miércoles, 17 de septiembre de 2014

Dolor de los pecados, propósito de enmienda y acto de contrición / Por Álvaro R. del Moral



“No descubro nada si digo que he vivido un año muy difícil, muy raro, donde se ha generado un ambiente muy agrio en ocasiones en torno a mi figura y eso me ha hecho no estar al cien por cien muchas tardes. Por unas cosas u otras me he visto envuelto en rumores o comentarios que me han afectado y eso se ha traducido en los resultados artísticos. No he estado bien muchas tardes”

Dolor de los pecados, propósito de enmienda y acto de contrición


Álvaro R. del Moral

El Juli sigue dando titulares. 
Sevilla, 16/09/2014
Son ya algunas semanas consecutivas hablando del joven maestro madrileño pero el caso es que sus dichos y sus hechos -secundados por otros matadores- han tenido mucho que ver con el extraño desarrollo de una temporada que no ha navegado a todo trapo hasta las ferias del fin de verano. En esta ocasión, la referencia a la entrevista aparecida en el penúltimo número de la revista Aplausos es más que obligada. El Juli hace un sorprendente -y encomiable- ejercicio de sinceridad en la grabadora del compañero Íñigo Crespo reconociendo las dificultades y los condicionantes que han atenazado su propia capacidad delante de los toros en este año de tribulaciones. El diestro madrileño parece animado a realizar estos actos de contrición, que se antojan terapéuticos. No ha sido el primero e imaginamos que tampoco será el último. Una cosa parece clara: quiere soltar amarras con algunos agujeros negros de sí mismo, pero sobre todo, quiere enterrar la batería de decisiones desordenadas y contraproducentes que, dicen, estarían en vías de solución en ciertas estancias forradas de damasco.

Un año difícil, raro y agrio… 
“No descubro nada si digo que he vivido un año muy difícil, muy raro, donde se ha generado un ambiente muy agrio en ocasiones en torno a mi figura y eso me ha hecho no estar al cien por cien muchas tardes. Por unas cosas u otras me he visto envuelto en rumores o comentarios que me han afectado y eso se ha traducido en los resultados artísticos. No he estado bien muchas tardes”. Son las palabras textuales de El Juli, que llega a insistir al entrevistador que no hay que buscar demasiadas excusas para justificar ese mal momento. “No he sido quien soy ni quien estoy obligado a ser”, remachaba el torero pasando por encima de la diplomacia del periodista que quería amortiguar algo el asunto. El madrileño era tajante: todas las situaciones que han rodeado la gestación, el desarrollo y el próximo desenlace de la temporada le habían afectado en las tardes más trascendentales. Una cosa importante: El Juli habla de las consecuencias, pero prefiere pasar de puntillas sobre las causas primeras de esa atmósfera viciada que ha acabado impregnando todos los rincones del toreo. Eso sí, aunque evita entrar en detalles -evidencia de que algo se andaría cociendo para revocar la situación- admite que el conflicto de Sevilla, “y otras cosas”, andarían cerca del clima enrarecido. El año que viene marchará a su aire. No sabemos en qué orilla del océano.

Comentarios de aquí y de allí. 
Hay otras cositas que contar, y la primera de ellas, inexcusable, es el excelente momento que atraviesa Pepe Moral. Las hadas de Internet nos permitieron asomarnos a su actuación en Albacete. Y hubo doble ración: una de calidad, relajo y expresión con el toro de mayor nobleza y otra de valor, entrega y ganas de ser con un animal que sólo quería arrancarle la cabeza. Hay que ponerle un pero: esa espada mellada que le impidió cortar las tres orejas que se había ganado con la muleta para convertirse en triunfador absoluto de una tarde que acabó arrojando otros titulares. Si el diestro palaciego es capaz de mantener ese tono no habrá obstáculos que le paren. Paciencia. 

Tenemos que seguir hablando de toreros sevillanos. Ya es sabido que el novillero Paco Lama de Góngora despachará seis novillos en solitario el próximo 12 de octubre para cerrar la temporada sevillana. El gesto persigue revalorizar su entibiado papel y avalar el encaje en una alternativa de campanillas para la próxima Feria de Abril. Se lo juega todo a una carta y, para qué vamos a negarlo, se hurta la posibilidad de enfrentarle a otros novilleros que han pasado por Sevilla pisando con autoridad para calibrar la verdadera medida de sus posibilidades. El entusiasmo que ha despertado el empeño entre el aficionado lo dejaremos en… descriptible. Subimos el Guadalquivir y desembarcamos en Córdoba, haciendo eco de los insistentes rumores que acercan o quieren acercar el declinante coso de Los Califas a la órbita del ya famoso millonario mexicano Alberto Bailleres. Hablamos del apoderado de Morante, comprador de vacadas y haciendas, que envenenó aquellos sueños de mayo que se han quedado en pesadilla. Veremos en que concluye todo. Y ya que hablamos del diestro de La Puebla también hay que recordar su espantada salmantina. El artista tenía que haber impartido una lección magistral de toreo de salón en la emblemática Plaza Mayor de la capital charra pero canceló el evento sin demasiadas explicaciones. Se han oído varias versiones sin confirmar para justificar el enojoso asunto. Sería bueno escuchar la suya. Y nos marchamos enviando nuestro más sentido pésame a la familia Molina Orta. Doña Ana Orta, matriarca del clan, falleció la pasada semana. Ya había rebasado con creces el siglo de vida sin que le faltara el cariño de los suyos. La anciana señora era propietaria de la ganadería que se sigue anunciando al nombre de Javier Molina, el recordado industrial sevillano que eligió el anagrama de la Mercedes para herrar sus antiguos parladés serranos en la dehesa de El Sardinero. Descanse en paz.
  • Publicado el 16 de septiembre de 2014 en la edición impresa de El Correo de Andalucía
http://blogs.elcorreoweb.es/latardecolgadaaunhombro/

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