jueves, 30 de marzo de 2017

Observatorio taurino. Un ‘melange’ para el entretiempo / por A. R. del Moral



Se ha marchado un hombre querido y respetado por la profesión. Un torero que sirvió de espejo a otros toreros y que volcó toda su sabiduría de artista y lidiador en la forja de nuevos valores.


Observatorio taurino. Un ‘melange’ para el entretiempo

El inevitable fin de Manolo Cortés, la negativa de Joselito, los hallazgos arqueológicos en la Puerta de la Carne, la nueva entrada en boxes de Roca Rey o lo que dio de sí el ciclo de Castellón ocuparon las charlas de los aficionados en la semana que se fue.


En la esperada muerte de Manolo Cortés

La noticia no podía sobresaltar. El fin de Manolo era una certeza que ya habían certificado sus íntimos. Había desaparecido de la escena taurina en los últimos meses y las noticias sobre su estado de salud sólo servían para confirmar que ya le habían sonado todos los avisos. Se ha marchado un hombre querido y respetado por la profesión. Un torero que sirvió de espejo a otros toreros y que volcó toda su sabiduría de artista y lidiador en la forja de nuevos valores. La resurrección taurina de Pepe Moral pudo ser su última gran satisfacción. Aquella tarde del Corpus de 2014, más allá de las telas del diestro palaciego se intuía el macizo concepto del gitano de Gines que había bebido del venero ordoñista. Se le echará de menos. Mucho.

Una reveladora excavación arqueológica

Cambiamos de palo, haciéndonos eco de la excavación arqueológica aparejada a la rehabilitación del antiguo mercado de la Puerta de la Carne. El edificio, una rara joya de la arquitectura racionalista, se levantó sobre los restos del antiguo matadero que se alzó en ese paraje entre los siglos XV y XIX. Allí se inventó lo que hoy entendemos como toreo. La propia palabra torero definía a uno de los oficios propios del matadero. Era la persona diestra en el manejo de las reses y certifica la histórica vinculación entre los gremios de la carnicería y la gente de coleta. El traslado de las reses, a uña de caballo, desde las dehesas cercanas a la ciudad a los corrales del histórico recinto era todo un acontecimiento popular retratado en un sorprendente cuadro de 1770 que se conserva en el comedor grande de Zahariche, la finca loreña de la familia Miura. Las gentes se subían a las almenas de la muralla que separaba las puertas de la Carne y de Carmona para presenciar un soberbio espectáculo que, andando el tiempo, sería el auténtico germen del arte de torear. Las excavaciones del viejo mercado -en trance de rehabilitación- en no dejan de ser una ventana abierta a la propia arqueología del toreo.

Entremeses variados para concluir hoy


Tenemos que hablar de Roca Rey: la lesión de Andújar está trayendo cola. El joven paladín peruano no volverá a vestirse de torero -previsiblemente- hasta el próximo Domingo de Resurrección en Sevilla. Hizo un esfuerzo impresionante para torear en Valencia, plaza de la que salió ungido como definitivo paladín de la campaña. Pero en las esquinas del toreo se empieza a hablar en voz cada vez más alta de las complicaciones de un severo traumatismo que, en condiciones normales, podría haberle llevado al quirófano. Le deseamos una pronta recuperación. Los toros cogen; los toreros tienen la obligación de ponerse delante y eso es arriesgado pero el valor – un frasco que no suele ser infinito – conviene ser escanciado con mayor sentido de la medida. Roca Rey es la sensación de la nueva hornada y volverá a levantarse para ponerse a la cabeza. Sólo deseamos que le respeten más los toros. 

También tenemos que hablar de la excelente novillada de Fuente Ymbro que abrió era y temporada en la plaza de Las Ventas. El primero dejó fuera de combate a Pablo Aguado; el resto, en evidencia a sus compañeros. Hay más cosas: como el excelente momento de Talavante, renovado en Castellón, que ha vuelto a contemplar el productivismo sin huella de López Simón o la intratable supremacía de El Juli, que afronta 2017 totalmente recrecido, secretamente espoleado por los paladines más jóvenes. También se ha hablado en estos días del rumor que situaba a Joselito en la apertura de la próxima Goyesca para reeditar el llamado cartel de los Tres Tenores en la despedida de Francisco Rivera Ordóñez. El madrileño ha dicho que nasty de plastic. Pero todo es posible en Granada. En Ronda, también.

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