domingo, 29 de noviembre de 2020

ECUADOR. Pablo Aguado brilla en Tambo Mulaló

El caso es que la presentación de Pablo Aguado en la mitad del mundo cumplió con las expectativas de los aficionados que pudieron degustar del toreo del bueno. En tiempos de pandemia y de rigurosas medidas sanitarias, este espectáculo, montado con afición y seriedad, se constituye en una de las contadas escalas de una exigua temporada taurina americana. 

Pablo Aguado brilla en Tambo Mulaló
  • Cortó tres orejas y un rabo. Alfonso Cadaval pasea tres orejas y el rejoneador Álvaro Mejía, una.
Texto: Arte y Solera Feria / Fotos: Andrea Grijalva
Burladero TV / 29.11.2020
El arte del toreo es universal; su contenido y forma allanan fronteras para escenificarse en cualquier lugar del orbe taurino. La repetida frase, ratificó su vigencia la tarde del sábado en el ruedo de Tambo Mulaló; recoleto escenario ubicado en el Ecuador, a 80 kilómetros al sur de Quito, a propósito de la celebración del segundo festival Arte y Solera que marcó el debut en esta latitud del torero sevillano Pablo Aguado.

Fue en el segundo de su lote, un buen astado de Peñas Blancas con el que el artista expuso su tauromaquia de preciosistas formas y cuidadosos acabados. Ya con el capote las verónicas iniciales y las del quite, avisaron a los espectadores del curso de la faena. Despacio, por alto, manejó la muleta en una serie inicial para encontrar en los terrenos de los medios, el espacio ideal para un pulido trasteo que adquirió mayor belleza al usar la tela roja con la mano izquierda.

Fueron cuatro estupendas series, alternadas con notables secuencias con el engaño en la diestra; en las que Pablo, ligó lentos y profundos pases cargados de torería. Las trincherillas iniciales y los de pecho después, otorgaron fuerza a un sobrio conjunto, premiado al final con dos orejas y rabo tras una estocada en lo alto.

En el astado que completó su lote, demostró su categoría, ante un oponente de menores prestaciones al que, con paciencia, dibujó templados muletazos, retribuidos al final con un apéndice.

Alfonso Cadaval pisó tierras americanas con la disposición propia de un joven torero que busca construir un nombre y una imagen. Con los astados que lidió, mostró solvencia y soltura y en especial, con el sexto de regalo, un bravo ejemplar de Peñas Blancas, al que facturó una entonada faena premiada con dos orejas.

El rejoneador local Álvaro Mejía, otra vez, supo triunfar. Con su caballo Bolero clavó los rejones de castigo; prendió banderillas con ajuste y emoción montando a Torero, para, al final, recibir una merecida oreja.

El caso es que la presentación de Pablo Aguado en la mitad del mundo cumplió con las expectativas de los aficionados que pudieron degustar del toreo del bueno. En tiempos de pandemia y de rigurosas medidas sanitarias, este espectáculo, montado con afición y seriedad, se constituye en una de las contadas escalas de una exigua temporada taurina americana. 

Plaza de toros de Tambo Mulalo en Latacunga (Ecuador). Festival taurino “Arte y Solera”. Astados de las ganaderías de Peñas Blancas, Vistahermosa, Santa Coloma y Mirafuente, uno de ellos de regalo. Lleno de “No hay billetes” en el aforo permitido.

Ficha del festejo:

Pablo Aguado, oreja y dos orejas y rabo

Alfonso Cadaval, oreja, palmas y dos orejas en el de regalo

El rejoneador Álvaro Mejía, oreja. 
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Texto: Arte y Solera Feria
Fotos: Andrea Grijalva

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