sábado, 12 de julio de 2014

PAMPLONA: PERERA TRIUNFA, FANDIÑO TAMBIÉN / Por Domingo Delgado de la Cámara


Perera sigue intratable en su marcha triunfal 

PERERA TRIUNFA, FANDIÑO TAMBIÉN


Domingo Delgado de la Cámara
La corrida de Jandilla lidiada ayer, fue la de trapío menos espectácular de esta Feria del Toro 2014. Era una corrida de plaza de primera, pero sin excesos, más propia de Valencia o Sevilla que de Pamplona. Es evidente que ese toro de astas desmesuradas y enorme volumen, no abunda en el campo bravo. Es inevitable que alguna corrida baje en presentación respecto a las demás. La corrida de Jandilla fue una corrida fundamentalmente noble, la mayoría de los toros se dejaron torear, y hubo un toro, el segundo, que fue muy bravo y encastado. Este segundo fue un toro importante. El festejo tenía su interés, ya que compartían cartel los dos máximos triunfadores de San Isidro. Ambos supieron estar a la altura del compromiso y las espadas quedan en alto, a la espera de que llegue la Feria de Bilbao. 

Miguel Ángel Perera se enfrentó al mejor toro del encierro, el segundo. Bravo en los caballos y muy encastado en la muleta. Además, este toro tuvo clase. Fue un toro muy completo. Perera le cortó una oreja, premio totalmente ajustado a la calidad de la faena. El toro era de dos. La faena tuvo buen aire, pero faltó cadencia. Se podía haber toreado algo más despacio y con algo más de asentamiento. Es posible que Perera no se decidiera a bajar del todo la mano porque el toro gateó dos veces, pero cuando el toro no iba totalmente sometido, repetía agresivo y el toreo brotaba ligero. Perera no logró acoplarse totalmente con el toro. Es normal que los toreros tengan altibajos, como los tienen todos los seres humanos. Es imposible estar estupendo a todas horas y en todas las circunstancias. Sólo Enrique Ponce no tiene altibajos, pero es que lo de este hombre no es humano, es sobrenatural.
En el toro en el que de verdad estuvo bien Perera fue en el quinto. Un toro que se salía de las suertes con la cara alta. Y al que Perera hizo repetir, a base de una perfecta colocación, y a base de dejarle siempre la muleta en la cara. Faena muy rotunda y muy completa, llena de ligazón y cadencia, con final de inspiración ojedista. Faena de dos orejas. Pero solamente cortó una por matar a la segunda. Perera sigue intratable en su marcha triunfal. 

Iván Fandiño, tuvo delante el peor lote de la manejable corrida de Jandilla. Su primero se salió suelto del caballo y solo embistió por el pitón izquierdo. Fandiño le instrumentó la faena por este lado. Los muletazos surgieron largos y limpios. No hubo premio porque el de Orduña se tiró a matar sin confianza, dejando dos pinchazos. El sexto fue el único toro del encierro de trapío extra, se trataba se un bizco muy serio. El toro era muy mirón y le costaba repetir. Con este toro Fandiño estuvo francamente bien. Muy asentado y toreando muy despacio con la zurda. A base de esperar sin dudar, hizo pasar al toro, que pareció mejor de lo que era. Tuvo mérito enterrar la espada en todo lo alto, aunque estuviera tendida. Con los dos leños que tenía el toro, con lo astifino que era, hay que echarle mucho valor para irse derecho detrás de la espada. Oreja muy merecida. 

También hizo el paseíllo Sebastián Castella. Tuvo un lote un tanto soso, pero muy noble y manejable. Monsieur Sebastien, hizo dos faenas de lo más anodinas, repletas de muletazos rápidos, repletas de enganchones. Un toreo mecánico e insípido que propicia el mayor de los aburrimientos. Lleva mucho tiempo Castella así. Nadie pone en duda su valentía, pero su toreo está sumido en el adocenamiento y la vulgaridad. Además despenó a sus toros de dos bajonazos. Pasó por Pamplona sin decir nada.

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