Su nombre, Andrés Manrique; sus credenciales, el valor; su objetivo, el triunfo.
Plaza de toros La Sagra:
Villaseca de la Sagra (Toledo)
5ª del Alfarero de Oro
Novillos de Saltillo
Guillermo Valencia (en sustitución de Ángel Sánchez)-Louis Husson-Andrés Manrique
Miedo y emoción
Jueves, 10 de septiembre de 2015
Un momento de emoción ha surgido en esta tarde de miedos, el culpable ha sido un novillero colombiano, de aquellos de la huelga de hambre del pasado año, de los que llamaron "los héroes de Bogotá", que se apiñaron en lucha contra Petro, el alcalde liberticida, maestro de politicastros hispanos.
Su nombre, Andrés Manrique; sus credenciales, el valor; su objetivo, el triunfo.
La emoción surge en el "toro de la jota", el 6º de la tarde, cuando el héroe de Bogotá se va despacioso a porta gayola, de chiqueros sale un descomunal novillo, la banda de música inicia la jota ante el alboroto del respetable, sobre todo la chiquillería, larga cambiada afalorada que propina el colombiano a "Granadino", así llamado el de Saltillo, y los tendidos vibrando de emoción: la magia del toreo.
Y ahí se quedó la cosa, un momento de emoción en una tarde de miedos impuestos por un encierro complicado de la ganadería de Saltillo, mal presentado pues parecía una escalera, de menos a más, con el impresionante 6º, último del Alfarero de Oro del XVI certamen, que nos quiso recordar lo que debería haber sido, y no fue, el trapío de las cuatro citas anteriores.
Trapío en lo que a presencia se refiere, porque si hablamos de defensas volvemos a la tónica general de la feria, pitones manipulados en su integridad, o como un amigo me decía esta tarde; -!habla claro, di que están afeitados!
De los novilleros destacó Andrés Manrique, el héroe de Bogotá, muy valiente y con sitio en sus dos novillos, con la pena de la paliza que le sacudió el complicadísimo 6º, manso de libro.
Guillermo Valencia, que sustituía al lesionado Ángel Sánchez, estuvo bien con su primero, el único con un poco de nobleza, y no pudo con su segundo, de difícil lidia.
Louis Husson y su cuadrilla estuvieron realmente penosos, el novillero muy verde y la cuadrilla...un desastre. Viendo esta calamidad no tuve por menos que acordarme de mi paisano Emilio Bresó, un novillero deseoso de mostrar su tauromaquia, vertical y pausada, que esta tarde en Villaseca se hubiera comido lo que tocó a Husson con patatas o hubiera acabado en la enfermería, lo que seguro no habría hecho es correr los 400 libres en la pista-ruedo del estadio-plaza de toros, en fin...una pena que no se den oportunidades a los de la tierra y tengamos que traer a foráneos en la única sustitución del certamen, no ya por Emilio Bresó, que se lo merece, sino por lo abultado de la novillería española deseosa de tener una oportunidad, aunque esto igual no funciona así...
Una tarde más en la que los picadores perdieron el norte en su labor, que no es otra que la de ahormar las fuerzas del toro, y se pasaron en el castigo, claro que los novillos nada más salir por la puerta de los corrales levantaban pavor entre los de plata y oro y había que aplacarlos y aún así algunos se fueron sin torear.
Viendo actuar a los varilargueros me pregunto por qué no rectifican esos puyazos traseros que invalidan a los toros, aunque la respuesta es fácil, si no lo hacen es porque no quieren...
Los novillos de Saltillo, aplaudidos en su mayoría en el arrastre, pusieron picante en este soso Alfarero de Oro, marcado por el bajo nivel en el trapío de los novillos que han salido al ruedo de La Sagra. No obstante esta feria sigue siendo de muchísimo interés, mereciendo un resumen en una próxima crónica fotográfica.
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