lunes, 20 de julio de 2020

Entrevista: Hablamos con José María Montilla / POR JAIME


Mi padre y mi tío Pepe eran grandes aficionados a los toros y me educaron en la época que ellos habían vivido de Joselito y Belmonte. Me hablaban de Domingo Ortega, Lalanda, Cagancho, Curro Puya, El Niño de la Palma… Mi madre me hizo una muletilla y toreaba en el patio de mi abuela soñando con ser torero.


Hablamos con José María Montilla

POR JAIME
Patrimonio Taurino · 20 Julio, 2020
Hoy nos marchamos a Córdoba gracias a Don Juan Lamarca. Nos marchamos a una época de gloria en Córdoba de la mano de uno de sus protagonistas, José María Montilla. Un torero cuyo recuerdo perdura pese a la brevedad de su trayectoria y con el que paseamos por una de las madres de la tauromaquia, Córdoba. Tierra de Califas, Tierra de Toreros, la tierra de José María Montilla

¿Cómo lleva el confinamiento, maestro?

Hemos estado unos meses con muchos problemas porque nos ha cogido en el campo, separados de la familia. Además las noticias era alarmantes con muchos muertos por esta infección. Ya, gracias a Dios, va poniéndose mejor y hemos llegado a tener algún contacto con familiares. 

De salud estamos bien pero nos ha preocupado muchísimo el ver las personas y los amigos que han tenido problemas o que han fallecido. Parece que esto está vencido ahora, aunque pueda volver en octubre nos cogerá más preparados pero pedimos a Dios, en la medida de lo posible, que lo evite porque España necesita un país fuerte porque hay muchos problemas que debemos afrontar unido. España no puede tener tanto paro y tanta gente sufriendo y que no tenga para comer. Vamos a pedir a Dios que ilumine a los políticos para que esto llegue a buen puerto.

¿Cómo cree que va a afectar esto al mundo del toro?

Mal. La Fiesta lleva un tiempo, pese a que tenemos a grandes figuras del toreo y ganaderías magníficas que seleccionan de forma extraordinaria pero la situación está fatal porque el pueblo lo pasa mal, las plazas no se llenan, ha habido antipatía por la Fiesta… Los antitaurinos no respetan. El toreo es un arte, está unido a la historia de España, los grandes intelectuales como Picasso, Goya, Romero de Torres; la mejor faena del toreo la hizo García Lorca al decir que la Fiesta era la Fiesta más culta del mundo. Góngora, Cervantes, Vargas Llosa, Hemingway han sido grandes aficionados cómo Benlliure en la escultura. Parte de su cultura está inspirada en la Fiesta de los toros. 

Hay una parte de pensamiento político que alardean de Picasso como comunista o de Machado como socialista y no sé cómo ellos que alardean de que ellos han contribuído a una España más justa olvidan su amor por el toro. Te diría que el toreo es madre de culturas, ha llegado también a la ópera con Carmen. 

Esto es muy fácil, el que quiera ir que vaya. Hemos tenido una manifestación en Córdoba a favor de las familias que se han quedado sin nada al no poder torear y nos han mandado ánimos tachando el toreo cómo un crimen. Respeto al que no sea aficionado pero no tolero que nos persigan. El Gobierno no está haciendo nada por defender una parte del Patrimonio Cultural y debe ser tratado igual que la música o el teatro. 

Fallan muchas cosas pero hay que ser optimista siempre y cuando haya un chavalillo que quiera ser torero.


¿Por qué decidió ser torero?

Mi padre y mi tío Pepe eran grandes aficionados a los toros y me educaron en la época que ellos habían vivido de Joselito y Belmonte. Me hablaban de Domingo Ortega, Lalanda, Cagancho, Curro Puya, El Niño de la Palma… Mi madre me hizo una muletilla y toreaba en el patio de mi abuela soñando con ser torero.

Me siento muy orgulloso de mi pasión y hace un rato, casi sin darme cuenta, he cogido una muleta que tengo en el campo y he empezado a dar muletazos. Es una cosa que, sin tú darte cuenta, te encuentras con la muleta en la mano y, a mi aire, me pongo a soñar otra vez con el toreo. 

¿Cómo recuerda esos principios?

Mi tío fue el que más influyó en que yo quisiera ser torero y fue él quién habló con Juanito Camaraá hermano de Pepe Camará, el mejor apoderado de todos los tiempos. Le habló de mí cuando tenía 14 años y a los 16 me pusieron en Priego. Tuve suerte y toree muchas novilladas, algunas en Sevilla, y no se me va a olvidar cuando los enlaces nos decían que venían las reses al matadero y saltábamos la tapia para torear a las vacas o lo que fuese que viniesen en esos corrales llenos de piedra y con unas luces que conseguían llevarse los mozos de espadas. No sé dónde las enchufaban pero nos iluminaban para dar muletazos a esas vacas que iban a ser sacrificadas.


Yo viví un momento emocionante cuando Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín se juntaron y escribieron esa página brillantísima en “El verano sangriento” dónde Ordóñez le disputaba el trono a Luis Miguel. Según los críticos lo consiguió pero porque Luis Miguel venía de vuelta porque Dominguín, en la época de Manolete, ya no tenía a nadie que pudiera con él. Luego Ordóñez se quedó sólo cómo el torero de la gente aficionada, de los ganaderos hasta que llegó El Cordobés. Camino le disputó el trono a Ordóñez y yo, que toreaba las novilladas me los encontraba en las ferias, era apasionante. La lástima es que la competencia entre Camino y Ordóñez no durara más por la irrupción de Benítez. Esa pareja sería cumbre pero el valor y la personalidad de Benítez lo destruyó, se llevo a la gente y arrasó con todo.

Manuel Benítez "El Cordobés"

Había mucho interés por el toro con esos Núñez, esos Atanasios de moda… Los encastes se iban poniendo a gusto del torero y del aficionado y surgió el Domecq. El toro y el torero atraviesan gran momento pero la pena es que estamos débiles porque la gente sólo va a las ferias importantes y la aparición del Covid nos va a destrozar para muchos años.

En esos comienzos, maestro, ¿pesaba mucho la figura de Manolete?

Muchísimo. Mi padre y mi tío me hablaban de él cómo algo extraordinario, alguien que tenía un valor excepcional, un valor frío, al que unía una gran personalidad. No creo que haya habido un torero con más personalidad que él. Sus fotografías cómo la de Barcelona, la hemeroteca mexicana y sus vídeos, cómo hacen La México porque él dejó chica el toreo y eso que tenía 25000 personas… Manolete ha sido un caso excepcional.

JOSÉ MARÍA MONTILLA

De las cosas más extraordinarias que recuerdo es ver cómo en Los Tejares se llevaba el trofeo Manolete Girón, Martorell en tres ocasiones… Todos los toreros estaban pendientes de llevarse el trofeo. Al último que vi llevárselo fue a Paco Camino y luego yo, afortunadamente, me le pude llevar. Eso me dio una impresión extraordinaria pese a no ser mi mejor faena, una tarde corté dos rabos a una corrida de Arranz con Benítez y Pedrés u otra tarde a un toro de Saltillo con Limeño y Pepe Cáceres, pero ese trofeo me emocionó porque todos los toreros de Córdoba siempre han querido parecerse en algo a uno de los mejores toreros de la historia. 

En su carrera hay grandes triunfos en Sevilla, Córdoba…

Recuerdo una tarde en la que corté un rabo en Málaga a un toro toreando con Benítez. En Valencia toree mucho y ahí descubrí que Benítez podría ser un fuera de serie. Le había visto torear muchas veces y sabía que su valor y su personalidad nadie se la podría negar.

Toreando en Valencia una de Peralta a él le tocó un toro con muchos problemas, iba al cuerpo, le dieron un palizón que yo pensé que le mataba, le vi con sangre por todos lados y le dije a Paquito Ruiz, su banderillero, que yo mataba al toro porque pensaba que el toro le iba a matar. Le quité la muleta y Benítez, mareado, me dijo “Cómo me quites la muleta, te mato”. Ahí me di cuenta que este hombre era de otra pasta en el sentido del valor natural que Dios le dio. Se levantó y le dieron los avisos, el toro le cogía para matarlo, pero el presidente aguanto el pañuelo y le pudo matar. Para mí, la tarde más histórica que le he visto.

Casi nada. Hablemos, maestro, del coso de Los Tejares.

Era precioso, era un coso que tenía el sabor de esas plazas que se hicieron en 1800. Tenía una cosa que hoy no se aguanta, la incomodidad, no estaba numerada. Tenía un gran sabor, te vestías de torero en el Hotel Victoria y atravesabas la Avenida del Generalísimo, hoy Avenida de los Tejares. Enfrente de la plaza había un hotel al que yo iba, de pequeñito, a ver a los toreros. Ibas andando a la plaza, estabas a cincuenta metros de ahí, y al entrar había una parrita que te libraba del sol. Ahí estaban todos los aficionados, había empresarios, eran momentos inolvidables el pararse y hablar con ellos cuando te contaban cómo era la corrida y cómo había funcionado en otros lados el hierro. Los aficionados con su puro, con su sombrero, son recuerdos extraordinarios de grandes aficionados que sabían ver muy bien los toros.

Usted inauguró el Coso de los Califas que sustituyó a Los Tejares, ¿cree que ese cambio perjudicó a Córdoba?

No porque había que hacer una plaza nueva, una plaza cómoda y adaptada a las exigencias actuales. Hoy vas a Los Califas y es muy cómoda. Tiene 15000 espectadores y es un gustazo ver toros allí. Es una de las plazas más cómodas y para los toreros tiene grandes instalaciones cómo la preciosa capilla, la buena enfermería… El coso tiene a los cinco Califas en bronce: Guerrita, Lagartijo, Machaquito, Manolete y El Cordobés. La plaza es muy buena pero la pena es que no se llena cuando hay toros.INA

CÓRDOBA 1965.- INAUGURACIÓN DE LA PLAZA DE TOROS DE LOS CALIFAS
"EL CORDOBÉS", "ZURITO" Y JOSÉ MARÍA MONTILLA

¿Cómo recuerda el día de la inauguración?

Fue un día muy bonito. Por la mañana me fui a ver a la Virgen de los Dolores que es una Virgen muy torera de Córdoba de la que fueron hermanos mayores los Camará. Manolete, cuando venía de México, y llevaba tiempo sin verla, lo primero que hacía era subir la cuesta del Bailío en la que hay unos azulejos que representan a la Virgen de los Dolores y allí le decía “Madre mía, vengo de México y te quiero con toda mi alma pero no me atrevo a entrar a tu capilla porque me causa un respeto enorme. Ahora que he hablado contigo, voy a entrar”.

Tuve la suerte de ir a ver a La Virgen el día de la inauguración, que por cierto fue coronada ese día, y fue para mí un día muy bonito porque vinieron los obispos de Sevilla y en La Victoria se coronó a la Señora de Córdoba.

¿Por qué se retira tan joven?

Toree en todas las plazas principales. En 1965 toree en San Isidro con Manolo Vázquez y El Pireo, en Valencia con César Girón y El Pireo, toreamos cinco toreros de Córdoba en las principales ferias: Zurito, Palmeño, El Pireo, Benítez y yo. En Zaragoza toree con Camino y Pedrés… Fue una cosa histórica para el toreo de Córdoba. 

Me fui del toreo porque lo veía muy difícil. A mí no me ha preocupado el dinero ni he soñado con él. Veía a los toreros y pensaba que estaba perdiendo el tiempo. Me retiré muy joven con corridas hechas. El año anterior había cortado una oreja cada tarde en Madrid. 

Me casé muy pronto, estaba muy enamorado, y llevé mi vida por otros derroteros. Estuve con brevedad pero me dio mucha alegría estar en el toreo. El haber conseguido trofeos como el de Manolete, el de San Cristóbal… Podía haber hecho más cosas, eso han pensado los aficionados de Córdoba y los que me vieron, pero doy gracias a Dios por levantarme con Él y poder ayudar a los demás.

¿Se retiró por una promesa?

Hubo algo de eso. Tuve la idea de pedir a Teresa de Calcuta una cosa importante en mi vida, una cosa que no tenía solución según los médicos del momento. Teresa de Calcuta vio que lo pedía de corazón, se apiadó de mí, y nadie mejor que ella que había estado tirada en los suelos con los pobres en su Nombre.

¿Qué papel juega la Religión en su vida?

Soy un cristiano con muchos defectos pero pienso que la Misericordia de Dios y su Bondad son infinitas. Si eres padre sabes que perdonamos. Le doy gracias a Dios por haberme traído y espero estar a su lado.


"Manolete", rezando  en la capilla de la Maestranza de Sevilla

Usted realizó un precioso pregón sobre la religiosidad de Manolete.

Manolete era muy hombre, en la plaza imponía su ley y marcó la época. En Córdoba se conocen muchas cosas de él que no aparecen en los libros porque eran del barrio. Manolete se educó en Los Salesianos, yo también, y allí conoció al Padre Evaristo que era un cura de Úbeda de gran afición. Manolete tenía una religiosidad extraordinaria que fue desarrollando durante toda su vida. Fue hermano mayor de El Cristo del caído cómo Lagartijo el Grande. Lagartijo era un hombre que tenía una cerca en su finca de Córdoba la vieja y cada año derribaba esa cerca todos los años para que los trabajadores tuvieran trabajo cada año y no hubiera hambre en Córdoba.

Manolete fue un hombre piadoso, bondadoso pero no se conocen sus obras porque lo que hacía su mano derecha no la sabía su mano izquierda. Cómo te he contado no se atrevía a entrar a saludar a la Virgen directamente y la pedía permiso en los azulejos de ella antes de entrar y tirarse horas hablando con su madre espiritual.

Eso me hizo hablar sobre Manolete. Llevaba sus imágenes siempre con él. Cuando Islero le coge en Linares y los doctores Guinea y Tamames (de Dominguín) vieron que no tenía solución aquello Manolete supo la verdad. Siempre estaba en contacto con Dios y al ver que no había solución pidió sus estampas de El Cristo del Caído y de su Virgen de la Soledad para morir con ellas en la mano. 

Me callo, lo admito. Impresiona el temple en la voz del maestro y lo bien que cuenta y vive lo pasado por El Monstruo. Seguimos indagando en la Fe de este gran torero cordobés que aboga por la religión entre los toreros de Córdoba.

Soy cursillista. Hace poco hice un recordatorio. Me hizo mucho bien el cursillo que hice con 21 años, soy del cursillo 100, hace más de 60 años que soy cursillista. Veo que muchos de mis compañeros ya no viven pero otros nuevos que se han hecho lo viven de manera intensa. Eso no se olvida, es una Gracia que se adquiere cuando quieres encontrar a Cristo y se hace presente en cualquier cristiano que habla de Él cómo estamos haciendo nosotros.

Cristo de los Faroles, Córdoba

No te puede dar vergüenza hablar de Cristo siendo la única verdad de la vida. Está en todos lados y le encontramos en nuestra entrevista sobre la que te tengo que agradecer el respeto que muestras. 

Cuando se va a tomar una copa es normal hablar del fútbol, de los toros… pero también debe haber sitio para hablar de Dios. Puedes comentar lo que te ha parecido el Sermón, el Evangelio… Leyendo el Evangelio el mundo sería de otra manera: la gente no estaría pasando hambre y todo estaría más y mejor repartido. Los políticos deberían practicar el bien común.

Esa labor de evangelización que todo cristiano debemos hacer, usted lo ha practicado con sus compañeros cordobeses.

Simplemente charlamos cómo tú y yo. Dios quiere que hablemos de Él cómo un hermano, cómo un amigo que nunca falla. Lo veo cómo algo natural, Él nos ha traído aquí. Tengo muchos defectos, soy una persona que busca mejorar y me considero un cristiano con problemas. Dios no ha venido a llevarse a los más perfectos, ya los tiene, y piensa en los que tienen debilidades y busca que nos encontremos con Él cómo estamos haciendo gracias a tí. Cristo es el que hace que lo bueno exista, lo malo es cosa del Maligno que ya lo está haciendo.

Maestro, estamos perdiendo los valores que tienen el cristianismo y el toreo.

Claro, los valores están en todos lados. Intento hacer lo debido aunque tengo defectos. El toreo tiene valores claros. No conozco ningún torero que no rece antes de torear. No rezas sólo por tí, rezas para que no ocurra nada a nadie. Cualquier profesional debe evitar hacer zancadillas.

Los niños aprenden valores.

Las escuelas taurinas te enseñan lo primero a ser persona. Lo primero que te dicen los profesores es que si quieres torear debes llevar tus notas del colegio. A la escuela del toreo se aprende a ser un atleta, no veas lo que pesan los trastos, y a ser un hombre. Es una profesión muy bonita, muy parecida a la que tienen las personas religiosas. Todo lo llevas de la mano de Dios. El torero reza por la mañana, le pide a Dios torear.

Yo tenía el sueño de dar una alternativa en La Maestranza y lo pude hacer al dársela a John Fulton, un torero norteamericano. 

A plaza llena.

Era un cartel modesto con Cesar Faraco, Fulton y yo pero estaba la plaza llena pese al calor del 18 de Julio. Soñé con aquello, se lo pedí a Dios, y me lo concedió. Creo que van de la mano ambas vocaciones.

El maestro nos relata su relación con Luis Miguel.

He estado muchas veces con él en La Virgen y le pude hacer una entrevista cómo me estás haciendo tú a mí. Nos caímos bien cómo me pasó con Antonio Ordóñez. Haciéndole una entrevista le pregunté que si era creyente. Me dijo que tenía que estar a la fuerza bien con Dios porque su perro (un pastor alemán) se llamaba algo de Iglesia, mi mujer Rosario, mi finca La Virgen… Si llamo al perro me acuerdo de Dios, si llamo a Pilar (sobrina de José Antonio) me acuerdo de La Virgen y cuando quedo contigo en La Virgen pues ya sabes. Los toreros han estado siempre ligados a la cristiandad.

José María Montilla al natural ayudado

¿Una vida feliz en el toro?

No habré logrado todo lo que muchos pensaban pero he toreado en todas las ferias. No tengo cómo pesadilla el no lograr eso y he sido feliz toreando de becerrista, novillero y matador. Triunfé en Madrid de novillero, corté dos orejas en Sevilla matando mal, en Córdoba el día que mejor estuve no maté y fue mi presentación en Córdoba. Había toreado una vaca en Priego pero mi primer becerro fue en Córdoba. Toree cómo si estuviera toreando de salón en el patio de mi abuela al novillo de Isaías. Salió aquello bordado y me emocioné. 

Otra vez toreé para mí en Córdoba, un día que me clavé una banderilla, y me emocioné al ver lo que la gente sentía conmigo.

Hemos repasado la grandeza de Córdoba que ahora no atraviesa su mejor momento. ¿Por qué no va la gente a la plaza?

A Córdoba nadie le va a quitar su condición de Cuna del Toreo. El que den dos corridas y en una haya media y en otra tres cuartos… Estoy ilusionado con la empresa de Garzón que es un chaval joven que viene de levantar muchas plazas y creo que va a hacer una gran labor. Qué pena que la pandemia nos quitara el trabajo que iba a hacer. Está sin ver, no ha podido dar toros, y esperemos que el año que viene haga una gran feria. Córdoba lleva el toreo en sus genes cómo lleva el cante flamenco y la poesía de Góngora. Hay que trabajar.

La pena es la falta de un torero cordobés.

Ésa es la pena. Es una pena no tener a un torero como fue Finito de Córdoba que torea más bonito que casi nadie. El tiempo pasa y no han surgido esperanzas de gran figura del toreo. Hace falta un toreo que mueva el cotarro porque Córdoba siempre ha seguido a sus toreros. Finito llevaba 5000 personas a Madrid, a El Cordobés no le hacía falta porque llenaba todas. Finito se anunciaba y media plaza eran cordobeses, inclusive en México con aviones fletados para verle presentarse en La México.

¿Por qué no salen esos toreros cordobeses?

Es muy complicado. El toreo nace en la familia y si un padre lleva a un hijo al fútbol será aficionado pero ahora no les llevan a los toros. A mí me llevaron a los toros, al cante (me entusiasmé con Caracol, Marchena, Lola Flores) y me aficioné. Si los padres llevaran a los hijos nacerían aficionados porque les explicarían a los chiquillos lo que es esto. 

La cadena tiene un eslabón roto y es difícil llevar a los chiquillos porque los padres no son aficionados.


Maestro, ¿no cree que El Cordobés ha tapado a grandes toreros cordobeses como usted, Zurito, Martorell, El Pireo?

Con la sinceridad que estamos hablando tú y yo te digo que Benítez lo que hizo fue apoyar la Fiesta. Con él los toreros ganaron más dinero. Hablas con Camino y te dice la que lío El Pelos, cómo hizo que hubiera más corridas. Tuvo a su lado a Camino, a El Viti, a Puerta, a Ostos, Aparicio, Ordóñez que no toreó nunca con él… Todos esos toreros ganaron más dinero con los llenos de Benítez. Todos estos toreros, sin Benítez, hubieran sido toreros de época. La masa estaba con Benítez pero nadie dejó de reconocer la valía de estos.

Con Benítez he toreado mucho y llenaba sin necesitar a la gente de Córdoba que también le seguía. Los Califas se hizo por él cómo también Martos que la inauguré porque Manuel toreaba al día siguiente. Benítez hizo inaugurar plazas y eso hizo beneficiar a todos los toreros porque hubo más corridas, más dinero y más gente. En Madrid se doblaron los festejos, en Valencia… porque con el nombre de Benítez se llenaron las plazas. 

Para acabar, hablemos de su faceta en la comunicación taurina.

Me gustaban los toros y me pusieron a hablar de ello. Hice un programa gracias a Pepe Escamilla que me llamó para hacer un programa de toros en Televisión Española. Hice un programa, me nombraron asesor de la Expo 92 e hice un programa cuatro años. Me centré en la ganadería, aprendí y mostré lo que mueve un hierro, la gente que mueven los ganaderos. Vi cómo se seleccionaban los toros, cómo vivían, vi el cariño de los mayorales y de los toros a ellos… Me entusiasmé con aquello y lo mostré.

No presumo de haber estado aquí ni en la Ser con Molés. He tratado, al ver una corrida de toros, de dar mi opinión enjuiciando al torero en función del toro. Siempre he reconocido el ver a un torero imponer su ley creando arte ante un toro pero siempre he tratado de ser justo. Puede tener una mala tarde y a lo mejor viene de cortar cuatro orejas en Bilbao. No puedo decir que es un sinvergüenza y que no ha estado bien pero puedo decir que no se ha adaptado a la embestida del toro. Cómo en todas las profesiones hay días en los que los toreros no están bien pero si están arriba es porque una gran cantidad de veces han estado mejor de lo que se podía esperar, han atravesado la línea roja para agradar al aficionado. 

Acabamos hablando sobre el cariño y respeto que se profesa con Juan Lamarca y con mucha paz. José María nos transmite tranquilidad en cada palabra siendo toda una enciclopedia taurina pero, sobre todo, un GRAN TORERO.


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