domingo, 25 de diciembre de 2016

¡Aleluya, aleluya, ha nacido el Salvador!



"...Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad..."

San Juan (1,1-18)


«De cómo al contemplar por vez primera los ojos de su hijo, nació una estrella nueva»:

Como un cendal la estrella fugitiva
se levantó en la luz de la mirada
con la extensión del agua sosegada
y el verde silencioso de la oliva.

En la dulce pupila pensativa
nació la luz y se encontró agraciada,
como crece el silencio en la nevada
y se funde en el mar la nieve viva.

Nació de aquel mirar nuestra alegría
—el humano mirar en cuyo vuelo
el silencio de Dios buscaba al hombre—,

y una estrella nació, la que aún nos guía,
la estrella de Belén que está en el cielo
como se forma en nuestra boca un nombre.

¡Aleluya, aleluya, ha nacido el Salvador!

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