viernes, 26 de junio de 2015

Y además nos sentimos indefensos / por José Luis Benlloch



Hay que hacer todo lo posible y más para que cese de una vez por todas este acoso a La Fiesta que es un acoso a España y a sus tradiciones más genuinas.

Continúan los argumentos en contra de la abolición de la Fiesta

Es algo imparable. Al menos en los medios por el momento aunque todos esperamos que surja ya mismo una reacción de todos los profesionales. La afición se sumará a cualquier propuesta de manifestación que debería producirse ya en todos los lugares en donde haya plazas de toros, No basta con desplegar pancartas en los tendidos las tardes de corridas. Hay que salir a la calle y llenar, abarrotar las calles y/o las plazas en donde están los ayuntamientos. Hay que hacer que sientan miedo los alcaldes nombrados por pactos contra natura. Hay que hacer todo lo posible y más para que cese de una vez por todas este acoso a La Fiesta que es un acoso a España y a sus tradiciones más genuinas.

Uno de los más beligerantes de entre los medios especializados es José Luis Benlloch que no cesa en el propósito que nos concierne a todos los que profesionalmente o por simple afición debemos estar más unidos que nunca.

J. A. del Moral

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Y además nos sentimos indefensos
Por José Luis Benlloch, director de Aplausos

No nos podemos engañar ni confiar porque lo único malo no es sólo el abolicionismo oficial sino el real, el que llega por la vía del obstruccionismo, por el atajo de las pegas administrativas, por la ocupación de la plaza para otros menesteres… Trabas que en tiempos de crisis pueden ser cualquier piedrecilla en el camino empresarial.

Los nubarrones abolicionistas siguen planeando sobre la España taurina. Al menos sobre parte de ella. El sarampión que venía incubándose en los últimos tiempos ha eclosionado con fuerza a partir de pactos postelectorales. A falta de ideas realizables y sobre todo de eficacia en la gestión de temas prioritarios para las ciudades y sus ciudadanos, algunos/demasiados políticos se han cebado sobre la cuestión taurina que tanto escaparate tiene y tan recurrente es. Seguramente sean más el ruido que las nueces, ya se lo decía la semana pasada y lo sigo pensando, sigo creyendo mucho más en el después que en este presente que ha generado la euforia novicia de los nuevos mandatarios. Lo digo confiado en que la realidad y la responsabilidad del gobernante que se les vendrá encima o eso deseo, les calme sus ansias de prohibición y jerarquicen con realismo y tino sus objetivos, pero en cualquier caso ni el momento es bueno ni hay que confiarse ni nadie a día de hoy es capaz de garantizar nada, ni mucho menos asegurar que el efecto Cataluña no se extienda cual chapapote por toda España. Hay alarmismo y preocupación con motivos por la deriva de los acontecimientos y no hay nadie que nos defienda.

El argumento que me abre esa rendija al optimismo de futuro, ese vendrán tiempos mejores, tiene nombres propios. Algunos de los casos que aparecían como más beligerantes se han tranquilizado, valga el ejemplo de Alicante donde una de las activistas que encabezaba las manifestaciones anti es ahora concejal de protección animal -un inciso ¿no hubiese sido mejor y más honorable que el ilustre Ayuntamiento la hubiese nombrado concejala de protección de las tantas y tantas personas que sufren tantas y tantas carencias?…- bueno pues a pesar de lo que se temía y de las intenciones que dejaron correr, no habrá referéndum sobre la celebración de corridas porque no lo consideran cuestión prioritaria han dicho, quiere decir que como poco aplazan el tema lo que no deja de ser un alivio en plenas Hogueras. Por cierto los anti convocaron la sempiterna mani el primer día de toros y no reunieron ni siquiera un par de cientos de voluntarios, incluidos asalariados. Tomen nota en el ayuntamiento.

En Ciudad Real lo mismo, amagaron y se contuvieron; en Huesca tienen un plan a medio plazo, la desaparición paulatina que espero no llegue a término. En esa guerra, el domingo en Vinaròs la supermanifestación anti congregó a ¡veinte! personas mientras en el interior la plaza lucía hermosa con un lleno rebosante… En cambio hay lugares donde persisten en su radicalismo, caso de Villena donde han metido máquinas en la plaza para inutilizarla por si acaso los pro toros se les cuelan por alguna rendija y en A Coruña y en Palma insisten en prohibir…

En el apartado de las esperanzas hay que situar los rumores que aseguran que la sentencia del Constitucional por la prohibición de Cataluña está a punto de salir y que será favorable a la Tauromaquia. Es importante, muy importante que así sea pero eso no cierra ni el debate ni las agresiones administrativas. No nos podemos engañar ni confiar porque lo único malo no es sólo el abolicionismo oficial sino el real, no el que viene por la legalidad sino el que llega por la vía del obstruccionismo o lo que es lo mismo por el atajo de las pegas administrativas, ocupación de la plaza para otros menesteres y demás trabas que en tiempos de crisis pueden ser cualquier piedrecilla en el camino empresarial.

Ese es el panorama. Grave. Y ante esa situación habría que preguntarse quién nos defiende, a vista de los sucesos, mirando en el entorno, ¡horror!, diría que nadie. Cuánto tendremos que lamentar que no prosperase aquella CAPT que alentaron Juan Pedro, Chopera y Lozano y que no era otra cosa que un organismo al estilo de la Liga de Fútbol Profesional regida por profesionales de la gestión no necesariamente del sector para evitar suspicacias y/o cruce de intereses. Dónde está, me pregunto, ese equipo jurídico que anunció con gran prosopopeya en su primera aparición pública la FIT para defender los intereses del toreo. Dónde está la capacidad de reacción de las fuerzas vivas, a los profesionales me refiero, para atajar la que se nos está viniendo encima. La sensación de indefensión lo agrava todo aún más.

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