jueves, 27 de agosto de 2015

Piedras / por Juan Manuel Rodríguez



"...transcurridos cuatro días desde entonces no se ha producido tampoco reacción oficial alguna al respecto. Se está otorgando así normalidad institucional a un hecho absolutamente reprobable.

Piedras 


27 de Agosto de 2015 -
El pasado lunes cometí un error profesional infantil y un pecado personal imperdonable. El error profesional fue emplear el verbo "apedrear" para definir lo que unos pocos seguidores del Sporting de Gijón hicieron el domingo con el autobús del Real Madrid cuando yo aún no había visto las imagenes de lo sucedido. Lo hice, eso sí, guiado por las informaciones del diario Sport o del As, que citaban (y aún hoy siguen citando, puesto que la noticia sigue colgada en Internet) una información de la Cadena Ser; leo textualmente: "El autobús del Real Madrid fue apedreado en Gijón a su llegada al estadio de El Molinón, según señaló la Cadena Ser". Esa información fue rebotada, entre otros, por EcoDiario o Atresmedia, y ahí continúa el rastro en la red para quien lo quiera seguir. Cometí un error profesional infantil al fiarme de otros y otro más de diccionario al emplear, como digo, el verbo "apedrear" cuando quien esto suscribe no ha visto aún que nadie arrojara una piedra. El pecado personal, que tiene explicación, consistió en no rectificar inmediatamente ese verbo y, puesto que efectivamente sí se violentó y agredió el autobús del Real Madrid arrojándosele objetos indeterminados, sustituirlo por otro; fue, en parte, una cuestión de falso orgullo y, creo yo, de esperanza porque, al fin, aparecieran unas imágenes que pudieran ratificar que efectivamente el autobús merengue fue apedreado y yo no estaba equivocado.

Ayer sustituí "apedrear" por "violentar" y "acosar", que es efectivamente lo que se produjo. Se arrojaron objetos contra el autobús del Real Madrid, que debiera tener el estatus de embajada volante, pero yo no puedo afirmar que dichos objetos fueran piedras. Otros medios siguen insistiendo en que el autobús fue apedreado pero yo, que no soy "otros", trabajo con las palabras y tengo que ser más minucioso. Tarjeta amarilla, creo yo, aunque habrá quien pida para mí la roja. Sustituí, como digo, el verbo "apedrear" por otros y, en general, la reacción que se produjo en Twitter fue la siguiente: "El daño ya está hecho". Omito, claro, insultos y amenazas personales. Y el daño, efectivamente, ya estaba hecho: el autobús del Real Madrid había sido acosado y unos individuos habían arrojado objetos sin determinar contra él, con los jugadores dentro, sin que ninguno de los aficionados que les rodeaban en ese momento les llamara la atención. Escondidos entre la masa, refugiados en el anonimato, protegidos por el grupo, varios individuos arrojaron objetos (que yo no puedo asegurar que fueran piedras) contra el autobús del equipo rival sin que absolutamente nadie hiciera nada. Es más, transcurridos cuatro días desde entonces, no se ha producido tampoco reacción oficial alguna al respecto. Se está otorgando así normalidad institucional a un hecho absolutamente reprobable.

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