miércoles, 28 de diciembre de 2011

FRANCIA: LA ENIGMA CASTELLA / Por Jean Charles Olvera

El ejemplo de torería en la plaza de Quito
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LA ENIGMA CASTELLA

Jean Charles Olvera
Francia
Las declaraciones del matador de toros francés Sebastián Castella al periódico ecuatoriano Hoy (edición del pasado 6 de diciembre durante la feria de Quito) nos deja perplejos.

Ahí nos explica que “…no me gusta la caza, no me gusta la pesca, no me gusta ver animales sufriendo. No me gusta un caballo o un perro dejado así porque ya no sirve, y que se va a morir. A mí, me da una pena tremenda, porque yo hasta lloro…”

No hay porque burlarse de su sensibilidad extrema aunque cuando su profesión (pues parece que no sea su vocación) es matador de toros, pues nos interrogamos, como el periodista ecuatoriano que le entrevistó:
“- Cuando te toca entrar a matar y no puedes, ¿cómo te sientes?
- SC: Yo voy a la plaza a torear, no a matar a un toro."
"- Pero te llaman matador...
- SC: Sí, obviamente, porque en los principios, solo se pegaban dos muletazos y se mataba. Ha evolucionado y los toreros no vamos a matar, sino a torear. La gente no quiere ver cómo matan a un toro, sino que quiere ver arte. Y hace parte dentro de ese arte la parte final, que es matar al toro.”

Lo que no le gusta.....


Enigmático Castella que se presenta en nuestras plazas como matador de toros (menos en Quito, donde se presenta sin hipocresías) y se revela ser simple toreador (por no decir torero), adepto del toreo de salón público. Si en vez de torear novillos o toros bobos y amorfos (los“bovinos artísticos” según la definición de la Federación de Sociedades Taurinas de Francia) como lo hace con sus amigos del G10 en plazas americanas y europeas (menos Madrid, Sevilla, Bilbao y otras poquísimas plazas de 1ª), si en vez de torear toritos torearía toros bien presentados, encastados y con bravura, seguro que su sentimentalismo animalista y lacrimal lo dejaría de lado.

Enigmático Castella, que ni es profeta en su propio país. En Francia, Sebastián nunca fue taquillero como lo fue Nimeño II para citar a un torero francés, o lo es José Tomas o lo fueran El Juli y Ponce, aunque Castella sea el matador más importante y galardonado que tuvimos en Francia. Galardonado quizás, pero nunca provocará el mismo interés ni la misma pasión humana que teníamos por Nimeño II. Solo hay que ver como los taurinos y aficionados franceses han recordado y homenajeado de manera unánime los 20 años de la desaparición de Christian Montcouquiol Nimeño II.

Si antes veíamos como firma personal la peculiar manera de torear casi letárgica de Castella, ahora sentimos ausencia y distancia. Frente al torito, nos parece fuera del ruedo, sin consistencia, sin hablar ni al burel ni a los tendidos. Un toreo de la ausencia y de la distancia que nos desinteresa.

El de “los pelos largos y voz de niña” (como lo describió nuestro compañero mexicano Jaime Oaxaca), nos desconcierta. Sus declaraciones ya conocidas por los antis franceses, fueron para ellos bendición y milagro de navidad.

Así, la Federación de Lucha para la Abolición de las Corridas viene de enviarle un correo, esperando que Sebastián sea del combate de losantis contra la supuesta barbarie de las corridas, correo que dice: “No ignoráis que existen varios matadores que han reconocido la crueldad de las corridas y la denuncian ahora con determinación. Entre ellos, el célebre (sic) torero colombiano Álvaro Múnera, ahora honrado por los defensores de la ética y despreciado por los que no han tolerado la grandeza de su gesto”.

¿Y ahora qué? ¿Qué responderá a estos antis y, más importante, a la afición, el enigmático Monsieur Sébastien Castella, alias “matador de toros”? ¿Estás con ellos, o con nosotros?
***

¿Le gustaba matar a su ídolo?
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7 comentarios:

  1. QUE PENA!
    PARA MI ÉSTE "SEÑOR" ERA UNO DE LOS MEJORES MATADORES Y LE TENÍAMOS ENTRE LOS PRIMEROS DEL ESCALAFÓN.
    ESTOY SEGURO QUE YA HA REUNIDO SUFICIENTE DINERO COMO PARA QUE PUEDA RETIRARSE DE POR VIDA!
    USTED HA COOPERADO PARA LA MUTILACIÓN DE LA FIESTA DE LOS TOROS, LA QUE LE DIO DINERO Y FAMA.
    USTED SEÑOR, HA SIDO UN TOREADOR; MAS NO UN MATADOR!
    CUANDO SE ELIGE UNA PROFESIÓN SE DEBE SER RESPETUOSO DE SUS REGLAS Y TRADICIONES.

    HA PENSADO TALVEZ EN LA VETERINARIA? TODAVÍA TIENE TIEMPO!

    LAMENTO DECIRLO; PERO ESPERO QUE EN EPAÑA SE LE CIERREN LAS PUERTAS!

    EDGAR BALSECA

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  2. Sería preferible dominar LA castellano si se pretende defender EL Fiesta, señor Olvera.
    Además es poco inteligente ignorar que entre EL afición hay personas que quieren mucho a LAS perros, a LAS caballos, a LAS gatos y hasta a LAS loros, y que están en total desacuerdo con EL caza, EL pesca, etc.
    Es que sólo a LAS antis se les ocurre que es igual emprenderla a escopetazos -a muy prudente distancia- contra personajes de pelo y pluma, o engañar con anzuelos a UNA pez, que estoquear a pie firme a UN fiera, a UNA toro bravo.
    Con LA respeto que me merece, atentamente, Lupi Flamingo.

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  3. Desgraciadamente, cada día es más evidente el cumplimiento de estas proféticas palabras de Enrique Tierno Galván ("Los toros, acontecimiento nacional". Escrito en 1951, publicado por la editorial Turner en 1989):

    “España es, aun hoy, el pueblo más elemental de Europa en el sentido de ser el más primigenio, es decir, el que vive los impulsos elementales con mayor espontaneidad. La inmediaticidad del español con la “sangre” es un hecho que atestigua a favor de esta tesis. En el resto de Europa la visión de la sangre desagrada y se ha procurado excluirla de los espectáculos. Incluso los procedimientos para herir y matar ponen cada día más distancia entre actor y víctima, intelectualizándose hasta el punto de suprimir la conexión por imágenes entre el acto y sus consecuencias. Se oprime un botón y ocurren ciertas cosas que no se ven. Que en una época singularmente espectacular se excluya el espectáculo de la sangre, significa que ésta, sin duda el estímulo que más afecta a los impulsos elementales, repugna.
    Los toros son, desde luego, un espectáculo cruento, pero hay una clara tendencia en ellos a evitar la visión de la sangre, lo que es testimonio, a mi juicio, de la creciente adecuación de la sensibilidad española a la europea.
    Aquello a lo que los toros apuntan es a convertirse en plástica belleza, sin fondo cruento. Hoy, aun cuando sea acontecimiento aventurero y sangriento, la euritmia, la cadencia de los movimientos y la armónica composición entre torero y toro son la parte de la fiesta que sirve de base a los juicios del público respecto al mérito o demérito de una faena.
    Al torero se le llama “artista” en el sentido de creador de belleza, y, desde luego, lo es…”

    (págs. 57-58)

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  4. Hay una ya antigua y generalizada confusión con respecto al arte aplicado al toreo. Es la de identificar “arte” con “estética”. Creo que en tal confusión - interesada para una buena parte del taurinismo, sobre todo para los toreros -, reside el quid de la cuestión.
    Al asimilar el toreo a cualquiera de la denominadas Bellas Artes, se desestima el sentido primigenio del vocablo “arte”, tal y como se empleaba aun hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX, es decir, el derivado de los conceptos griego (“tekne”) y latino (“ars”), o sea, la “destreza o habilidad para practicar un oficio” o, dicho de otra manera, la TÉCNICA necesaria para desarrollar tal oficio. Ello mismo se puede aplicar a actividades tan antiguas, complejas y nobles como “el arte de navegar”, el “arte de curar” o, incluso el “arte de la guerra”…
    Bajo ese prisma es pues una inanidad hablar de toreros “técnicos” vs. toreros “artistas”, pues se será más “artista” cuanto más “técnico” se sea.
    Bajo el prisma romántico del arte como “fruto de la inspiración”, obviando la mayor o menor dosis de TÉCNICA en su plasmación, un torero puede ser “artista” con poca o nula “técnica”, premiándose “lo bello” sobre “lo útil” (hacer un buen trabajo).
    El trabajo principal de un matador de toros es MATAR a un toro lo mejor y más adecuadamente posible, ajustándose a las reglas (tekne / ars = arte) transmitidas por la experiencia de los maestros. Solo así se le puede llamar correctamente “artista”. Cuando el “arte” se limita a componer la figura, tratando de componer igualmente la del toro (cosa bastante difícil si se trata de un toro-toro), la cosa empieza a degenerar (imaginemos a un cirujano que presta más atención a la estética que a la técnica en su quehacer diario…).
    Matador con oficio, con verdad, con nobleza para con el toro auténtico y para con el público: ese es el héroe. Y si, ADEMÁS tiene su trabajo algún destello estético, mejor que mejor.

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  5. pues de acuerdo con lo que siempre se dice fuera, España es el hijo retrasado de Europa. Sólo una sociedad muy ignorante puede defender la matanza y la tortura como tradición y cultura. Digan lo que digan, el humano (y soy demasiado bueno en poneros este adjetivo) NO es superior a los animales como xa tomar sus vidas como propias y quitarselas cuando le sale de los huevos para que unos cuantos retrógrados y con impulsos asesinos aplaudan y griten y desahoguen toda la frustración que llevan dentro, en el lomo de un pobre animal indefenso. Muy lento hay que ser para no comprender el sufrimiento, el estres y la agonía que vive cada toro cuando sale a la plaza.
    Vergonzoso me parece. VERGONZOSO. y luego pretendéis que no se os llame animales a vosotros...!

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  6. Muchas gracias Castella por venir a Quito es la unica manera de mantener viva la fiesta en Quito Con paciencia volveremos a tener la fiesta completa, nosotros estamos peleando por aquello y lo vamos a conseguir con el logico apoyo de las figuras Españolas, Francesas, Mexicanas. ?Que paso en Barcelona¿ No queremos lo mismo para Quito

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  7. Al antitaurino dogmático, aleatorio o repugnante. A ti, tú que te llamas antitaurino y nunca has tenido el menor contacto con un toro. A ti, que dices que defiendes a un animal del que solo te acuerdas cuando toca ir de manifestación… A ti, que para prohibir lo que consideras un espectáculo desagradable solo se te ocurre desnudarte y cubrirte de tomate… A ti te lo digo, si a ti, desde el respeto de los que nos denominamos aficionados.
    Siéntate un día con un torero, habla con él, escúchale. Solo así podrás saber que es amar a un animal, vivir por él. Déjale que te cuente como cuando todavía era un niño dejó aparcados los juguetes y decidió empezar a jugarse la vida… Pregúntale por qué prefirió olvidar su adolescencia para sacrificarse por un sueño, el cual, sabia de antemano que sería prácticamente imposible de alcanzar. Intenta comprender lo que significa olvidarte de todo… hasta de ti mismo, pensando, viviendo y soñando con ese animal que tu tanto defiendes… Imagínate alejado de tu familia, de tus amigos, de tu tierra y de tu gente. Y una tarde de invierno abrígate y vete al campo con él, mira como nace ese animal al que tu tanta devoción le profesas y observa como te enviste cuando todavía no tiene fuerzas para ponerse en pie… Pasa tardes, meses y años pensando en él al levantarte y soñando con él cuando llegue el fin del día… Pierde amigos y familia que nunca llegaron a entender que lo dejaras todo por un animal: el toro, que te quisieron con locura, pero que no pudieron soportar tus ausencias, que lo intentaron por todos los medios, pero que nunca llegaron a entender esa obsesión que les dejaba siempre en un segundo plano y te convirtió en una persona siempre pensativa y solitaria… Más tarde, dile al torero que te lleve unos días a su retiro invernal en el campo y pídele que te presente a un ganadero. Te acogerá sin pensarlo en su casa y te contara la verdad de la vida del toro, es el único que te puede explicar como viven, como luchan entre ellos, como se esfuerzan por ser los mejores en ese albero que para ti es un matadero. Probablemente entre los dos te aburrirán de historias de tentaderos, tardes de triunfo y de noches de decepción, porque las cosas no salieron como esperaban. Cuando amanezca el día, ellos seguirán contándote anécdotas cuyo protagonista es siempre el mismo. El toro. Si después de todo esto, todavía tienes fuerza, sal al campo, ponte cara a cara con un toro, frente a él, a pecho descubierto, mírale a los ojos e intenta adivinar qué es lo que piensa hacer… Imagínate solo por un momento el dolor de una cornada… Estate preparado, convencido y mentalizado de dejarte matar. Después vuelve a tu casa. En la próxima manifestación, desnúdate, échate tomate por encima, ponte unas falsas banderillas, alza la voz y mantén que defiendes al toro bravo, que lo amas…
    Mientras estés desgañitándote en esa manifestación, habrá un torero llorando porque no supo entender un toro, habrá un ganadero defendiendo una camada que si no fuera lidiada en la plaza hubiera muerto hace tiempo, habrá un mayoral dándole de comer a cien animales a los que conoce por su nombre y con los ojos cerrados, habrá un chaval haciendo autostop para ir a un tentadero, habrá un torero jugándose la vida en la plaza, habrá mil, dos mil, cinco mil personas disfrutando de un Arte maravilloso, de una sensibilidad extrema, de unas muñecas prodigiosas, de un baile que solo pueden bailar los valientes…
    Pero sois vosotros los que defendéis al toro bravo… No juguéis con su futuro porque estáis jugando con el futuro de mucha gente que vive sólo porque este animal respire.VIVA ESPAÑA Y LA TAUROMAQUIA.

    Feliz año para todos.

    P. C.

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