lunes, 25 de mayo de 2015

LÓPEZ SIMÓN TRIUNFA Y CONVENCE / por Domingo Delgado de la Cámara / Fotos de Andrew Moore


- Fotografías de Andrew Moore-


LÓPEZ SIMÓN TRIUNFA Y CONVENCE

Domingo Delgado de la Cámara
Cartel interesante el de ayer domingo, con toreros jóvenes y poco vistos. La novedad se agradece, llevamos muchos años viendo siempre a los mismos. Y en los chiqueros, seis toros de Las Ramblas, cuatro de ellos coloraos. No sé si ustedes se han fijado, pero últimamente los coloraos son abundantísimos. En este San Isidro ha habido muchas corridas con más toros coloraos que negros. El Cortijillo, Pedraza de Yeltes, Salvador Domecq, Parladé, Conde de Mayalde, Jandilla, Cuvillo, El Pilar, Las Ramblas, han presentado más toros rubios que morenos. Recuerdo cuando niño, que cuando salía un colorao, la gente exclamaba ¡ooooh!, por lo insólito. Ahora los coloraos son lo más normal del mundo, hay tantos como negros, a veces más. Y lo que indica es la hegemonía total del encaste Domecq.

No me gustó la corrida de Las Ramblas, mansurrona, justa de fuerzas y de poco juego. Sólo hubo un toro interesante, que no bravo, el tercero. Parecía un toro navarro, sacado de las antiguas fotografías en blanco y negro. Era como un toro de Carriquiri, colorao encedido, corniapretado y veleto. Se llamaba “Diablo”. Fue manso en el caballo y en la muleta tuvo muchísimo que torear. Tan pronto embestía muy alegre como se paraba, tan pronto iba largo como se ceñía. Tan pronto se salía por fuera como se metía por dentro. Por el pitón derecho bastante bueno, por el izquierdo bastante menos. En resumen, un toro muy exigente. 

López Simón estuvo sensacional con este toro. Fue sacado a saludar después del paseíllo en recuerdo de su machada el pasado dos de mayo y desde que se abrió de capa, demostró que otra vez venía a triunfar a toda costa. Empezó por estatuarios muy ceñidos y luego se puso a torear con la diestra. Las dos primeras series fueron muy ligadas porque el toro embistió bien. Cuando empezó a pensárselo más y a rebañar con el pitón izquierdo en los pases de pecho, Alberto no se inmutó. Estuvo muy firme y muy valiente. No dudó nunca y siempre buscó el pitón contrario del toro. Tampoco le amilanó la voltereta recibida al intentar dar un pase de pecho imposible con el toro completamente ceñido y buscando el bulto. También le toreó con limpieza con la zurda. Buen final por bajo y estocada saliendo trompicado. Junto a la de Joselito Adame, esta es la oreja mejor cortada de la feria. López Simón ha mostrado una vez más un valor espartano, pero además es capaz de pensar en la cara del toro y resolver con rapidez y eficiencia. Para triunfar no necesita el toro bobo, le vale cualquiera. Este va a funcionar en serio.

El sexto se paró pronto, en cuanto fue toreado por abajo. López Simón se pegó un arrimón desesperado, consciente de que se jugaba la Puerta Grande. Después de un pinchazo, logró una buena estocada. Tras una petición totalmente mayoritaria, el presidente concedió la oreja. Los puristas la han criticado por el pinchazo previo a la estocada. Pero el pinchazo estuvo en lo alto y la estocada fue buena. Además, después de la oreja que se dio el viernes por auténtica bazofia (eso sí, envuelta para regalo), no voy a ser yo quien critique este trofeo, conseguido después de arrimarse mucho y dar una gran tarde. Por otro lado, prefiero un pinchazo y una estocada, que un bajonazo infame a la primera, y en esta feria se han dado orejas con bajonazos. Además, esa entrega hay que premiarla y es muy necesario que salgan nuevos toreros arreando.

Víctor Barrio tuvo un lote mansote, blandorro y a menos. Me sorprendió mucho que nadie protestara al quinto, porque fue el toro más chico de toda la feria. Si se lo echan a una figura, arde la plaza…por cierto, a este toro, Jarocho le puso un gran par de banderillas. Como iba diciendo, el lote de Víctor Barrio no fue para tirar cohetes. Él estuvo queriendo, pero quizás atacó mucho, no dio sitio, y bajó la mano muy pronto. Hubo muletazos buenos, de su estilo vertical, pero le faltó ayudar algo más a los toros. Barrio necesita un toro que ponga mucho, que se mueva y repita. Sigue teniendo muchísimo crédito.

Esta ha sido la ocasión en la que he visto más decidido a David Galván. Toreó muy bien con el capote a su primero, tanto a la verónica como en un estupendo quite por gaoneras. El toro parecía tener posibilidades, pero al segundo muletazo, al inicio de la faena, el toro se cayó y se vino abajo. A partir de ahí, tuvo una embestida cansina. Galván mostró decisión y buen estilo, pero poco había que hacer. Tampoco le arredró un volteretón en un intento de estatuario al final de la faena. El cuarto toro no valió un duro, parándose muy pronto, Galván estuvo voluntarioso. Las maneras de este torero son finas y personales, ahora tiene que querer.










2 comentarios:

  1. Todo lo contrario a Esperanza Aguirre, que ni triunfa ni convence. Porque a pesar de ganar por un punto de diferencia con Manuela Carmena (Ahora Madrid), será esta la que podría gobernar el Ayuntamiento de Madrid, con el apoyo de Antonio Miguel Carmona (PSOE).

    El fracaso de Aguirre (no había nada más que verle la cara) puede pone fin a su carrera política, ella no aguantará en el puesto de concejala frente a la oposición, por más que ahora diga que sí.

    Ahora Madrid ha sido la fuerza más votada en once de los 21 distritos de la capital, mientras que el PP ha ganado en los diez restantes. En los comicios de 2011 los populares fueron la fuerza más votada en todos los distritos, excepto en Puente de Vallecas, en el que se impuso el PSOE.

    Aguirre se ha quedado a 7.839 votos de conseguir un escaño más, de modo que, aunque la de los conservadores sea la lista más votada, una coalición de Ahora Madrid y PSOE sumaría 29 concejales, la mayoría absoluta, lo que permitiría a la izquierda gobernar en la capital.

    La candidata a la Alcaldía de la capital por Ahora Madrid, Manuela Carmena (que ha obtenido 519.210, el 31,85%), ha asegurado en la Cuesta de Moyano ante miles de simpatizantes que en Madrid ha ganado una mayoría por el cambio. Ha afirmado que los madrileños tienen el gran reto de conseguir que la ciudad sea «decente». De esta manera ha tendido el guante al candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona (con 249.15215 votos, el 28%), para pactar. Tras llamar a Aguirre y Carmena por teléfono para felicitarlas, ha comparecido ante los medios y se ha comprometido a colaborar a la «gobernabilidad» y a apostar por la «transformación» de la ciudad de Madrid.

    En Génova, donde apenas había unos pocos afiliados, la presidenta del PP de Madrid y candidata a la Alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre, ha asegurado pocos minutos después de la medianoche y sin haberse cerrado el escrutinio, que se quedaría en la oposición si no es regidora. «El PP ha «recibido el mensaje» de los madrileños en las urnas», ha reconocido.

    Aguirre ha recalcado que el PP «ha sido el partido más votado» en Madrid aunque podría arrebatarle el Gobierno una suma de partidos de izquierda. En el Ayuntamiento, la popular ha defendido que han vencido «con 21 concejales», lo que, con la ley en la mano, le daría la Alcaldía por ser la lista más votada «siempre que no haya acuerdo de los otros partidos», hasta sumar los 29 ediles de la mayoría absoluta.

    Desde primera hora de la tarde, en el equipo de Aguirre se sentían los nervios por el acercamiento de Carmena en las encuestas. La preocupación del PP se debía principalmente al incremento de participación en barrios humildes de la ciudad donde en el seno del PP sabían que la candidatura de Carmena estaba «arrasando». En cambio, en las zonas que habitualmente son bastión del PP la participación se había bajado ligeramente.

    Media hora antes de que cerraran los colegios electorales, los pronósticos se mostraban tan desfavorables para el Partido Popular que decidieron renunciar a montar el llamado balcón de la victoria en el que los populares celebran sus triunfos en las urnas. Se limitaron a liberar espacio en la primera planta del número 13 de la calle Génova.

    Mal, pero muy mal haría el Partido Popular si insisten en el consuelo “de tontos” de pregonar que ganaron las elecciones.

    Diego Barceló

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  2. ¡Ya están aquí! Llegaron los rojos. La aparición “estelar” de la extrema izquierda radical y antisistema, liderada por Podemos, ese partido de nueva creación encabezado por Pablo Iglesia quien, haciendo honor a su nombre, representa la figura del “rojo” español de la II República. Un verdadero representante del Frente Popular en pleno siglo XXI.

    Se de la circunstancia de que Podemos ha sido muy criticado en 13 TV diciéndole de todo. Por cierto fue en esa cadena en el programa “La Marimorena” donde Isabel San Sebastián se burlaba el 22 de marzo de 2015 de la ruptura Pablo Iglesias-Tania Sánchez, diciendo “Se les ha roto el amor de tanto usarlo para sus chanchullos políticos”.

    Anoche precisamente estaba en el programa especial de La Marimorena que presenta Carlos Cuesta con Carmen Tomás, Graciano Palomo y otro tertuliano que no recuerdo su nombre.
    La cara del presentador y todos estos sectarios periodistas era todo un poema.

    En la mañana de ayer cuando Esperanza Aguirre fue a votar dijo: “Hoy domingo de Pentecostés, espero que el Espíritu Santo inspire a los madrileños para que voten lo mejor para Madrid”.
    Y el Espíritu Santo, quiso que Esperanza Aguirre, tuviera la “victoria más amarga”.

    Esperanza Aguirre no ha contenido la caída de votos del PP en el Ayuntamiento de Madrid y aunque su lista ha sido la más votada, la suma de Ahora Madrid y PSOE la podría dejar sin ser alcaldesa, cargo que, según ha dicho muchas veces, es el de mayor honor para un político.

    Mariano Rajoy la designó candidata con la premisa de que movilizaría a mucho electorado, y después de que ella reiterara durante meses su disposición a encabezar una lista, a ser posible la de la Alcaldía de la capital.

    Aguirre soñaba con el bastón de mando del Ayuntamiento para cerrar el círculo de su carrera política, que comenzó precisamente allí, hace ya 32 años, cuando en las elecciones de 1983 entró como edil en la oposición de la mano de Unión Liberal, para después ser reelegida concejala en 1987 ya con Alianza Popular.

    Haciendo gala de su (no siempre oportuna) sinceridad, Aguirre ha pasado los últimos dos meses y medio recibiendo las sugerencias y críticas de los vecinos -a veces sentada con ellos en un sillón tipo chester hinchable- y preparando una difícil campaña en la que el PP se jugaba perder el Ayuntamiento de Madrid, en el que ha gobernado en mayoría absoluta desde hace 24 años.

    No ha sido suficiente una campaña en la que se ha recorrido los distritos de la capital y en la que ha debatido "cara a cara" con los candidatos de PSOE, IU, UPyD, Ahora Madrid, Ciudadanos y Vox.

    Un formato que ella misma impulsó -en el caso de las elecciones autonómicas se hizo un clásico debate "a seis"- y que, a tenor de los resultados, no ha tenido el efecto que esperaba.

    Hace algo más de tres meses Aguirre puso fin a su corta trayectoria como asesora de la empresa de cazatalentos Seeliger y Conde para volver al ruedo electoral, con la idea de que Podemos no gobernara.

    Y así, la primera mujer que presidió el Senado y venció en unas elecciones autonómicas se ha enfrentado a las encuestas (negativas para el PP) y a más adversarios que nunca para intentar convertirse en la primera alcaldesa electa de la mayor ciudad de España.

    Probablemente muchos de los que la calificaron como "animal político" aquel día de septiembre en el que anunció que dejaba la presidencia de la Comunidad de Madrid y pasaba a la "segunda línea" no creyeron del todo el anuncio de Aguirre, que realmente nunca ha dejado la contienda política, para disgusto de sus rivales.

    También de aquellos en el PP que, incluso como Rajoy, han tenido que escuchar las críticas de una política que siempre se ha caracterizado por defender a ultranza su verdad y no ha rehusado ejercer de incómodo e inoportuno Pepito Grillo.

    Y allí por el Mediterráneo Rita Barberá se abrazaba con ex conseller y delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Serafín Castellano, diciéndole "¡Qué hostia!... ¡Qué hostia!", se lamenta la alcaldesa.

    Cristina Almansa



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