sábado, 20 de septiembre de 2014

'Santacolomas': historia del trato entre José Luis Buendía y Álvaro Martínez Conrado / Por José María Moreno Bermejo


Presentación de la Corrida de la Quinta por José María Moreno Bermejo en presencia de Javier Aresti, en los corrales del la Plaza de Toros de Vistalegre de Bilbao

Esta interesante y bonita historia protagonizada por dos caballeros y ganaderos ejemplares, fue narrada por D. José María Moreno Bermejo en el acto de presentación de la corrida de la Quinta en el apartado del día de la pasada Feria de Bilbao, y que a la tarde sería lidiada por Antonio Ferrera, El Juli, e Iván Fandiño.
Muy celebrada resultó esta intervención del bibliófilo taurino, D. José Maria, invitado especial de D. Javier Aresti, presidente de la Junta Administrativa de la Casa de Misericordia, titular del coso bilbaíno, dejando constancia, una vez más, de su categoría de aficionado y de su valiosa erudición taurómaca. 

1“LA QUINTA”

D. José Luis Buendía y D. Álvaro Martínez Conradi pasean por “Bucaré” juntos a lomos de sus caballos. Es 1987; D. José Luis y D. Álvaro han llegado a un acuerdo para la compra venta de un número determinado de reses de la casta “santacoloma buendía”. D. José Luis recuerda que su abuelo D. Juan, junto a su socio y padrino Felipe Bartolomé compraron a la viuda del Conde de Santa Coloma una punta de ganado procedente de “saltillo” en los que había reses cruzadas con sangre de Ibarra. El Conde dio prestigio a la ganadería, y los Buendía, con una selección adecuada dieron personalidad propia a un encaste, el “santacoloma-buendía”. De este encaste es lo que vende D. José Luis a D. Álvaro.

D. Álvaro es un gran aficionado; ha degustado las lidias realizadas por su admirado Paco Camino a toros de la casta de “santacoloma”, de los que mató 226 ejemplares. Por otro lado, D. Álvaro ama el encaste “saltillo”; es de familia ganadera, los “Cova”, que emparentaron con los descendientes de D. Félix Moreno Ardanuy, quien adquiriera de la viuda de Saltillo las reses cárdenas que llevó a su finca “La Vega”, junto al Guadalquivir, en la desembocadura del Geníl; una de las fincas más feraces de España. Los Moreno de la Cova, Alonso Moreno de la Cova y José Joaquín Moreno Silva, han conservado finca y encaste con orgullo y gran afición. Hoy, D. José Joaquín, ya no hierra con la “O” montada en la “M”; está herrando con el hierro de Saltillo, la “O” con dos rayas que simula la señal de tráfico de prohibido, como indicando que se abstengan de lidiarlas aquellos que no estén bien preparados.

El trato acordado entre D. José Luis y D. Álvaro, sellado con un apretón de manos, contiene una cláusula de libre elección por parte del comprador.

D. Álvaro va reseñando sus vacas. 

–La 42, José Luis; es bonita, viva. 

-La 42, repite y apunta D. José Luis. 

–La 48; que pelo tan uniforme, me gusta.

–La 48, repite y apunta D. José Luis. 

Siguen la selección...

–La 23, dice D. Álvaro; fina de cabos, con temperamento, bien plantada.

Silencio. 

–La 23, José Luis, ¿Me has oído? 

Silencio. Al fin D. José Luis dice: 

-Mira, Álvaro, te ruego que me dejes a la 23 en casa; es de una reata que queremos mucho y me he prometido no venderla. D. Álvaro apela a su derecho. Piensa en que un trato es un trato. Por otra parte, caballero y amigo, no quiere disgustar a D. José Luis. D. José Luis piensa que no está bien que le niegue a su amigo la venta de la “Soguera”, la nº 23; y él ha prometido no venderla. Silencio tenso. Al fin D. José Luis, dice: 

-Mira, Álvaro, como no puedo venderte a la “Soguera”, quiero que te la lleves como regalo. Pero con una condición: cuando lidies el primer toro de ella, me invitarás a verlo junto a ti en la plaza.

–Hecho, dice D. Álvaro. Y gracias, amigo.

Es 23 de julio de 1989; en el burladero de ganaderos del coso de “Cuatro Caminos”, en las fiestas “santiagueñas” de Santander, D. José Luis y D. Álvaro se disponen a ver la lidia de “Soguero”, hijo de la 23 de nuestra historia. La corrida de “La Quinta” la matan: Manzanares, Ortega Cano y Rafael Camino. “Soguero” sale en 5º lugar. Ortega Cano le corta las dos orejas; el toro es arrastrado acompañado de una gran ovación. José Luis Suarez-Guanes, en su crónica “abecedaria” del día 24, dice que “Soguero” fue: “un bovino excepcional; un dechado de bravura y nobleza, al que se debió dar la vuelta al ruedo. Su calidad le hacía digno de padrear en la ganadería”.

Esta historia bien podía haberla incluido D. Luis Fernández Salcedo en sus “Cuentos del viejo mayoral”, de haberla conocido. También podría haber reflejado en su opúsculo “El toro bravo”, las características fenotípicas y de comportamiento que adornan al toro encastado, y que tan acertadamente fueron vistas por los dos ganaderos. Por fin, en su obra, “Trece ganaderos románticos”, D. Luis habría incluido a estos dos, D. Álvaro y D. José Luis, que demostraron en esta historia su caballerosidad, su señorío, su nobleza y su generosidad. Y por su gran amor al toro que da emoción.

Como Secretario General de la UBT, les recomiendo que lean, quien no lo haya hecho, las obras de D. Luis Fernández Salcedo; para mí, el mejor escritor taurino de la historia. Leer los “Cuentos del viejo mayoral” les hará amar más al toro; el actor principal de la Corrida.

Gracias a la Junta Administrativa y a la Empresa por haber pergeñado este atractivo cartel de hoy; toros encastados de un ganadero romántico para toreros poderosos. ¡Que Dios reparta suerte! 

Bilbao, 23 de agosto del 2014.


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