martes, 26 de mayo de 2015

"SAN ISIDRO": UNA ENCERRONA SOBREVENIDA / por Antolín Castro


No se arredró el madrileño y fue a portagayola tras ser heridos sus compañeros. Fotografía: Andrew Moore


"...Un susto, dos sustos, de este calibre ponen la piel de gallina y predisponen a los espectadores al recuerdo del pasado año cuando hubo de suspenderse un festejo al término del segundo toro. Estábamos en el tercero, recién recibido el novillo, y se quedó solo Francisco José Espada ante el peligro...."

UNA ENCERRONA SOBREVENIDA

España
S.I.15.- Se celebró hoy la tercera de las novilladas programadas en el ciclo isidril y toda ella, su desarrollo, se convirtió en un espectáculo con emoción e interés. Hubieron de suceder varias cosas, pero la tarde no fue de las de aburrimiento.

Dos novilleros debutaban en Las Ventas, Martín Escudero y el peruano Joaquín Galdos. Ambos terminaron su actuación antes de tiempo y en la enfermería. Curiosamente sin cornadas, uno y otro con traumatismo cráneo encefálico y conmoción cerebral. Una situación curiosa de verdad. Ser debutantes, sufrir percance en su primer astado y no llevar cornada, pero dejando por esa conmoción, precisamente, conmocionados a los espectadores cuando inertes les trasladaban a la enfermería. Quien más quien menos presentía lo peor. Por suerte parece que no fue así.

Un susto, dos sustos, de este calibre ponen la piel de gallina y predisponen a los espectadores al recuerdo del pasado año cuando hubo de suspenderse un festejo al término del segundo toro. Estábamos en el tercero, recién recibido el novillo, y se quedó solo Francisco José Espada ante el peligro. No es retórico el decir ante el peligro, pues hasta ese instante, luego también, el comportamiento de lo lidiado tenía eso, mucho peligro.

Así que el de Fuenlabrada ha tenido que matar la novillada entera, los seis. Un reto sobrevenido que ha acabado por agotar al joven novillero. No se trataba de novillos de ensueño, ni bobos, que le dejaran estar. Había que estar muy atento a las embestidas y a su cambiante comportamiento para no engrosar las filas de los heridos.

Espada no ha estado mal, aunque tampoco podamos decir que ha estado muy bien. Ha mostrado oficio y disposición, no se ha venido abajo por las facilidades, pocas, que le dieron los novillos y cuando el último, de hierro diferente, parecía tener mejores condiciones el muchacho estaba agotado y ha terminado matándolo de cualquier manera.

Aún así, es rescatable, como decimos, la disposición y a ratos, algún momento lucido. La gente le ha apoyado y fruto de esa unión consiguió cortar una oreja del cuarto y dar una vuelta en el quinto, en el que también hubo petición desestimada por el Usía.

Buen balance para tamaña empresa, viendo las dificultades. Quizá se hubiera podido aprovechar mejor algún novillo, pero ha brillado más en su actuación la cantidad que la calidad, por lo que casi era más justo premiarle con la medalla al mérito en el trabajo que con la deseada puerta grande.

Ocho novillos ha matado en la feria Francisco José y las sensaciones han estado por debajo del nivel que dejó el pasado año. Pero es justo reconocerle el oficio con el que ha resuelto una papeleta como ha sido esta tarde, que se le ha presentado de forma totalmente imprevista.

Tanto Martín Escudero, que fue cogido mientras toreaba al natural mediada la faena, como Joaquín Galdós al lancear a la verónica al primero de su lote, mostraron su personalidad y valor en el tiempo que estuvieron delante de la cara de los respectivos novillos. Esperemos se recuperen pronto de las impresionantes volteretas y los golpes sufridos.

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