miércoles, 29 de abril de 2020

Letanía 2020 / por Jorge Arturo Díaz Reyes



Cuánta plaza cerrada. Cuánto paseíllo abortado. Cuánta faena imposible. Cuánto toro inédito. Cuánto torero parado. Cuánta carrera cortada. Cuanta ilusión desechada. Cuánta fiesta prohibida. Cuánto suceso insuceso. Cuánto arte inconcebido. Cuánta devoción guardada. Cuanta energía retenida. Cuánta noticia sin hecho. Cuánto feligrés sin rito. Cuánto antitaurino sin su razón de ser…

Letanía 2020

Jorge Arturo Díaz Reyes
Crónicatoro.com / Cali abril 28 de 2020
Mortinata, la temporada deja la vida sin vivirla. Ya no tendrá cielo, sol, nube, sombra, lluvia, calor, frío, brisa, bandera, bullicio en los pasillos, capotes en las barreras, cuadrillas en los callejones, cámaras en los atriles, público en los tendidos, clarines al viento, toros al ruedo, jaleos, pitos, palmas, ovaciones, trofeos, broncas, éxitos, fracasos, vueltas, bochornos, triunfos, derrotas, apoteosis, miedo, arrojo, sangre, gloria, pena...

Cuánta plaza cerrada. Cuánto paseíllo abortado. Cuánta faena imposible. Cuánto toro inédito. Cuánto torero parado. Cuánta carrera cortada. Cuanta ilusión desechada. Cuánta fiesta prohibida. Cuánto suceso insuceso. Cuánto arte inconcebido. Cuánta devoción guardada. Cuanta energía retenida. Cuánta noticia sin hecho. Cuánto feligrés sin rito. Cuánto antitaurino sin su razón de ser…

Lo que pudo haber sido no fue. Ya no correrá manso, bravo, aplomado; noble, avieso, avisado; borrego, marrajo, terciado; utrero, cinqueño, anovillado; negro, albahío, colorado; sardo, jabonero, atigrado; caribello, estornino, salpicado; berrendo, zambombo, vareado; dige, veleto, destartalado; gacho, delantero, facado; tuerto, feo, avacado; bonito, bruto, acompasado; tardo, abanto, aplomado; fiero, boyancón, pregonado; huido, gazapón, descastado... 

No alumbrarán verónica, revolera, chicuelina; larga, cambiada, belmontina; mariposa, gaonera, serpentina; nazarena, marinera, cacerina; farol, saltillera, fregolina. Ni vendrán caballo, vara, tumbo, susto, chillido, quite, cuarteo, sesgo, topacarnero, saludo. Ni brindis, estatuario, capeína; trinchera, natural, riverina; molinete, circular, granadina; forzado, péndulo, manoletina; noria, tresenuno, bernadina; cambio, desdén, pedresina; tanda, firma, dosantina; arrimón, distancia, vitolina; trapazo, desplante, arrucina…

Las espadas no irán a recibir, a volapié, aplaudidas; al encuentro, a capón, ignoradas; a la cruz, limpias, premiadas; al contrario, al rincón, olvidadas; a los bajos, al cuello, protestadas; adelante, atrás, atravesadas; al hueso, cortas, envainadas; medias, hondas, avisadas; completas, lagartijeras, descentradas; en guardia, degollantes, rechifladas; escupidas, alevosas, abroncadas; frontales, fulminantes, ovacionadas, fotografiadas, publicadas, perennizadas… 

Tampoco habrá devoluciones, indultos, ni arrastres aclamados, discretos, solemnes, vergonzantes, presurosos, lentos, reverentes. Ni vocerío. Ni pañuelos. Ni sombreros. Ni acuerdos. Ni desacuerdos. Ni pasodoble, ni marcha, ni pasacalle. Ni enfado. Ni alegría. Ni llegada expectante. Ni salida, con ganas de torear o de morirse...

Cuántos de siempre no volverán jamás. Dejan vacío, espera, desconcierto…

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