martes, 12 de febrero de 2019

En defensa de Marcelo / por Juan Manuel Rodríguez



Marcelo no está bien, y él lo sabe. Sabe que no está bien y sabe que, cuando llegue el sprint final, lo estará. Y en el Real Madrid saben que Reguilón es un chico fantástico, un canterano que está supliendo con sobresaliente la ausencia del mejor lateral zurdo del mundo, pero que, cuando vuelva el mejor Marcelo... jugará el mejor Marcelo.

En defensa de Marcelo

Del mismo modo que cuando se echa la vista atrás para hablar del Real Madrid de las 5 Copas de Europa seguidas nos referimos al Real Madrid de Di Stéfano, Puskas, Rial y Gento, cuando, transcurridos otros cincuenta años desde el día de hoy, echen la vista atrás para hablar del Real Madrid que conquistó (por ahora) tres Copas de Europa seguidas y 4 en 5 años se hablará del Real Madrid de Cristiano, Ramos, Bale, Benzema... y Marcelo. Marcelo Vieira llegó al Real Madrid procedente del Fluminense con 18 años y ahora tiene 30. Si miras una foto del crío que llegó a España y otra del hombre que es hoy, ni siquiera parece la misma persona. Y si no lo parece es porque probablemente no lo sea: Marcelo llegó a un equipo de fútbol y ahora está en su casa, firmó por 5 años y lleva 12. La gente probablemente no se acuerde ahora de esto pero cuando Roberto Carlos anunció en marzo de 2007 que aquella sería su última temporada como futbolista del Real Madrid después de once vistiendo la camiseta blanca, en el club se generó cierta alarma porque se iba un jugador irrepetible, el mejor lateral zurdo del mundo y que, además, transmitía siempre alegría fuera del campo.

No me atrevo a decir que Marcelo haya superado a Roberto Carlos, del mismo modo que no soy capaz de asegurar lo contrario, o sea que Roberto fuera más importante para el Madrid que Marcelo, pero esa X en la quiniela... beneficia a Marcelo puesto que, hace 12 años, la retirada de Roberto se vio como una debacle total para el Madrid. Hoy Marcelo ya es el extranjero que más temporadas ha jugado en el Real Madrid, por encima de Roberto Carlos o Di Stéfano, y es el segundo jugador de fuera con más partidos jugados. El palmarés de Marcelo incluye cuatro Ligas, cuatro Copas de Europa, tres Copas del Rey, tres Supercopas de Europa y cuatro Mundiales de clubes. Marcelo aparece siempre en el equipo del año de la UEFA, en el once mundial de la FIFA y suele hacerlo en el equipo ideal de la Liga de Campeones.

Sé que esto es el pasado, lo sé. Sé que el fútbol no tiene memoria, lo sé. Pero, y yo quiero intuir que conectado con la suplencia de Isco, me malicio que ha querido utilizarse a Marcelo para resaltar el trato discriminatorio de Solari hacia el futbolista malagueño. No voy a ser tan injusto como para decir que haya cierto ramalazo xenófobo en todos aquellos que hacen esos comentarios, pero me parece que el caso de Marcelo no tiene nada que ver con ningún otro, y por varios motivos. En primer lugar, Marcelo, que, como dije antes, llegó al Madrid con 18 años, se ha hecho hombre en el Real Madrid y se ha hecho madridista. No hay más que observar de qué modo tan ejemplar ha asumido su suplencia, que ahora mismo me parece justa, y con qué intensidad vive los partidos desde el banquillo, a diferencia de otros compañeros suyos que atraviesan una situación similar.

Marcelo no se ha cansado de repetir que él no quiere irse del Madrid, que tiene contrato aquí y que es feliz en el club y en la ciudad, pese a lo cual se le empieza a vincular a su pesar con otros equipos, el último de ellos la Juve, probablemente porque allí está su amigo Cristiano. Supongo que como todos en mayor o menor medida, Marcelo tiene que regatear a la maledicencia y hoy mismo, después de que haya vuelto a negar por enésima vez que se quiera ir, se ha dicho que quien habla del contrato... es porque se quiere marchar. De locos. Marcelo no está ni gordo ni delgado y, por supuesto, jamás ha tenido un sobrepeso de 7 kilos. Lo que sí es cierto es que el cartelito de "¡ojo, cuidado con el obeso!" se lo han colgado justo cuando se las ha tenido tiesas con algunos colegas míos de profesión. Schiller decía que la casualidad no existe y que lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.

Marcelo no está bien, y él lo sabe. Sabe que no está bien y sabe que, cuando llegue el sprint final, lo estará. Y en el Real Madrid saben que Reguilón es un chico fantástico, un canterano que está supliendo con sobresaliente la ausencia del mejor lateral zurdo del mundo, pero que, cuando vuelva el mejor Marcelo... jugará el mejor Marcelo. Y, por cierto, otra diferencia importante es cómo ha ejercido Marcelo la capitanía, eso también debería conocerlo una afición que, en ocasiones, se regodea en su fama de mala-malísima con sus propios jugadores. No creo que Marcelo se merezca una estatua, lo que sí creo es que se merece respeto, el respeto que no se ha tenido con él cuando se ha asegurado que tiene 7 kilos de más. Y si eso me gusta poco, menos me gusta que se le ataque a él para salvaguardar a otros.

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