lunes, 21 de abril de 2014

El fuego amigo / Por Pedro Javier Cáceres



Genuina estampa de rivalidad del grandioso y reñido mano a mano
/Fofografía en https://www.facebook.com/wcubillo1?/

El fuego amigo

Pedro Javier Cáceres
Domingo de Resurrección: el día R en tauromaquia.
A la hora que usted esté ojeando estas líneas la suerte estará echada, según. Y a “cojón visto macho seguro”: todo el mundo a opinar y apostillar ufano ya lo sabía yo, y ¡lo dije, eh! Lo dije.

La conspiración de las figuras contra la empresa de Sevilla que ha contaminado el virus de su acción a su afición y su público encontró, de forma larvada, acomodo (en grado de venganza, o declaración de guerra -fría o caliente, violenta o de baja intensidad, de boquilla o tirones de pelo, una guerra es una guerra) yéndose, sus dos máximos exponentes —del G-5 y de la ofensiva al pretendido desahucio—, a Málaga.

Sevilla hizo de la necesidad virtud, o “de tripas corazón”, alzando a fecha tan exclusiva de la aristocracia taurina al proletariado triunfador del ejercicio pasado dándole, además, por coincidencia un tinte identitario sevillí de reivindicación localista.
Apuesta arriesgada, pocas otras opciones había más, que rompe todos los esquemas no sólo del clasicismo del clasista DR sino que da un vuelco a la estructura tradicional de abono de abril con el traspaso de cierre a apertura de la corrida de Miura, y pasar a clausurar la clásica “victorinada” del jueves de pre-feria.

Un diseño, en principio provisional, que, según resultados, se encontraría en la disyuntiva de significar un antes y un después o un pasaje circunstancial cualesquiera que sean el curso de los acontecimientos cara al año que viene.
La profusión de actos promocionales, el 15% de descuento en los abonos, la amplia campaña de publicidad más la implicación de personajes notables de la vida pública, política y taurina de la sociedad sevillana pondrán a prueba si en los toros hay vida después de las figuras.

Por su parte, en Málaga, los altos precios de las entradas para poder satisfacer las pretensiones de las figuras, forzar una fecha no habitual para convertir en tradicional, el abuso de los mano a mano, que vayan con el tupper de sus toros bajo el brazo, que no hay sorteo de las reses y que a última hora se le haya pegado una voltereta a Canal + por aquello de los “dodotis” con la sombra de lo ocurrido hace dos años (Juli, Perera, Talavante. 3.000 personas) dejan abiertas algunas incógnitas.

Especial, malsana, curiosidad causa que la que sí podría tener entidad propia para irse cuajando como fecha habitual de cita malagueña, la Corrida Picassiana del sábado de Gloria (que el año pasado salió del paso (no con mayor fracaso de público que el DR 2012 —J.Fortes con 6 toros), no haya sido el día elegido para celebrar su corrida semanasantera no haciendo la cama a Sevilla ni la puñeta a los aficionados que podrían haberse organizado el pack de procesiones y toros.

Máxime cuando uno de los empresarios de La Malagueta es el apoderado de los dos toreros (Escribano-Luque) que se anuncian en Sevilla.
La pregunta es obvia antes que insidiosa ¿han sido Morante y Juli quienes han elegido la fecha? ¿Motivos al margen de seguir metiendo el dedo en el ojo a Sevilla?
Así este cara a cara fuera de los ruedos se va a celebrar con una climatología inestable, por igual, en principio, y con las piezas a cobrar fundamentalmente en la capacidad de convocatoria de ambos festejos para posteriormente iniciar la tercera batalla, la de las cifras, los dimes y los diretes.

Y la cuestión de fondo ¿quién manda aquí?: ¿el respeto al prestigio de un evento consolidado? ¿Que se intuya haya un toro en la plaza? o ¿que haya dos figuras para “su” corrida pret a porte?

Proclaman todos, azules y rojos, que lo importante es el torero, La Fiesta; el interés general por encima de los propios.

¡Joder! Cuerpo a tierra que vienen los míos. El fuego amigo.

A pie de página.-
El recuerdo para un grande, otro más a engrosar el elenco de “monstruos” de otras artes y la cultura, de la literatura y aficionado taurino convicto y confeso: Gabriel García Márquez.
Su presencia continua en los ruedos no era una pose ni testimonial, era todo un TESTIMONIO.
d.e.p.

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