martes, 29 de marzo de 2016

Casillas y los cuatro periodistas-gato / por Juan Manuel Rodríguez



Si, como acaba de sugerir Casillas, damos por hecho que el periodismo te puede quitar... es lógico deducir que, por esa misma regla, también te pueda poner, ¿no?...

Casillas y los cuatro periodistas-gato

Iker Casillas dijo ayer en El Larguero que no le iban a echar cuatro periodistas y que se iría cuando él decidiera. Me parece que utilizó el término de "cuatro periodistas" por no emplear la popular frase de "cuatro gatos", que denota soledad y cierto aislamiento. Pero, en el fondo, estoy por supuesto de acuerdo con Iker: ni uno, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni un millón de periodistas deben decidir el futuro de nadie, tampoco el de un futbolista. Sí me llama la atención, sin embargo, que Casillas se quede, como resúmen de su extensísima y exitosa trayectoria deportiva, con las críticas finales, que al fin y al cabo son efectuadas por cuatro periodistas-gatos, y no con el consenso absoluto que existió acerca de su figura a lo largo de más de diez años. Durante más de dos lustros, Iker fue el mejor en prensa, radio y televisión y no hizo más que recibir merecidos piropos, y esa situación probablemente tuviera algo que ver con el hecho de que Casillas era también el mejor sobre el campo y ganaba partidos él solo.

Si, como acaba de sugerir Casillas, damos por hecho que el periodismo te puede quitar... es lógico deducir que, por esa misma regla, también te pueda poner, ¿no?... El caso es que, como sucede con la inmensa mayoría de deportistas profesionales, la carrera de un futbolista nace, se desarrolla, inicia un declive y acaba muriendo. Es ley de vida. Es lo normal, lo habitual. No creo que ningún periodista quiera retirar a Casillas, sí creo que cada vez hay más periodistas que se atreven a decir (porque durante un tiempo no fue nada agradable sacar la cabecita) que Casillas ya no es el mismo, que Iker ya no es el mejor, que hay otros porteros que están mejor que él. El problema de Iker, si es que a eso se le puede llamar problema, es que cuatro periodistas han insistido machaconamente y con cierta vehemencia en hacernos ver que Casillas seguía siendo el número uno cuando ya no lo era, y esa insistencia en repetir lo del "santo" por aquí y el "santo" por allá ha acabado por volverse contra él, como ya aventuré hace tiempo que sucedería.

No sé de ningún periodista a quien Casillas haya llamado por teléfono para agradecer personalmente sus elogios, y eso que contó con ellos de una forma generalizada durante muchísimo tiempo. De lo contrario sí podría tener algún testimonio. Lo que pasa es que Iker Casillas se acostumbró al almíbar. A mí, que probablemente esté en ese cupo de cuatro periodistas-gatos a los que ayer se refirió Iker, nada me habría gustado más que verle como en sus mejores días, nada me habría gustado más que seguir admirando sus paradas salvadoras y que ganaban partidos, nada me habría gustado más que presumir del Iker capitán, del Casillas con mando en plaza, nada me habría gustado más que ponerlo como ejemplo de liderazgo en momentos de dificultad, pero desafortunadamente no fue así. Respeto, pues, para los cuatro débiles y solitarios gatos que maúllan allá a lo lejos. A Iker le pondrá o le quitará Casillas y no cuatro periodistas mal contados.

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