jueves, 29 de junio de 2017

¡AY ESPAÑA!





¡AY ESPAÑA! 


¡Ay España!

Sí, de mis entrañas brota hoy este grito lastimero viendo todo cuanto rodea y atañe a nuestra Patria.

Sí, ¡AY ESPAÑA! es lo que me sale del alma cuando paseando por el centro de Madrid veo en que se ha convertido la plaza donde hace doscientos años los españoles se levantaron en armas contra el invasor francés en defensa de nuestra dignidad como nación. Hoy es el centro mundial de la depravación moral y perversidad, muestra genuina de lo peor del ser humano; asistimos perplejos a unos eventos auspiciados y amparados por los poderes públicos incluyendo aquí el apoyo de todos los partidos políticos. Sí, todos, incluido el PP y si no atentos a la Sra. Cifuentes o la Sra Villalobos declaradas partidarias de la amoralidad que emana de la aplicación de la doctrina LGTB.

Sí, ¡AY ESPAÑA! es la rabia que salta de mi interior cuando leo los cada vez más frecuentes ataques a todo cuanto se relaciona con las hasta ahora creencias mayoritarias del pueblo español: ataques a religiosas, asalto y quema de capillas, decapitación de imágenes……etc. Nada extraño cuando vemos instalados en el poder a los de “arderéis como en el 36” como la concejal Rita Maestre con sus tetas al aire y a su mentora la comunista Carmena.

Sí, ¡AY ESPAÑA!, es lo que me pide gritar mi ser cuando veo como dos políticos que en cualquier otro ámbito que no fuera el de la política serían nadie se reúnen y deciden estrategias para repartirse el poder e implantar su anhelado Estado totalitario: el frustrado y resentido Pedro Sánchez de una parte y el comunista bolivariano Pablo Iglesias.

Sí, ¡AY ESPAÑA! cuando leo al Presidente Rajoy decir sin pudor alguno, en un diario nacional, que ETA ha sido derrotada sin cesión alguna de rédito político. ¿Lo dirá convencido? ¿Acaso no sabe que con sólo darse una vuelta por las provincias vascongadas se puede constatar la presencia de ETA en todas partes? ¿Acaso no sabe que están en casi todos los municipios y demás Instituciones? ¿De qué va este hombre? A ver Sr, Rajoy póngase una camiseta de la selección española y dese un paseo por cualquier pueblo de la otrora españolísima Navarra y luego me cuenta.

Sí, ¡AY ESPAÑA!, cuando de sus calles desaparece la historia y se borran toda clase de símbolos no al gusto de la izquierda marxista ante la indolencia de los herederos de los que forjaron una España honesta y que hoy se avergonzarían de sus vástagos.

Sí, ¡AY ESPAÑA!, cuando vemos como los movimientos subversivos secesionistas no cesan en sus propósitos ante la simple observancia de la debilidad de los que deberían defender la unidad de la Patria y el orden constitucional y me refiero al Sr. Rajoy y a su Gobierno.


Sí, ¡AY ESPAÑA!, cuando constato la facilidad con la que veo dejarse al pueblo español manipular por los medios de todo tipo especialmente por los de la TV y alguna de sus cadenas. Es asombrosa su docilidad sin duda explicable pues esta parte ya de los propios comunicadores ya domesticados.

Las doctrinas marxistas al uso propagan a los aires que el sueño de su Estado totalitario pasa por la debilitación moral de la sociedad y saber esto es tan sencillo como leer la historia pasada. No se extrañen de cuanto ven. Entra de lleno en los planes ciertamente programados y hoy aplicados con la cooperación inocente y analfabeta de una derecha caduca y cobarde.

La situación en España es ciertamente patética y si se quiere cerca de límites peligrosos más ……no perdamos la esperanza y les explicaré porqué digo esto: el ruido es inmenso y atronador pero basta darse una vuelta por la España real para constatar que los devotos de las tesis “bolivarianas”, que los asalta capillas y destroza imágenes, que los clérigos secesionistas y sembradores de discordias, que los sediciosos separatistas y corruptos del 3%y que los ineptos políticos buscadores únicamente de sus intereses personales y de partido son ¡sí! ruidosos pero son una minoría dentro del conjunto de la sociedad española. Una sociedad dormida y anquilosada pero que tarde o temprano va a despertar.

Amigo lector, levántese temprano y dese una vuelta por nuestros montes y
parques y verá que aún hay una inmensa juventud deportista de todo signo muy lejana a la depravación que inunda estos días nuestras calles; visite o lea lo que hacen nuestros ejércitos y compruebe el patriotismo de nuestros soldados; indague lo que hacen miles de jóvenes inscritos en asociaciones solidarias; constate como existen miles y miles de seglares y clérigos que siguen las reglas cristianas; compruebe como existe un pueblo trabajador y sacrificado que sólo busca el bienestar de su familia…..etc.

Sí, esa es la España real y no aquella en la que nos quieren convertir.

Es la hora de esta España, la de siempre, la que pese a las diferencias ideológicas respecto a la aplicación de políticas que buscan el bienestar respeta su historia y sus tradiciones. Una España que quiere seguir unida y representar ante Europa la fortaleza de la gran nación que fuimos y que seguiremos siendo.

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