domingo, 23 de noviembre de 2014

Cali, 1ª de Preferia: La mala educación / por Jorge Arturo Díaz Reyes



"...Premiar errores no solo infama la categoría de la plaza sino que hace daño a la formación de aspirantes a una profesión tan exigente como es la del toreo. Los cánones y el reglamento son absolutamente claros en los requisitos para la concesión de las orejas. Por otro lado, la música no es un divertimento ni un estímulo, es un premio que debe ganarse con la lidia meritoria. Los saludos y las vueltas al ruedo deben ser pedidas por el público. 
El palco de hoy, dictó un extenso tratado de mala, de pésima educación taurina..."

La mala educación


Jorge Arturo Díaz Reyes
Crónicatoro/ Cali, Colombia, XI 22 14 / Ver Fotogalería
Tres nobles erales de Ernesto González y tres duros del Alisal probaron a seis nóveles, cuatro alumnos de la Escuela de Cali, un bogotano y un manizaleño. Solo los visitantes tocaron pelo.

Lo que son las cosas, los santacolmeños echaron dulce y los domecq picante. Los primeros repitiendo con son y fijeza y los segundos con velocidad, aspereza y más bravuconería que bravura, pero alebrestando al joven público, tanto que a uno de ellos, el quinto, “Gracioso”, colorado playerito de 330 kilos, le aplaudieron duro el arrastre, y cuando ya salía del ruedo, la presidencia (desvirolada toda la tarde) le hizo dar la vuelta al ruedo. Los seis noveles mordieron el polvo, hasta cuatro veces el último. Lógico resultado de sumar a las ganas impericia.

Sebastián Gómez de Bogotá pasea la primera oreja de la temporada caleña 2014

Sebastián Gómez, de Bogotá, con cara infantil, cuerpo pequeño y ambiciones mayores, hizo lo más completo al pastueño primero. Carisma, repertorio, larga cambiada, verónicas, revoleras, chicuelinas, media, banderillas, malas y buenas, derechas, naturales, trincheras, cambiados, pinchazo descolocado, y media chalequera contraría que Usía premió con la primera oreja de la temporada caleña 2014 (no pedida). 


Juan Sebastián, ante otro eral de gran clase, alegre y aprobado con el capote. Optó por un brindis largo y multitudinario en pleno ruedo mientras, por allá, el ignorado novillo se pegaba un estrellón de la madona contra un burladero. Quedó jodido, pero era tan bueno que maltrecho peleó bravo ante una faena caótica terminada con media estocada tendida y silenciada, tras la cual, Juan, como Pedro por su casa, se dio una vuelta espontánea, y todos tan frescos.

Esteven Hernández “Bombita”, tuvo de los tres santacolomas el de más temperamento, y estuvo ahí, tozudo, pegando, lances, pares y pases de cal y arena, conjunto inferior a las virtudes del animal, que advertido de la falta de mando se lo echó a los lomos y lo apaleó en el suelo, lesionándole una rodilla, antes de morirse de un espadazo contrario. De nuevo el palco manifestó su concepto con la oreja. 

Leandro Gutiérrez, menudo, moreno y entusiasta, pero a ratos más pendiente del vocinglero callejón que del bronco cornudo, emborronó lo bueno (que lo tuvo) con manteos, desarmes a repetición y una espada en guardia que no pudieron ser tapados por la estocada de la tarde. Pero igual, se pegó una vuelta por su cuenta, que aquí ya parece ser la norma.

Francisco Puerta, se las vio con “Gracioso” que era una exhalación… y él otra, claro. En ese berembembém, su señoría ordenaba música, la quitaba tras los desarme, volvía y la ponía, volvía y la quitaba. Todo un “disc jockey”. Tras la voltereta de rigor, un fierrazo contario, caído y con derrame, sorprendentemente no recibió peluda, pese a las airadas exigencias suyas y de sus hombres desde el ruedo. 

David Moreno, el peor librado de la tarde, fue víctima del último alisal que le ganó la pelea, lo achuchó, lo desarmó, lo aperreó, lo cogió cuatro veces y le hizo sufrir hasta la muerte, con pinchazos, espada caída, aviso y protesta popular.

Premiar errores no solo infama la categoría de la plaza sino que hace daño a la formación de aspirantes a una profesión tan exigente como es la del toreo. Los cánones y el reglamento son absolutamente claros en los requisitos para la concesión de las orejas. Por otro lado, la música no es un divertimento ni un estímulo, es un premio que debe ganarse con la lidia meritoria. Los saludos y las vueltas al ruedo deben ser pedidas por el público. El palco de hoy, dictó un extenso tratado de mala, de pésima educación taurina. 

FICHA DEL FESTEJO

Sábado 22 de noviembre 2014. Plaza de Cañaveralejo. 1ª de preferia. 
Sol. Un tercio de plaza. Sin picadores. Tres erales (1º, 2º y 3º) de Ernesto González (Santa Coloma), nobles y bravos, y tres de El Alisal (Domecq), veloces y ásperos, al 5º “Gracioso” de 330 kilos Nº 397 se le dio vuelta al ruedo. Todos aplaudidos, excepto el 6º.

Sebastián Gómez, oreja.
Juan Sebastián, vuelta.
Esteven Hernández “Bombita”, oreja. 
Leandro Gutiérrez, vuelta.
Francisco Puerta, palmas. 
David Moreno, pitos.

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