"...En mi modesta opinión quien mejor toreó ayer fue el alternativado. Se llama Antonio Puerta y es natural de Cehejín. Paisano y alumno de Pepín Liria..."
Arrimones excesivos y demasiadas orejas
En la primera corrida de la feria Murcia se cortaron seis orejas. Dos El Juli, una Miguel Ángel Perera y tres Antonio Puerta que tomó una oportuna alternativa en sustitución a última hora del lesionado Alejandro Talavante. Si hubiera sido por el público que ocupó tres cuartos de entrada se habrían cortad0 bastantes más. El señor presidente no fue capaz de contener el entusiasmo de la gente y se vio forzado a regalar trofeos, más por el griterío de los peticionarios que por cantidad de pañuelos agitados mayoritariamente. Esta abundancia de premios distorsionó la realidad de lo acontecido. Y en vista de ello, imagino que ayer noche y hoy se publicaron crónicas que, basadas en el desmadre orejófilo, no serán del todo fiables.
No es la de Murcia la única plaza de España en la que suceden estas cosas. Pero viene siendo una de las más generosas. Y ¿por qué? Pues porque la mayoría de los públicos en la actualidad no salen de la plaza satisfechos si no se cortan todas las orejas que piden o al menos más de las realmente merecidas. Por tal estado de cosas, la suerte que más ha perdido la importancia que tuvo y que debería seguir teniendo es la de matar.
Veamos entonces las orejas que se regalaron ayer. Una de El Juli en se segundo toro que murió tras dos pinchazos más o menos hondos. La de Perera en su primero que mató de estocada bastante baja. Y la de Antonio Puerta del toro de su alternativa que murió tras una estocada muy trasera y cuatro descabellos. O sea, que de las seis, se debieron cortar la mitad.
Aparte de tal abundancia de trofeos, hemos de señalar que en la corrida que abrió la feria de Murcia los tres toreros terminaron las faenas de muleta con lo que venimos dando en llamar el “arrimón”. El arrimón consiste en ejecutar muletazos encadenados – bien sean naturales o contrarios por arriba o por abajo – sin mover los pies muy cera de la cara de los toros. Generalmente, el arrimón llega cuando los toros ya están agotados cuando no parados. Y, claro, somos muchos y yo el primero que estamos más que hartos de arrimones.
El arrimón lo inventó Paco Ojeda. En su versión más original y de ahí su trascendencia, fue que los llevó a cabo muchas veces antes toros que no habían perdido movilidad y siempre por abajo. Pero llegó un momento de su carrera en el que también Ojeda empezó a pegarse el arrimón al final de los trasteos y por arriba. Yo mismo se lo censuré diciéndole que ya estaba imitando a sus imitadores. El primer imitador que tuvo Ojeda fue Jesulín de Ubrique. Y el más fiel por el impresionante valor que tiene es Miguel Ángel Perera que es quien más lo ha puesto de moda, contagiando a casi todo el escalafón.
Hay modas que perduran más que otras. Una que todavía padecemos es la de las manoletinas, suerte menor que empezó a prodigar José Tomás cuando estaban prácticamente olvidadas tras haberlas puesto de moda Manolete.
Lo peor es que la mayoría de los nuevos toreros de la actualidad suelen terminar sus faenas con el arrimón y las manoletinas. Pa que no falte de ná… Pero bueno, vamos a ver qué pasó ayer en Murcia además de lo dicho.
La corrida de Victoriano del Río cumplió con lo que llamamos toreabilidad. Esto es, que con más o menos fuerza, resultó todo lo noble posible para que los toreros se mostraran a gusto aunque una cosa es estar a gusto y otra torear con gusto. Los mejores toros fueron los dos primeros por más bravos, sobre todo el segundo y el sexto.
En mi modesta opinión quien mejor toreó ayer fue el alternativado. Se llama Antonio Puerta y es natural de Cehejín. Paisano y alumno de Pepín Liria. Andaba casi sin torear por falta de contratos. Había sufrido una cornada tremenda en Madrid. Yo no le había visto nunca y por eso digo todo esto del joven Puerta. Valiente, templado, sencillo, fácil, naturalmente elegante, ayer toreó de capa y de muleta con suavidad y sin forzar la figura. Claro que no faltaron los arrimones. Es algo inevitable. Pero tiene planta y merece torear más. Estropeó su primera faena con los cuatro pinchazos ya reseñados. Y mató pronto y bien al último por lo que cortó las dos orejas más merecidas de la tarde. Por lo que fue el único que ayer mereció salir a hombros. Digamos también que en la cuadrilla de Antonio, actuó un magnífico peón de confianza llamado Antonio Cama, también murciaño. Excelente en la brega y en banderillas.
El Juli anda sobrado de forma, de fondo y de recursos a estas alturas de la temporada. Ayer cuajó en total abundancia a su primer toro que mató con su inimitable “julipie”. Si no se hubiera amorcillado el animal y tardado tanto en doblar, seguro que le habrían dado la segunda oreja. Pero le regalaron la del cuarto que fue un animal sin fuerza ni raza aunque muy noble que, tras perder las manos, rompió a embestir gracias a la pericia técnica de Julián. Ya hemos dicho que murió de dos simples pinchazos.
A Miguel Ángel Perera le correspondieron dos toros que tuvieron un comportamiento extraño. El que salió en tercer lugar, pasó de abanto y muy bravo en el puyazo – derribó – quedando para la muleta sin brío, soso, muy tardo y corto de viajes. Perera tuvo que pegarse el arrimón muy pronto. La oreja la cortó precisamente por el arrimón y por lo rápidamente que dobló el burel tras el bajonazo.
La oreja que podría haberle abierto la puerta grande a Perera la perdió por culpa del peón que levantó al quinto toro al repetir varias veces con la puntilla. Se enfrió el personal como suele suceder en estos casos. Fue un toro que salió como dormido y que despertó en la suerte de varas hasta derribar en su segundo viaje hacia el caballo. Esperó y persiguió ostensiblemente en banderillas y se rajó antes de la cuenta en la faena de muleta. Muy bien Ambel en la brega. Perera con este toro empezó toreando a la verónica de rodillas y asimismo genuflexo arrancó en los medios su faena de muleta. Mejor el toro por el lado derecho que por el molesto izquierdo. Perera se hizo con el animal al final del trasteo por redondos. lo mató de pinchazo y estocada caída. Ya quedó dicho que el puntillero frenó una segura petición de oreja.
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