martes, 27 de julio de 2021

Un mal endémico / por Pla Ventura

Vivimos un momento dramático, nadie pude negarlo, aunque los que mandan se sientan felices con dicha parodia que, cierto es, poco riesgo acometen, esa será la causa de la felicidad que sienten y, como siempre habrá ignorantes que no saben lo que es un toro porque, claro está, acuden a la llamada de las figuras para lucir palmito y mostrar el clavel en la solapa.

Un mal endémico

Pla Ventura
Toros de Lidia / 27 julio, 2021
Como sabemos, la pandemia ha servido para maquillar la triste situación que vivimos en el mundo de los toros. Pese a la desdicha que ha supuesto esa pandemia para miles de personas que murieron por dicha causa, el mundo de los toros le tendrá que agradecer a dicho mal el “bien” que le ha hecho a la fiesta taurina. Como decía, todo se ha maquillado para que la fiesta siga siendo una parodia pero que, apenas se note; eso creen los bobos que lo organizan y, lo que es peor, los toreros que se enfrentan a esos animalitos sin casta, sin fuerzas, sin nada que se le parezca a un toro bravo, de ahí la desertización de los aficionados de las plazas de toros.

Ahora, en la actualidad, tenemos una frase que es lapidaria: “Lleno dentro del aforo permitido” Y los protagonistas del esperpento se sienten tranquilos, contentos y felices. Es la miseria en la que vivimos que, como antes contaba, la forma de maquillar una fiesta adulterada en la que no cree ni Dios en ella.

Claro que, dentro de esos “llenazos” de los que se habla ahora, los toreros, con el sueldo rebajado, se sienten felices y dichosos al comprobar su “grandeza” que no es otra cosa que la miseria al más alto nivel y, lo que es peor, aquellos tiempos de antaño no volverán jamás porque nunca en la vida volveremos a ver una plaza de toros llena de gente, cosa que ocurría no hace muchos años, pero que, aquello ha pasado a la historia.

No es menos cierto que, los toreros figuras no escarmientan con nada; es decir, a diario cometen los mismo errores, matan los idénticos “burros” de siempre y, para que la desdicha sea mayor, tienen palabreros por doquier que les ríen la gracia que, en honor a la verdad no la veo por ningún lado. O sea que, ahora, a la más grande estafa le llaman creatividad y sinfonía torera. Y digo estafa porque cuando no aparece el toro con el más mínimo decoro, todo lo demás sabe a fraude, aunque ningún protagonista sea capaz de reconocerlo.

Vivimos un momento dramático, nadie pude negarlo, aunque los que mandan se sientan felices con dicha parodia que, cierto es, poco riesgo acometen, esa será la causa de la felicidad que sienten y, como siempre habrá ignorantes que no saben lo que es un toro porque, claro está, acuden a la llamada de las figuras para lucir palmito y mostrar el clavel en la solapa.

Vamos a ver, ¿qué se puede esperar de un toro, por ejemplo de Juan Pedro y adláteres en que no se pican a los bicornes? Ese mismo toro sale santificado de chiqueros o, en su defecto, que es lo más normal, ya muertos de salida. Sea como fuere, de una u otra manera, lo que se les haga a esos santitos, por muy artista que sea el diestro, todo es pura caricatura y Alicante, entre otras muchas plazas, fue el ejemplo del escarnio al más alto nivel. Es decir, está todo más cerca de la burla que de la verdad y, como ocurriera en Vistalegre, para ver dichos esperpentos había que pagar noventa euros. ¿Y todavía se preguntaba Matilla porque no había ido la gente a los toros? Por favor, tampoco hay que ser muy listo para adivinar la causa.

Tras todo lo visto, como antes comentaba, las grandes figuras de la parodia están todos muy contentos; no cobrarán lo de antaño, pero se sienten felices al ver aquello de “lleno sobre el aforo permitido” que, en realidad, a lo sumo son tres mil personas. ¿De verdad cree alguien que este es un espectáculo de masas como lo ha sido durante toda la vida? Es todo un escarnio, un esperpento que no lo supera ni Pedro Almodóvar que, de esperpentos, zafiedades y obscenidades sabe más que nadie y, por cierto, para hacer todo lo que hace sigue recibiendo subvenciones del gobierno de España. Nosotros, los “taurinos” en el peor de los casos, pese a todo lo contado, nos cabe el honor de que nuestros bodrios nos los subvencionamos solitos.

Esta es la triste realidad en que vivimos por culpa del toro amorfo y sin alma y, sin duda, por los lidiadores que se ponen épicos ante tales animalitos. Mañana haré un resumen de lo que puede ser un toro bravo, lo que es realidad es un toro de lidia en que analizaré con detalle la grandeza de ese hombre ejemplar llamado Luis Uranga que, junto a su hermano son dueños de una ganadería ejemplar, modélica que, su única ambición es que aparezca el toro de verdad y, como ocurriera en Mont de Marsán, allí lo demostraron una vez más pero, insisto, mañana entraré en detalle de lo allí sucedido para que todo el mundo pueda diferenciar un burro con cuernos con un TORO de lidia.

En la fotografía mostramos el tipo de toro que, de forma genérica lidian las figuras y, para colmo, todavía se preguntan los motivos por los que el aficionado ha dejado de ir a las plazas.

1 comentario:

  1. Ese toro de la foto en el encabezado, con esa cornamenta, más que un mal endémico indica una LEPRA... bien extendida por las tierras taurinas. // Atte., Torotino

    ResponderEliminar