martes, 28 de mayo de 2019

LAS VENTAS. Albaserrada puro / por Antolín Castro


Así toreó Robleño. Qué difícil es ver torear así, incluso en las tardes de Domecq


Albaserrada puro

Madrid, 28 Mayo 2019
Teníamos hoy la primera sesión del homenaje al centenario del encaste de Albaserrada, y podemos asegurar que lo que vimos puede ser exactamente lo mismo que hace cien años daban de si los toros del citado encaste.

Lo que ha cambiado es el toreo, y no solo el llamado moderno, y el enfrentamiento es absolutamente desigual. Si el toro mantiene sus mismas armas, aquellas que hace cien años ponían a pensar a sus lidiadores, los toreros de hoy les plantean una lidia, cartilla en mano, que no suele coincidir con el texto del encaste. El resultado puede salir de aquella manera.

Pues hoy, y por distintas vías y razones, hemos visto ganar y perder en pelea tan desigual. Los albaserradas de José Escolar eran albaserradas puros y no dieron facilidad alguna a sus lidiadores para practicar con ellos todo ese repertorio que otros encastes permiten. Intenten recordar y verán como no hemos visto gaoneras, bernadinas, arrucinas y otras inas de esas que cada tarde nos hastían. Hemos visto apuros, muchos, cavilaciones varias, banderilleros y lidiadores capaces y hasta buen toreo. Todo, con la casta de muchos de los de luces, superando los miedos que, sin dudar, pasaron.

Por encima de todo vamos a destacar el buen toreo de Fernando Robleño durante la faena a su segundo. A base de valor pudo sacar meritorios muletazos por los dos pitones, si bien se aplicó mejor en las dos tandas finales, donde ligó aguantando lo que había que aguantar. Una vuelta premió su buena y torera labor. No todos los diestros son capaces de sacar muletazos como hizo Robleño a toros como estos albaserradas puros. En su primero, bastante hizo con no irse a casa, tal era la complicación que le presentaba el bicorne centenario.

Gómez del Pilar, quiso mostrarnos su decisión yéndose a portagayola en sus dos enemigos y, siendo solo un gesto, habla claro de su disposición. Luego por unas razones u otras el juego de sus toros no le permitió lucir mucho más, pero no volvió la cara y fue ovacionado por ello.

El más joven, Ángel Sánchez, era también el más inexperto de la terna. Se notó esa falta de rodaje para compromiso de tanta exigencia, aunque fue capaz de ligar unos naturales en su primero de buena caligrafía, que diría nuestro recordado compañero Jorge Guevara-Segarra. Anduvo por la plaza sin definir muchas veces cuáles eran las decisiones a tomar, pero tuvo la suerte de sentirse muy arropado por su cuadrilla.  

El centenario ha comenzado con los albaserradas puros, los de hace cien años, para bien del resultado artístico de los dos próximos días confiamos que los albaserradas sean más cercanos en el tiempo.

Entre las cuadrillas hay muchos nombres propios: Iván García con el capote y en un arriesgadísimo par de banderillas, Fernando Sánchez con su habitual torería con los palos, así como Raúl Ruiz e Iván Aguilera también con los garapullos. Pusieron la plaza en pie con sus arriesgados y espectaculares pares. Los de oro y los de plata mostraron tanta o más casta que los astados que tuvieron enfrente.

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