lunes, 27 de agosto de 2018

Cornada a Juan Leal con miuras de otra época en Bilbao / por Andrés Amorós



Con Miuras de otra época, duros y difíciles, la labor de los diestros tiene gran mérito. Destaco la lidia clásica de Octavio Chacón, un diestro en sazón.


Cornada a Juan Leal con miuras de otra época en Bilbao

  • El francés y Chacón corta una oreja; Moral pincha una estética faena a un buen sobrero de Salvador Domecq


 Andrés Amorós
ABC, Bilbao, 26/08/2018 
Brilla el sol en Bilbao, pasó la grisura, la afición ha recuperado el optimismo. Los éxitos de Roca Rey y Urdiales han sido mano de santo. La Feria –me comenta Gonzalo Guadalupe, asesor del presidente– ya tiene un argumento que contar y temas para polemizar: como debe ser. Por la mañana, el apartado de los toros, siempre una preciosa ceremonia, atrae de modo especial, por ver a los Miuras. No defraudan: toros altos, largos «como un día sin pan», de capas vistosas; no parecen gordos pero pesan cerca de seiscientos kilos. Verlos encampanarse, atentos a cualquier mínimo movimiento, y pegar pitonazos a las paredes es ya un espectáculo.

Aplaudo que se haya contratado a Octavio Chacón, la gran revelación en Las Ventas. Abre plaza un precioso cárdeno claro, que levanta una ovación: se le queda debajo, en el capote; en la muleta, es reservón, protesta, muge, embiste rebrincado. Con gran oficio, Octavio le saca muletazos de mérito, llevándolo muy tapado: una faena de torero antiguo. (Decía Juan Belmonte: «A estos toros, no cabe hacerles faena vistosa». Tenía razón, claro). Mata bien y recibe una gran ovación. El cuarto, castaño, es un «galán» de 630 kilos. Con muchos recursos, Chacón le saca chicuelinas, sin hacer la estatua, buscándole las vueltas. Embiste a la muleta con la cara por las nubes. Un amigo recuerda la frase clásica: «Esto es la guerra». Y Octavio muestra los arrestos y la técnica de un lidiador de otra época, que arriesga pero sabe muy bien lo que hace y lo mata con gran habilidad. Rueda el toro en una hermosa estampa añeja: merecida oreja. (Acierta el presidente). Si yo usara sombrero, se lo tiraría, en la vuelta al ruedo. 
El sexto, sobrero de Miura, un «pavo», de 641 kilos, corta en banderillas, siembra el pánico, pega gañafones: «una prenda», dice mi amigo. Chacón no pierde los papeles, algo que, con este toro, ya tiene mérito.


Pepe Moral torea con elegancia pero también está abriéndose camino con los encierros duros. Recibe al segundo con larga cambiada y buenas verónicas. Va bien al caballo, se luce Carbonell. El toro se queda corto; por la izquierda, no admite ni uno; muy pronto, desarrolla sentido. (Decía Corrochano: «Estos son los únicos toros que saben latín»). Moral está muy digno, sin salirse de su línea clásica y lo mata pronto. 
También flaquea y es devuelto el quinto. El sobrero burraco de Salvador Domecq es otro tipo de toro, le deja dibujar suaves lances. En el centro, liga pases cambiados y muletazos estéticos (que el Miura no hubiera permitido); destacan los naturales de trazo clásico. En su buen corte se advierte la huella del gran Manolo Cortés. Como otras veces, pierde el trofeo por la espada.

Espeluznante cornada

Es justo que repita el joven francés Juan Leal: el año pasado, se la jugó de verdad con los Miuras. (Esta mañana, ha acudido a verlos enchiquerar: un caso raro). Su toreo de cercanías está influido por Paco Ojeda. El tercero asoma la cabeza por encima del burladero de matadores pero blandea y lo cambian; corre turno. Muy bien, con los palos, Marc Leal y Manolo de los Reyes. Lo llama desde el centro, de rodillas: eso, con un Miura, sin estar fijado ni dominado, tiene mucho mérito pero es una temeridad: al cuarto muletazo, llega el revolcón, sale con el chaleco hecho jirones. Le saca algunos naturales estimables y también pasa varios sustos. Su evidente valor levanta ovaciones pero un Miura necesita otra lidia. Deja una estocada a toma y daca, Chacón le hace un torniquete en el muslo derecho y recoge la oreja, antes de pasar a la enfermería, haciendo gestos de que volverá. Se lo impide la cornada, menos grave, en el muslo derecho.

Con Miuras de otra época, duros y difíciles, la labor de los diestros tiene gran mérito. Destaco la lidia clásica de Octavio Chacón, un diestro en sazón.

Con esta corrida, concluye la Feria y también un sistema de gestión. Deseo que se encuentre una fórmula razonable para que no decaiga el prestigio de Bilbao, bastión taurino del Norte de España.

Octavio Chacón - Efe

FICHA
PLAZA DE TOROS DE VISTA ALEGRE. Domingo, 26 de agosto de agosto de 2018. Última corrida. Media entrada. Toros de Miura, incluido el sobrero (6º), muy serios y con muchas complicaciones; otro sobrero de Salvador Domecq (5º bis), de buen juego.

OCTAVIO CHACÓN, de celeste y oro. Buena estocada (saludos). En el cuarto, buena estocada (oreja). En el sexto, pinchazo y estocada (ovación de despedida).

PEPE MORAL, de grana y oro. Estocada (saludos). En el quinto, dos pinchazos y estocada (vuelta al ruedo).

JUAN LEAL, de grana y oro. Estocada (oreja). Pasa a la enfermería con una cornada menos grave en el tercio medio del muslo derecho, con dos trayectorias.

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