sábado, 16 de mayo de 2015

20 años sin Lola Flores.



Recuerdos en El Rocío, con Lolita, Manolo Herrero y Lola Flores


Hoy sábado, 16 de Mayo, se cumple un nuevo aniversario de la muerte de la más grande de las folclóricas españolas. 

Bocanegra.-
Madrid, 16 de Mayo de 2015.
Una gloria del flamenco, de la copla, de la escena, la arrolladora Faraona una "Grande de España", que cantó al toreo ensalzando el prestigio de la tauromaquia. La genial Lola Flores fusionó el sentimiento del cante con el sentir de los aficionados; cante y toros...toros y cante que beben juntos del mismo arte. Y así fue que al día siguiente de su muerte, un 17 de Mayo, Juan Lamarca, presidente de la corrida del día del abono de "San Isidro" en la plaza de toros de Las Ventas, ordenó se guardara un minuto de silencio en memoria de la grandiosa Lola. Fue la tarde del debut en el palco de joven veterinario aun vigente, Javier Morales que sigue haciendo historia en la catedral del toreo, y que preguntaba sorprendido al usía -no fue el único- ¿y por qué a Lola Flores en esta plaza de Las Ventas...? la mirada y la firme expresión que brotó de la compungida faz del presidente fue la suficiente respuesta de admiración y respeto hacia la ingente figura que caló en el corazón de todo el toreo. También fue la tarde de la confirmación de alternativa del salmantino José Ignacio Sánchez por el colombiano César Rincón ante el madrileño José Arroyo "Joselito" con toros de Baltasar Ibán. Los toreros y el público de los atestados tendidos pudieron rendir así honor a LoLa Flores compartiendo el dolor de toda España por la pérdida de su "Faraona".

Hoy, veinte años después, volvemos a recordarla con una sentida y emotiva semblanza escrita por su amigo, y amigo de todo el flamenco, Manolo Herrero, el fatídico día de la muerte de la grandiosa artista jerezana.


Escrito de Manuel Herrero Presa

******

Aquel día:
Eran las cinco menos veinte de la madrugada del 16 de mayo de 1995 cuando el corazón de Lola Flores dejó de latir en Madrid. Tenía 72 años y el coraje de vivir agotado de tanto uso. Un cáncer sobrellevado tozudamente desde que en 1972 le detectaron un quiste sospechoso consiguió superar las últimas defensas del organismo de aquella aguerrida mujer de una pieza, aunque a la enfermedad le costara lo suyo doblar el pulso a La Faraona.

Muy extenso sería el perfil biográfico de Lola, pero conviene enumerar algún dato de su peripecia vital en este momento de recuerdo en este aniversario de su muerte.
Lola Flores nació en Jerez de la Frontera el 21 enero de 1923, fecha que figura en la partida de nacimiento y permite encajar los acontecimientos biográficos y los artísticos con armonía cronológica. 
En julio de 1942 logró un triunfo notable en el madrileño teatro Fontalba, donde era artista de relleno en el espectáculo «Cabalgata»; interpretó su emblemático «Lerele» en una función benéfica; su actuación fue saludada con alborozo por la crítica. 
El 18 de febrero de 1944 se estrenó en el Teatro de la Zarzuela «Zambra», su primer espectáculo junto a Manolo Caracol; la pareja se haría legendaria. Después de romper su unión artística (y algo más) con el cantaor y firmar un contrato de seis millones de pesetas de la época con Cesáreo González, el 23 de abril de 1952 viajó a México para su primera gira americana; la leyenda de La Faraona alzaba el vuelo.

El 27 de octubre de 1957 se casó en el monasterio del Escorial con Antonio González Batista, guitarrista barcelonés conocido como «el Pescaílla». 
El 6 de mayo de 1958 nació su primogénita, Lolita; el 14 de noviembre de 1961 vino al mundo su hijo Antonio, y el 4 de noviembre de 1963, Rosario.

El 14 de septiembre de 1983 el semanario «Interviú» publicó en portada una foto de Lola Flores con el pecho al descubierto, anticipo del amplio reportaje gráfico de páginas interiores (se dice que «posado robado» en jerga profesional); la tirada de la revista superó el millón de ejemplares. De marzo de 1987 hasta 1991, cuando se dictó la sentencia definitiva que la condenaba por delitos contra la Hacienda Pública, Lola Flores vivió un calvario judicial por problemas con el fisco.

Algún dato, un puñado de cifras que ayuda a encajar el sudoku de una vida, aunque no la explique. Lo vivido se escapa por el dobladillo de las palabras, y más si se ha hecho a tope. Aunque Lola Flores se apagó hace dos décadas, su recuerdo persiste.


1 comentario:

  1. que pena¡¡ podías haber hecho un poema precioso ti tuvieras una básica noción
    de rima.¡¡¡, pero se ve que le pones mucho interés. Paul.

    ResponderEliminar