jueves, 30 de mayo de 2019

Un 'Director' salvó el centenario / por Antolín Castro



No fue un toro de bandera, y tampoco bravo en el caballo, las fuerzas no le acompañaban del todo, pero su fijeza y codicia podían tener premio. El premio le tocó al toro, ya en el sorteo de la mañana, al caer en las manos de Emilio de Justo. Esa fue su suerte y la de quienes estábamos viéndolo.

 Un 'Director' salvó el centenario

Madrid, 29 Mayo 2019
Así fue, pero no fue él solo quien lo salvó, necesitó de un torero, Emilio de Justo. La corrida de Victorino Martín dejó mucho que desear para tal efemérides. 

La celebración del centenario de Albaserrada merecía que la ganadería, que es el buque insignia de la A coronada, Victorino Martín, hubiera contribuido con algo más. La ya legendaria ganadería ha triunfado muchas veces con encierros más completos pero hoy no ha sido así.

Ayer tuvimos escolares y al parecer hasta que no ha salido el Director de Victorino, que hacía sexto, los escolares, revoltosos ellos, se habían hecho con los mandos. Pero llegó Director y la cosa cambió por completo.

No fue un toro de bandera, y tampoco bravo en el caballo, las fuerzas no le acompañaban del todo, pero su fijeza y codicia podían tener premio. El premio le tocó al toro, ya en el sorteo de la mañana, al caer en las manos de Emilio de Justo. Esa fue su suerte y la de quienes estábamos viéndolo.

Las verónicas de recibo y las medias que le suministró el cacereño fueron, no solo el momento vibrante que todos estábamos esperando, el punto de inflexión también que se necesitaba para que el titular de esta crónica no fuera ‘Un triste centenario’.

Emilio de Justo brindó al respetable y desde los medios citó al natural y en ese instante se obró el milagro necesario para que el centenario pueda recordarse en lugar de pasar directamente al olvido. Luego se sucedieron series al natural con cadenciosos pases de pecho y también series con la mano derecha de buen corte y ritmo. Unos naturales muy de frente pusieron la guinda a la faena. Toro y torero se pusieron de acuerdo para que la tarde no se fuera por el desagüe. Torería y verdad fueron la receta del torero para poner la plaza en ebullición. Humillación y nobleza por parte del toro. Una estocada caída acabó con el buen Director, de quien paseó una oreja De justo. Con el inválido tercero nada pudo hacer.

Sus compañeros de terna, si bien estuvieron aseados, no lograron que sus trasteos interesaran en demasía a los asistentes. Espeso Chacón y solamente pinturero Luque. El primero, ya con dos actuaciones en la feria, no parece encontrarse en el momento que le vimos el pasado año, incluso en Fallas y la Feria de Abril, ofreciendo una imagen de dudas que antaño no presentaba. Todavía le queda otra tarde para que Chacón sea el que todos queremos.

El fino estilista sevillano, como dirían en una presentación boxística, estuvo más cerca del postureo que de la hondura en su quehacer con el primer toro, que junto a su segundo, fueron los toros ‘hermanitas de la caridad’ que le salieron a Victorino. Luego repitió, con menos acierto, en el quinto de la tarde.

Las cuadrillas se apuntaron al toro Director y ahí que saludaron todos: Morenito de Arles y Pérez Valcarce con los palos y Ángel Gómez por su lidia y por salir ileso de una voltereta tras de resbalar y caer en la cara del toro. El Director bajó su batuta para no contribuir a más trabajo en la enfermería en la feria.

Mañana llega el tercer acto de este homenaje al encaste Albaserrada, pero mucho me temo que lo que mañana quiere ver la gente es la casta limeña de Roca Rey.

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