triunfador del festejo

"...Dado que la oreja que cortó Mario Aguilar fue dentro de la lidia ordinaria se constituye en el único triunfador, pues los toros de regalo, son justamente eso… un regalo para resarcir su fracaso..."

Por JOSÉ MATA
México, 13/11/2011
Segunda corrida de la Temporada Grande de la Monumental Plaza de Toros México. Ante una entrada que casi llega al medio aforo, se han lidiado ejemplares mansos de, José Marrón, primero descastado; segundo aventando cornadas de manso en el caballo para deshacer el castigo desmontando al varilarguero, tuvo son en el embestir, pero duró poco; tercero débil, soso, manso y descastado, permitió corta faena; cuarto, otro manso, descastado con la cara alta, deslucido que se refugió en tablas; quinto, no quiso embestir; huyó de la cabalgadura. Se lidiaron dos toros de regalo, que en el punto de vista de quien escribe esta crónica, constituyen una reprobable ventaja, porque los toreros se deben medir con los toros que le deparan la suerte en el lote que el sorteo le otorga. El primero de regalo, no peleó con los caballos fue reservón al principio pero su excesiva docilidad... fue parte importante para la faena; el segundo de regalo, al igual que han sido sus hermanos, fue también débil.

Eulalio López El Zotoluco: Silencio en ambos; oreja en el de regalo.

Alejandro Talavante: Saludó en el tercio y palmas; oreja en el de regalo.

Mario Aguilar: Oreja y silencio.

Detalles:

Dado que la oreja que cortó Mario Aguilar fue dentro de la lidia ordinaria se constituye en el único triunfador, pues los toros de regalo, son justamente eso… un regalo para resarcir su fracaso.

Alejandro Prado saluda en el tercio tras imponer dos pares al tercero. Fernando García, saluda en el tercio tras parear al primer regalo.

Inadmisiblemente El Zotoluco se enoja con el juez por no concederle más apéndices.

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Para fundamentar mi punto de vista, debo decirle, lector amigo, que no creo en los toros de regalo, en mi concepto, constituyen una inadmisible ventaja de los toreros que pueden solventarlos económicamente, con respecto a sus compañeros, sobre todo, cuando son modestos y no cuentan con el suficiente numerario para poder pagar todo lo que conlleva regalar un burel del perdón… el mismo toro, los sueldos de los monosabios, la banda de música, la energía eléctrica que ocupa el alumbrado, etcétera, etcétera, etcétera, y todo ello para justificar la incompetencia de no haber podido destacar, o hacer algo sobresaliente con el lote que la suerte deparó. Si el toro ha sido malo, bueno… siempre hay recursos para demostrar su valía el torero en turno. Las grandes faenas no sólo están hechas de momentos bellos, sino de imponentes instantes domeñadores. Lidiar a un toro es también un acto de gracia torera.

Por ello, en España no existe el toro de regalo… simplemente, se rompe el sano equilibrio que debe guardarse con la verdad.

Dado lo anterior, quien en verdad ha triunfado en el coso titular de México, fue el joven hidrocálido, Mario Aguilar, ya que ha cortado una oreja dentro de la lidia ordinaria. Mario, tenía que mostrar que puede remontar, y en ello ocupó el tiempo asistido de una actitud más seria inclinada hacia la seguridad, sí… los lances de recibo a su primero, han dicho tan poco, que pudo llamar la atención al ser recortados con una buena media. Pero la capa no se iba a quedar con un simple recorte, así que el quite por tafalleras apareció brillante, rematado a una mano hasta en dos ocasiones.

El aire renovador que transita en el espíritu de estos jóvenes, se transmite al público por sus deseos de querer exclamar que ahí están, y por ello en cada momento de su paso por el redondel enseñan lo que van avanzando. La faena de Mario inició con un ya tradicional pase cambiado, esto es, uno de pecho, otro más por la espalda y una trincherilla, que calaron de inmediato con el gentil público, y así dar paso a la mano derecha.

Sí una mano derecha que tuvo que ir guiando al manso ejemplar a media altura, en pases alejados del cuerpo del joven torero, que si bien se reconocía la limpieza de cada trazo, se hace necesario para visitar los confines de la sublime locura… arriesgar más, embraguetarse, exponer y sentir en verdad, el por qué el toreo es grandeza.

Sí, el novel Aguilar sumó una faena deslucida, porque hacía falta evidente del ingrediente fundamental de la Fiesta… el TORO BRAVO Y ENCASTADO. Por eso, los naturales hicieron acto de presencia y destacaron por lo voluntarioso del muchacho, pero han dicho tan poco por lo deslucido del toro. Luego, las dosantinas… mmm, falta más imaginación y más bravura. Una bernardinas cumplidoras para que llegara el espadazo trasero, que fue suficiente, para que el toros acabara en el infierno, claro, de los toros malos, a donde seguramente acabó yendo en compañía de sus hermanos. La gente bonachona, ha pedido una oreja motivacional, y eso ha estado bien, lo que estará mejor es que Mario lo entienda, y se supere porque lo puede hacer.

Nada pudo recrease con la capa en el sexto, y con la muleta, muchos pases que no han dicho nada. Media, y cuatro descabellos, y a irse con el silencio aleccionador.


El Zotoluco, un esfuerzo no compensado con un descastado ejemplar de Marrón. Otro toro mansurrón, deslucido acudiendo con la cara alta, que se acabó apencado en tablas en donde le sacó breve, aunque meritoria faena que no convenció a ninguno de los convocados, luego, el tedio con la espada, dos pinchazos y estocada con habilidad, hizo sucumbir al bovino. Con su segundo… menos que contar, ante este lamentable escenario, a buscar el séptimo cajón, el torito de la ilusión, cosa que si en lo general no convence, menos con toreros ya consagrados como Eulalio.

Y salió el de regalo, y salió un Zotoluco hecho un jabato, larga de hinojos, lances voluntariosos, que no pasarán a la historia, pero que enciende los focos de alarma para sabe resolver el dilema que se enfrente, quizá por ello, el torero de Azcapotzalco, decidió volverse a presentarse de hinojos en el comienzo de su faena, ahí… al hilo de las tablas, para después comenzar de pié, a sumar series con la mano diestra, de voluntad que comenzaron a cambiar el ánimo de un público incrédulo hacia la tauromaquia del veterano torero.

Seguiría una mejor serie por el lado natural, que dio paso a un estupenda sucesión de pases con la derecha por la largura del trazo, así como por el sentimiento expuesto. Otra serie por el lado natural que fue estupenda y que impactó mucho más en la gente. Y más naturales… y más buen toreo. Un público encantado ante la irrebatible entrega del torero, que como rúbrica ha dejado una entera desprendida, que ha sido suficiente para que claudicara el toro.

El público ha pedido la oreja, pero El Zotoluco, quería más y en acto que dio auténtica pena ajena, olvidándose de su categoría, se puso a rogar una oreja más, echándole la gente al juez, con ademanes que en nada sustentan justamente esa categoría que se supone detenta.

No obstante, después de que le otorgan el auricular, en acto que devalúa el propio torero el trofeo conquistado tras buena faena a un toro escogido de regalo, se lo obsequia al monosabio Gamucita, como desprecio por no haber tenido más, para acabar dando una vuelta, que deseamos de muchas más, pero tras faenas en sus toros del lote que la suerte le ha concedido.


El de Badajoz, Alejandro Talavante, ha estado bien… simplemente: bien. Buenos lances sembrado en la arena, pases con la derecha despaciosos, aunque eso sí… abusando del pico de la muleta. Pero la asfixiante mansedumbre del toro provoca que se venga a menos, y en medio de todo ello, aparece una arrucina estropeada, un cambio de mano por la espalda que impacta, unas manoletinas al estilo José Tomás, para estar tan fatal con el acero… un pinchazo, otro que desquicia al torero, y por fin, una entera que no calmaría el notorio enfado.

Nada pudo hacer con la capichuela, con su segundo el señor Talavante, así que se esperaba que luciera con la muleta, por ello, después de unos muletacillos de tanteo, comenzó con la mano zurda a intentar engarzar pases que constituyeran una buena serie, lo que no acabó ocurriendo, porque el toro se retractaba de embestir. ¿Se retractaba? ¡No!, se retractó, por la falta de casta y ausencia de bravura. Abrevió, un pinchazo y una entera ha sido suficiente.

En España… nunca hubiera pensado en justificar el fracaso, o la mala suerte, o como usted, lector amigo, le quiera llamar, pero… estaba en México, y aquí… ¡viva el torito del perdón!

Así que regaló uno más, para mostrarse vistoso con el capote, y con la muleta torear con la derecha con gusto, intercalando una arrucina por ahí. Y, luego, decidirse a llenar al universo taurino de una sucesión de arrucinas, en un palmo de terreno con el bovino que no daba muestras más que de docilidad… ¿acaso rayaba en lo amaestrado? Y luego dio paso al toreo tremendista, con toreo por la espalda exponiendo, bueno, los toreros nunca dejan de exponer, más cuando hacen el toreo verdad, y ese sólo se puede hacer cuando frente a ellos tienen al AUTÉNTICO TORO BRAVO. En fin, que decide entrar a matar dejando un espadazo sumamente trasero, que fue suficiente para hacer sucumbir a su toro de regalo, y llevarse una orejilla más en la espuerta.

¿Eso habrá complacido y convencido en verdad al señor Talavante?

Según yo… ¡no!, pero esa respuesta sólo la puede tener el propio Alejandro.

Para el próximo domingo:

Toros de Bernaldo de Quirós para Sebastián Castella, Octavio García El Payo y la confirmación de la alternativa de Juan Pablo Sánchez.
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Toros en el Mundo

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