martes, 31 de mayo de 2022

Los asaltos contra los aficionados en la final de la Champions de fútbol


Nuestros pobres compatriotas no salían de su asombro (seguramente los ingleses, con las dimensiones que ahí alcanza la invasión inmigratoria, no estarían tan sorprendidos). Manadas compuestas por varias decenas de...[las dos palabras autocensuradas] asaltaban a la gente para robarles bolsos, relojes y móviles con los que colarse en el estadio (la entrada estaba grabada en los aparatejos). 

Los asaltos contra los aficionados en la final de la Champions de fútbol

Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar...

Javier R. Portella
El Manifiesto / 30 de mayo de 2022
Hordas compuestas por centenares, si no miles de vándalos y ladrones procedentes del suburbio parisino de Saint-Denis se las hicieron pasar canutas este sábado a miles de aficionados españoles e ingleses que se habían desplazado hasta la antigua Ciudad Luz —y, desde hace años, Ciudad Invadida— para contemplar la final de la Copa de Europa de fútbol entre el Real Madrid y el Liverpool (final en la que el primero se proclamó campeón por decimocuarta vez).

En el suburbio parisino de Saint-Denis se halla, para mayor escarnio, la abadía del mismo nombre, donde reposan los restos de los reyes de Francia (o donde reposaban hasta que fueron hollados y profanados por los revolucionarios de la Revolución Democrática de 1789). No es sin embargo de dicha Abadía de donde procedieron el sábado los asaltos de las hordas, sino de la población... [dos términos autocensurados, uno relativo a los habitantes del Magreb y otro a las poblaciones “subsaharianas”], la cual constituye el 95% de los habitantes de tan “difícil y desfavorecido” barrio.

Nuestros pobres compatriotas no salían de su asombro (seguramente los ingleses, con las dimensiones que ahí alcanza la invasión inmigratoria, no estarían tan sorprendidos). Manadas compuestas por varias decenas de...[las dos palabras autocensuradas] asaltaban a la gente para robarles bolsos, relojes y móviles con los que colarse en el estadio (la entrada estaba grabada en los aparatejos). Las mismas agresiones se repitieron a la salida del partido, con la sorpresa añadida que se llevaron quienes habían acudido en su propio coche: se encontraron con que, aun habiéndolo dejado estacionado en un parking, las lunas de todos los automóviles habían sido rotas, y robado cualquier objeto que se hubiese dejado en su interior.

¿Y la policía en todo eso? La policía intentaba frenar a los que, saltando las vallas, se colaban en el estadio, pero cosa más. Hay que ir con mucho cuidado, ¡oiga usted!, con los pobres “jóvenes de los barrios de la inmigración”, tan desvalidos ellos,

Hay en Francia cantidad de barrios y ciudades donde lo única ley que impera es la del islam

tan necesitados de solidaridad y compasión. No fuera caso que se produjeran mayores disturbios aún. Y como así reaccionan las autoridades (y sus votantes), y como así les obligan a actuar a los pobres policías, resulta que ya hay en toda Francia una considerable cantidad de barrios y ciudades “fuera de derecho”, donde la única ley que impera es la sharía, la ley del islam.

Además, incluso si la policía no hubiera recibido órdenes marcadas por el buenismo que conforma a nuestra sociedad, la cantidad de las fuerzas presentes también habría sido insuficiente para contener a los vándalos. ¿Tan pocas eran? Haberlas, seguro que las había y en gran cantidad. Pero para contener ataques tan masivos no basta la policía. Probablemente, al punto al que han llegado las cosas, la única posibilidad hubiera consistido en desplazar el ejército al Stade de France. Pero no cualquiera, sino un ejército dispuesto a actuar con la firmeza que cabe esperar de un ejército. Si no, ¿para qué perder el tiempo enviándolo?

No hay mal que por bien no venga

Hay al menos, en todo este dislate, algo extraordinariamente positivo. Nuestros compatriotas han experimentado en su propia carne lo que significa vivir bajo el asedio, lo que representa residir en un país ocupado ya, en partes importantes, por una invasión étnica. Una invasión que nuestras propias oligarquías, por supuesto, se han encargado de atraer... y de seguir atrayendo. ¿Les servirá de algo la experiencia vivida? Todo ese bullir de rabia e indignación que se ha desencadenado hoy en las redes sociales, ¿va a tener alguna consecuencia? ¿O se va a acabar como flor de un día? En lo inmediato no va a tener ninguna consecuencia: mañana estará olvidado y España seguirá siendo uno de los países que menos consciente está de lo que representa la Gran Sustitución de la población (como la llaman en Francia). Basta ver, en efecto, lo que ocurre en el país vecino, donde pese a estar cada día en contacto directo con la desintegración del país, la mayoría de los franceses siguen empeñados en votar a los responsables de la misma.

Ahora bien, a medio y largo plazo hechos como los acontecidos este sábado en París no dejarán de hacer mella en nuestras buenas... y necias gentes, que probablemente empiecen a decirse que cuando las barbas de tu vecino veas afeitar pon las tuyas a remojar.
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PERÚ: 𝗖𝗢𝗟𝗢𝗠𝗕𝗢, 𝗣𝗨𝗘𝗥𝗧𝗔 𝗚𝗥𝗔𝗡𝗗𝗘 𝗘𝗡 𝗣𝗨𝗤𝗨𝗜𝗢

Colombo puso el broche a su presencia en Puquio con un nuevo triunfo que le valió para salir en hombros en la segunda de sus tardes, donde cortó una oreja a cada uno de sus oponentes.

Escribano, Galdós y Colombo, nombres propios en Puquio

Han sido dos jornadas continuadas de toros en las que se han lidiado astados de Salamanca y Santa Rosa

Manuel Escribano, Joaquín Galdós y Colombo-el sevillano con tres orejas y el peruano con dos faenas importantes emborronadas con la espada- han sido los nombres propios de la feria peruana de Puquio celebrada el pasado fin de semana.

Han sido dos jornadas continuadas de toros en las que se han lidiado astados de Salamanca y San Pedro -dos hierros históricos en el país- en las que la afición ha acudido en masa.

Galdós, a pesar de cortar solamente una oreja el sábado, destacó con dos faenas de quilates el domingo, que le hubiera servido incluso para cortar los máximos trofeo de haber acertado con la espada.

Manuel Escribano también rozó un máximo nivel, paseando tres orejas, alzándose con el trofeo al triunfador de la feria.

Colombo derrochó obras de esfuerzos a pesar de sus toros.

 

En Las Ventas eché los dientes / por Miguel Aranguren


Las ferias se encadenan de marzo a octubre en casi todas las capitales de provincia, lo que viene a recordarnos que los toros están muy por encima de las manifestaciones vocingleras de los movimientos animalistas

En Las Ventas eché los dientes

De pronto me vence el vértigo… Llevo cuarenta años abonado a la plaza de Las Ventas. Si digo que el mes que viene voy a cumplir –quiera Dios– cincuenta y dos, revelo que he echado los dientes sobre la incómoda piedra de sus andanadas y tendidos. Lo he contado muchas veces: la primera vez que acudí a una corrida fue de la mano de mi abuelo materno, que fue ganadero de reses bravas junto a su hermano y que consolidó una amistad sincera con buena parte del plantel de toreros que actuaron desde la tercera década del siglo pasado hasta cumplida la séptima, especialmente con Antonio Ordóñez y, por ende, con el que fuera su yerno, Francisco Rivera, Paquirri. De alguna manera, medió en los conflictos profesionales y personales entre el rondeño y Luis Miguel Dominguín (y los hermanos de éste). Ordóñez y Dominguines fueron hombres de carácter explosivo, el propio de quien convive con el riesgo imprevisto de un animal que hiere y que mata, el propio de quienes lideraron un ámbito tan complejo como la Fiesta Nacional, el propio de quienes fueron referente en España, Francia, Portugal y toda la América taurina (es decir, referente para millones de personas), el propio de los que se alimentan de los aplausos de una masa enfervorecida y saben que contarán con una voz en la Historia. Muchas veces escuché a mis abuelos alabar a Carmuca, hermana de la tribu de Dominguines y esposa de Antonio Ordóñez, mujer cabal a la vez que hermosísima, pues apaciguó los incendios que amenazaron la paz de su familia de artistas y logró pasar elegantemente de puntillas por el relato folletinesco que de estas dos sagas se alimenta la prensa ajena a la verdad de los ruedos.

Hablaba de mi abuelo y de aquella vez que me llevó a la plaza con el uniforme del colegio. No tuve conciencia del lugar al que iba a entrar para, en adelante, no volver a salir. Surcamos la bocana del tendido bajo del 10, en mi caso intimidado por el gentío, el aroma de los vegueros, los gritos de los vendedores de almohadillas y la marea de empujones. En un instante, un golpe de colores me dejó sobrecogido: el ocre apagado de la tierra prensada, el escarlata de los burladeros, las banderas rojas y gualdas que coronaban los vomitorios y las gradas, el siena del ladrillo y la teja, la bóveda del cielo azulísimo. Después vino el paseíllo, acompañado por un pasodoble de la banda (por entonces, solo escuchaba a los Bee Gees, Boney M y los gorgoritos de Demis Roussos), el fulgor de los vestidos de luces y su mezcolanza de tonalidades, el fucsia de los capotes y la negrura del toro. Toreó Dámaso González, y en imágenes borrosas creo adivinar a Paquirri. Cuando finalizó, volví a casa sacudido por intensas emociones que me acompañan desde entonces y que han fraguado mi modo de entender la estética.

Me resulta cansino el debate acerca de la pervivencia de las corridas de toros, porque aquellos que exigen su abolición desprecian, mediante un empeño impositivo, cualquier argumento. Les hemos explicado muchas veces el significado de la liturgia del toreo; el papel que juega este animal totémico en la defensa de casi todos los paisajes endémicos de España; los estudios veterinarios acerca de su percepción del dolor; la fuerza histórica, artística y cultural de la tauromaquia y el ejercicio de libertad de quienes deciden asistir a una corrida. No sirve para nada, como tampoco sirve proponer un diálogo con los adeptos de otras ideologías de laboratorio, ya que en sus métodos solo cabe la coerción.

Si la fiesta de los toros hubiera tenido su origen en Italia, si estuviese anclada en la cultura del Reino Unido, si se hubiera expandido por todo Francia, si fuesen los alemanes quienes la nombraran parte de su legado artístico, si los EE. UU. se hubiesen apropiado de la herencia taurina que recibió México… la tauromaquia sería patrimonio universal, una más entre las Bellas Artes. 

Cada tarde de mayo y comienzos de junio, con motivo de la feria de San Isidro, Madrid congrega entre quince mil y veintitrés mil personas alrededor del redondel de Las Ventas, un fenómeno de masas que no conoce parangón y que, sin embargo –para inri de todos los ingentes beneficios que los toros aportan a nuestra sociedad–, no recibe apoyo de nuestras administraciones, más allá de algunos discursos interesados que son como la mano que frota el lomo de quien se sabe abandonado.

Las ferias se encadenan de marzo a octubre en casi todas las capitales de provincia: Valencia, Castellón, Sevilla, Madrid, Córdoba, Burgos, Pamplona, Mallorca… lo que viene a recordarnos que los toros están muy por encima de las manifestaciones vocingleras de los movimientos animalistas (esos que no dicen nada ante la perra vida de todos los perros que viven encerrados en un piso, obligados a la castración y a no se sabe qué cursos de capacitación para que sus dueños recojan los excrementos con los que siembran aceras, parques y jardines).

Eché los dientes en Las Ventas y espero irlos perdiendo en el mismo lugar, como partícipe de un espectáculo que es un don para España.

Miguel Aranguren es escritor

San Isidro'22. Samueles de aquella manera para Robleño, mandón; Morenito, gritón; y Castaño, confirmado en un corral de cuernos. Márquez & Moore


Corral de cuernos

Trece años exactamente sin los toros albaceteños por los madriles y, como siempre que se habla de estos, aquí va el correspondiente recuerdo para aquella inolvidable corrida de Beneficencia del 91 en la que el ganado de Samuel Flores protagonizó, junto a César Rincón y Ortega Cano, una imborrable tarde de toros.

JOSÉ RAMÓN MÁRQUEZ
Encaramos la última semana de la Feria con las vistas puestas en la corrida del martes, la de Pepe Escolar, que es la única que de verdad nos ilusionó cuando vimos publicados los carteles. Hoy, de prólogo, decidió la parte empresarial levantar la cuarentena a lo de Samuel Flores, después de más de dos lustros sin traer ganado a Madrid tras los fiascos ganaderos que provocó aquel famoso semental que “abueló”, según confesó el propio ganadero a los medios que le inquirían por la debacle en la que se sumía la vacada.

Trece años exactamente sin los toros albaceteños por los madriles y, como siempre que se habla de estos, aquí va el correspondiente recuerdo para aquella inolvidable corrida de Beneficencia del 91 en la que el ganado de Samuel Flores protagonizó, junto a César Rincón y Ortega Cano, una imborrable tarde de toros. Y ahora que hablamos de Beneficencia, de un Rincón imparable y un Ortega Cano que fue el único que tuvo bemoles de todo el escalafón para darle la réplica, ya podemos compararla con esta basurienta Beneficencia que tienen amañada este año, desde antes de salir los carteles de la Feria, en la que han metido de recuelo al pelmazo de Julián, a ver si se le logra lo de la Gatera Grande, que le tiene obsesionado. Cuando todo el mundo sabe que la Beneficencia que se cotizaría, la que se tendría que dar sí o sí, sería la que pusiese frente a frente a Tomás Rufo y a Ángel Téllez, dos estilos y dos jóvenes abriéndose paso frente a frente, en el caso de que alguien pensase en el aficionado y en crear pasión, pero ahí están los tíos esos con su cálculo infinitesimal y no se les ocurre otra cosa que ofrecerle la sustitución a un tío más visto que el TBO, que en Madrid no ha empatado a nadie, sólo porque el pobre hombre anda como loco en ganar a Puertas Grandes a Morenito de Maracay. Si en el 91 la Beneficencia se hubiese regido por este asqueroso planteamiento de 2022, nunca habríamos contemplado aquel impresionante choque de trenes que fue el de Rincón y Ortega.

Decimos Samuel Flores, pero en realidad lo que habían anunciado en los carteles eran toros de Isabel Flores y de Samuel Flores, cuatro de la dama y dos del señor, aunque el pañuelo mágico del color del Islam nos brindó la contemplación de uno más, en este caso de uno de los Daniel Ruiz de la ganadería de José Cruz, no se nos fuese a olvidar por un día que Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua.

Los de los hierros titulares, los chuchos de Samuel, no están afectados por aquella mítica compra y, según el programa oficial representarían a la estirpe de Gamero Cívico, que no sé, no sé. Lo de Gamero lo mismo puede ser, aunque la cosa de las cuernas tiraban más a venado que a gamo, y lo de Cívico no se vio por parte alguna, más bien incivismo, que hasta salió herido un penco, y mira que es difícil con tanto refajo. La corrida no se va a llevar el premio a la corrida de la Feria, pero no quepa duda de que ahí hubo ocasiones para quien quisiera sobreponerse a la descomunal arboladura del ganado y a las complicaciones que plantearon los toros. Para el despacho de los cinco más uno los expertos en contratación taurina demandaron los servicios de Fernando Robleño, Morenito de Aranda y Damián Castaño, que venía a confirmar la alternativa que Javier Castaño le confirió en Gijón, ciudad donde una tía ha decidido que ya no debe haber toros. 22, 17 y 10 años de alternativa sumaban los tres coletas.

Traía leña en la cabeza el primero, Peinanovias, número 15, como esos montones que se ven por Valsaín cuando bajas las Siete Revueltas, pero era más feo que Picio, lo que se dice feo y que me perdone la vaca que lo parió. Muchos espectadores aplaudieron la presencia del animal, cuyas hechuras eran más de buey que de toro de lidia, ni Gamero ni Cívico: lo que se dice un perchero. También es verdad que el bicho por delante, visto a ras de suelo, debía impresionar lo que se dice una barbaridad y por eso nadie se va a poner exquisito si a la hora de cambiar el tercio había las mismas banderillas tiradas en el suelo que las que el animal llevaba en la espalda: cuatro y cuatro. Tras la ceremonia, allá que se fue Damián Castaño a ver qué se podía urdir con el toro de Isabel, y el urdimiento fue escaso porque el Peinanovias parecía que lo que quería era hacerle el afeitado en seco al salmantino. A raíz de un desarme el toro cambia a un poco peor, como si hubiese descubierto el truco ese de la muleta y, tras dos infructuosas intentonas de hacer circular al bicho, Castaño decide cortar la faena dejando media estocada desprendida que Jarocho, hábilmente, transforma en entera.

El castaño Peinanenas, número 7, se fue a la carrera al burladero del 6 y trató de saltar, pero no calculó bien y no hubo manera. Luego se fue al burladero del 9 a lo mismo y le pasó igual: que no atinó en cómo tenía que hacer el salto, que estos son Gamero Cívico, no Fossbury. La cosa saltarina tuvo el efecto de que el Gerente Abellán se guareció en su burladero, que estaba allí más a gusto que cuando echa el rato en Sinsombrero, y lo mismo la gentil alguacililla doña Rocío en el suyo, con la única diferencia de que ella jamás ha pisado el Sinsombrero. El toro tenía diversos problemas de motricidad o lo mismo es que no era un toro sostenible, pero el pobre se caía y en sus ojos se veía que no era eso lo que él quería. Pese a no ser tan cérvido de cuerna como el precedente la cosa banderillera tampoco funcionó estupendamente, en la primera pasada hay dos banderillas en el suelo, una en el toro en la segunda, dos en toro en la tercera, pasada en falso la cuarta y dos más en el toro en la quinta pasada. Objetivo conseguido. El toro, también del rancho de doña Isabel, era sensiblemente más bobalicón que su predecesor y, acaso porque Robleño demanda más lucha, no llegó el torero a emocionar a la parroquia con esos 545 kilos de descaste y sosería. Metisaca y estocada haciendo guardia es su balance.

Morenito de Aranda venía vestido como el enterrador de Lucky Luke pero sin chistera. Traía un vestido gris plomo y azabache que era la demostración de que la combinación de colores oscuros no es en absoluto afortunada, por si alguien no se había dado cuenta. Tras la expulsión del toro de Isabel y el pequeño entremés del adiestrador de cabestros don Florencio, subrayado con sinceros aplausos, apareció el negro Estornino, con el número 23. En la segunda vara entra sesgado, con distancia y velocidad, dejando lucirse a Manuel Sayago. Con este juampedritis la cosa banderillera se produce de una manera más sosegada que con los cérvidos titulares y ya tenemos a Morenito brindando el toro a un señor con americana beige que andaba por el callejón antes de citar al toro desde los medios y aguantar su largo viaje por dos o tres veces. El toro se mueve y entonces Morenito ya ve claro que ahí tiene la clave para el desarrollo del neotoreo del TíoVivo que tanto ilusiona al público en general. Puede decirse que no da un solo muletazo que no sea hacia afuera y que no cesa en su manía de esconder la pata, pero lo que más exaspera son los gritos que le mete al toro todo el rato, como un albañil en lo alto del andamio llamando al capataz: “¡Ahhhhh!, ¡Ehhhhh!, ¡Ahhhhhh!... y así sin parar, gritando un montón y sin cruzarse una sola vez. Diremos que el Moreno estuvo por debajo de las condiciones del toro, al que despachó mediante estocada desprendida.

Media hora estuvieron saliendo cuernos por la boca del toril hasta que por fin apareció el cuerpo de Recobo, número 51, que portaba el hierro de Samuel. Recobo llevaba en su cabeza los pinares de Vinuesa, que ahí había material como para hacer un bargueño. Robleño, a quien estas cosas ya no le afectan, lidia al toro con suficiencia, oficio y solvencia antes de que salga a escena Francisco Javier González, clásico tipazo de picador de los que ya casi no hay, a lomos del Teneguía. Como tantas veces pasa en la vida todo se queda en la primera impresión, pues de la labor del picador lo más reseñable es el propio picador. Todo lo que había sido lidia acertada por Robleño es luego un descalzaperros de trapazos en manos de Jesús Romero. Cuando comienza lo de la muleta ahí no vale esa bobada que dicen ciertos toreros de que se han “sentido muy a gusto”, porque lo que se plantea es un combate de boxeo de los pesos pesados, entre la conocida bravura de Robleño, tantas veces demostrada, y las artimañas de Recobo para tratar de amargarle el día. El vis a vis de Recobo y Robleño es un emocionante combate en el que Robleño acierta cambiando el terreno al toro y se luce aguantando los gañafones que le lanza el toro, derrotes secos con olor a hule. Por la izquierda el toro no humilla y en el embroque lanza unos ganchos de muy mala intención a la cara del torero. Tras haber planteado su pelea al de Samuel le caza al encuentro de puro oficio y el toro se va a morir a tablas, a los pies del hijo de Barajas-Adolfo Suárez.

Jovencito, número 11, fue el segundo de Morenito de Aranda. Le picó con gran entereza Manuel Piña aguantando con valor y oficio las oleadas del toro, que hiere en la mano derecha al caballo, cosa relevante por la cantidad de refajos, enaguas, calcetines y manguitos con las que atavían a los pencos. Banderillea estupendamente una vez más Fernando Sánchez y, tras el tercio de banderillas, el toro que era otro chucho sin raza detectable, ni Cívico ni Gamero, queda descompuesto y desabrido, aunque con el tiempo que duró la faena, que fue mucho, después se atempera, creando en Morenito la ilusión de que lo mismo podía reconducir la lidia. En cualquier caso estábamos deseando que finalizase, porque Morenito otra vez comenzó su particular berrea de voces y más voces al toro y era harto desagradable estar oyendo esos bramidos. Su labor, además de la cosa gutural, se basó en recortes y banderazos y en no atreverse a ir al sitio, que si con el potable no lo hizo cómo lo iba a hacer con éste. Cazó al toro de navajazo a la segunda y el animal, imitando al precedente, fue a rendir cuentas al Creador echándose, también, a los pies del hijo del aeropuerto.

Para final dejaron a Cuchillazo, número 57, castaño, listón y chorreado con el que Castaño estuvo porfiando sin que, por desgracia, podamos reseñar algo de su labor salvo que lo echó al suelo a base de dos pinchazos, estocada que hace guardia y descabellos.

La confirmación


ANDREW MOORE







LO DE ROBLEÑO





LO DE MORENITO





LO DE CASTAÑO




FIN

San Isidro: Un camión de leña / por Antolín Castro

Vayan echando leña al camión

Y ante semejantes reses apareció una terna que representaba la dignidad de ser torero. Fernando RobleñoMorenito de Aranda y el toricantano Damián Castaño se enfrentaron a ellas sin pestañear. Naturalmente, es que se hacía muy difícil pestañear ya que durante el pestañeo podías ser ensartado por las guadañas que exhibían los de la familia Flores.

San Isidro: Un camión de leña

Antolín Castro
Opinión Y Toros /  31 Mayo 2022
La dignidad de ser torero quedó patente hoy en Las Ventas durante la corrida de Samuel Flores.

Imaginen un camión lleno de leña, para dos inviernos por lo menos, pues eso, más o menos, fue lo que vimos en el testuz de los toros lidiados con los hierros de Isabel y Samuel Flores

Quizá fuera eso solamente lo que vimos en ellos, porque ni en su presentación terminaron por parecerse a toros bien rematados. Luego, en cuanto a comportamiento, hubo de todo… pero todo malo. Mansos los hubo, descastados… hubo, con peligro también, deslucidos todos, bravucones y hasta saltarines frustrados tuvimos que padecer en la tarde, por no faltar hubo hasta inválidos. Revolviendo todo nos sale algo parecido a bueyes. Y es que si hubiera leña, pero embistieran en lugar de topar o huir, podríamos quitarles el calificativo de bueyes.

Alguien dirá que el quinto se dejó algo, pero si se dejó algo… debió ser en la dehesa, porque lo que llegó a Las Ventas, para enfrentarse a Morenito de Aranda, fue un toro con el que no se pudieron ver dos embestidas iguales. No hay quinto malo dice el dicho popular, pero en este caso lo modificaremos para dejarlo en No hay quinto tan malo como los demás. Dicho de otro modo, el que no se conforma es porque no quiere en una tarde así.

Este pretendió, incluso, que el público viera más de cerca la leña

Y ante semejantes reses apareció una terna que representaba la dignidad de ser torero. Fernando Robleño, Morenito de Aranda y el toricantano Damián Castaño se enfrentaron a ellas sin pestañear. Naturalmente, es que se hacía muy difícil pestañear ya que durante el pestañeo podías ser ensartado por las guadañas que exhibían los de la familia Flores.

El gigante Robleño se nos hizo más gigante que nunca delante de aquellas aspas de molino de viento que le acosaban. Oficio y vergüenza torera la del madrileño en sus dos presencias en el ruedo. No contento con sortear las astas pavorosas, supo dejar muy claro que es un matador de toros de primera.

La estocada a su segundo, por el riesgo asumido y el arrojo al ejecutarla, además de bien realizada y colocada, podía haber sido merecedora de una oreja si los públicos que ahora van a las plazas fueran un poquito más aficionados y entendieran que matar toros así es solo patrimonio de unos pocos... muy valientes.

Hábil estuvo Morenito y su cuadrilla para deshacerse de un Flores y lograr que saliera un sobrero de José Cruz, de mejor condición, que hoy era fácil conseguir, y con él establecer una lidia mucho más cercana a lo que se acostumbra a ver todos los días.

Pero los mejores pasajes del burgalés fueron, por el riesgo y la emoción, los que le dispensó al quinto de la familia Flores. Momentos donde pudo expresar la elegancia de su toreo al tiempo que la gallardía de enfrentarse sin red al bicorne, excesivo bicorne. Hubo entre el público quien le censuraba algo, olvidando que hoy no era el día del baile acompasado de los días de figuras, esas que se hacen acompañar por aborregados bovinos. En esos días si tiene sentido exigir que la coreografía sea la correcta o perfecta, hoy no era el día de sacar a pasear la censura, bastante había con estar delante.

También el nuevo en esta plaza, Damián Castaño, quien suplió la menor experiencia de sus compañeros con las ganas de darlo todo en día tan señalado para él, resolvió la papeleta y salió por su propio pie de la plaza. No era ese su objetivo, pero tampoco, visto lo que hubo delante, puede decirse que no fuera el mejor objetivo. No creo que fuera su sueño el confirmar en Madrid rodeado de flores por todos lados.

Plantar cara es lo que hicieron los toreros de hoy. Aplaudirles es la obligación de todos cuantos estuvieron y, por supuesto, de quienes tengamos que dedicarles unas líneas.

lunes, 30 de mayo de 2022

“Sí es sí” ante notario, antes de bajarse las bragas / por Eduardo García Serrano

"...En la España de Irene Montero y sus sans-culottes de la hedionda pocilga podemita, con su colectivización de la gilipollez y su delirante formalismo normativo del disparate, las parejitas ya no llevan una carabina colgando, entre otras cosas porque las tías solteronas de ellas viven todas en residencias de ancianos, pero sí tendrán que llevar adosado a un miembro del Ilustre Colegio de Notarios que certifique el “Sí es sí” de la niña antes de bajarse las bragas..."

“Sí es sí” ante notario, antes de bajarse las bragas

Eduardo García Serrano
El Correo de Madrid, 29 Mayo 2022
En la España de cerrado y sacristía las parejas de tortolitos iban acompañadas de una carabina, generalmente la tía solterona o la tata de toda la vida de la novia, que velaba por la virtud de la niña evitando que, en el paseo del puente a la alameda, al novio se le fueran las manos bajo la blusa y la falda de moza. Con la carabina ojo avizor no había oportunidad ni manera de hacer espeleología anatómica, ni manual ni visual y, por supuesto, a las diez de la noche, la niña volvía a casa, ni sola ni borracha, con la carabina al hombro y con el novio en el portal con la cabeza caliente, los pies fríos y las manos... en los bolsillos. Y así, hasta la boda. ¡Como Dios manda, coño!

En la España de Irene Montero y sus sans-culottes de la hedionda pocilga podemita, con su colectivización de la gilipollez y su delirante formalismo normativo del disparate, las parejitas ya no llevan una carabina colgando, entre otras cosas porque las tías solteronas de ellas viven todas en residencias de ancianos, pero sí tendrán que llevar adosado a un miembro del Ilustre Colegio de Notarios que certifique el “Sí es sí” de la niña antes de bajarse las bragas, no vaya a ser que el aquí te pillo, aquí te mato, tan propio de los ayuntamientos carnales de hogaño, se transforme en una coyunda furtiva denunciable de oficio ante el Tribunal de Víboras del Me Too y condenable sin juicio por el jurado del “Yo sí te creo”, con Cristina Almeida sentenciando y con Irene Montero ejecutando las implacables leyes que velan y guardan el Monte de Venus de la que en el apretón del calentón se bajó las bragas sin haberle entregado al notario el legajo compulsado con el “Sí es sí” previamente autorizado por la KGB Feminista y escaneado por la Stasi de Podemos. El acomodador que, en los cines de barrio de la España de cerrado y sacristía, iluminaba con su linterna la fila de los mancos en el patio de butacas o en el entresuelo, era un tolerante progresista al lado de las Comisarias Vaginales de Podemos que buscan delincuentes en todas las braguetas heterosexuales. Y los encuentran, porque como ellas, generalmente, en la España de Irene Montero ejercen su derecho constitucional, universal y natural de volver a casa solas y borrachas, al día siguiente no se acuerdan de si se bajaron las bragas motu propio y, como no había notario mediante, a nadie pudieron darle el santo y seña del “Sí es sí”. Ya lo sabéis, chavales, antes de salir de casa y de que la noche os confunda: condón y notario.    

Un acto de fe / por Jorge Arturo Díaz Reyes

Ángel Sánchez

Fue como decir al mundo que el toreo no muere, y que las nuevas generaciones lo seguirán refrendando y glorificando mientras exista el toro. Ha sido el más esperanzador momento del concilio 2022. Pudiesen haber dado tres o cuatro orejas en vez de dos, o una, o ninguna. Qué importa eso, si después de torear como toreó, ejecutó a ley cada suerte suprema.

Un acto de fe

Jorge Arturo Díaz Reyes
San Isidro ha hablado. Creámoslo. El viernes pasado en la catedral mayor, el ecumenismo taurino tan urgido de certezas ha tenido una revelación. Un joven toledano ha obrado el toreo, no el toreo que solemos llamar, no. El toreo con el cuerpo y con el alma. De nuevo el extraviado toreo eterno.

Hundido en sí mismo, buceando en las profundas verdades del culto, rezando las suertes fundamentales que como las letras del alfabeto no son muchas, pero pueden contener el universo entero. Sin efectos ni visajes, sin trampa ni cartón, sin coreografías ni oropeles. Toreo, solo toreo puro. Parando los pies y el tiempo, templando el azar, mandando el destino, ligando sin enmienda, cargando la suerte con toda su humanidad y vertiendo en cada una el ser, arrobó la feligresía que lo presintió antes que entenderlo, que le quiso entregar todo y que al morir el sexto, le aventó a hombros de la multitud iluminada por el portón de las procesiones.

Fue como decir al mundo que el toreo no muere, y que las nuevas generaciones lo seguirán refrendando y glorificando mientras exista el toro. Ha sido el más esperanzador momento del concilio 2022. Pudiesen haber dado tres o cuatro orejas en vez de dos, o una, o ninguna. Qué importa eso, si después de torear como toreó, ejecutó a ley cada suerte suprema. La estocada del tercero desprendida, sí. El primer intento al sexto dio en hueso y luego la espada delantera y tendida tardó y exigió descabello, sí. Qué importa si por ello arriba hubiesen rechazado las fervorosas peticiones de premio. Qué importa si las hubiesen complacido de más. Ya él había abierto la puerta grande de todos los corazones presentes y a distancia. Esa discusión peluquera no puede opacar el portento.

La lidia del uno, el complejo tercero de Victoriano, la dedicó a Emilio de Justo por cuya sustitución había llegado a esa corrida. Seis doblones genuflexos y un cambiado por el hombro habían desatado el clamor, que la siguiente tanda diestra y ese largo pase de pecho subió a las nubes. Media docena más como ya dijimos, cambio de mano y al dar el natural, cogida, cayendo a merced del astifino “Enamorado II”, que lo miró y apenas lo empujó rodando con respeto (merecido) sin ensañarse. Reincorporado, la cosa retomó el rumbo veraz que traía.

La del franco último, “Viajero”, remiendo de Cortés, fue de órdago. Gaoneras de quite, tan ciertas que obviaron el desarme final. La montera para la plaza, que ya era suya, y luego la comunión, toro, torero y público a una sin fisuras. Por izquierda, por derecha, por arriba, por abajo, por dentro y por fuera. Tras cada pase, un ole, tras cada serie una explosión y tras la faena, la catarsis colectiva, la euforia de la redención y esa postrer vuelta al ruedo en hombros de la grey.

A la feria se le apareció un Ángel, de apellido Téllez. Si no fue así, entonces fue un acto de fe.

Real Madrid. Contumaz & Pertinaz / por Francisco Javier Gómez Izquierdo

 

Contumaz es persistir en el error y si el Real Madrid ha ido repitiendo alineaciones y tácticas defectuosas, conforme el parecer del ejército de comentaristas, el Real Madrid es ejemplo de terquedad y como con los maños -baturros- habrá que empezar a entender que lo que parece defecto tendremos que trocarlo en virtud por la firme convicción de andar a desmano por un camino correcto. Por el camino que lleva a la meta metida entre ceja y ceja.

Contumaz & Pertinaz

Francisco Javier Gómez Izquierdo
Contumaz es adjetivo que solía emplearse para reprender al sujeto tozudo, obstinado, cabezota... que no cambiaba de opinión ni de comportamientos ni ante mil razonamientos supuestamente "objetivos". Otro palabro de connotaciones digamos negativas era y es pertinaz. La pertinaz sequía franquista que en el nuevo siglo han bautizado como cambio climático y que no sabemos cuándo tiene pensado matarnos. Como no quedarán sustantivos ni adjetivos elogiosos para cantar las hazañas del Real Madrid, permitan que con buenas intenciones haga yunta emparejada con esas dos antiguas palabras en mi modesta opinión sobre esta decimocuarta -catorceava, en parla de unas preclaras doñas cordobesas- Copa de Europa.

"A Carvajal le falta una puesta a punto. Se le van todos, no sólo Mbbappé" "Militao está irreconocible. Tiene errores de cadete" "¿Qué le pasa a Alaba?". "Mendy, ¡ay Mendy!" "Casemiro tiene un bajón preocupante" "Kroos no es el que nos tiene acostumbrados"... 

Estos comentarios están hartos de leerlos ustedes esta temporada hasta el día del fenómeno inexplicable ante el City, a partir del cual todo fueron muletillas paranormales en mágicas atmósferas. Courtois, Modric, Benzema y Vinicius -éste tras una rehabilitación tan meteórica como ancelótica ¡lo que se han reído de Vinicius!- llevan varias temporadas ejerciendo sin pecado y ante semejante santidad hasta los antimadridistas aplauden su ejemplaridad.

Contumaz es persistir en el error y si el Real Madrid ha ido repitiendo alineaciones y tácticas defectuosas, conforme el parecer del ejército de comentaristas, el Real Madrid es ejemplo de terquedad y como con los maños -baturros- habrá que empezar a entender que lo que parece defecto tendremos que trocarlo en virtud por la firme convicción de andar a desmano por un camino correcto. Por el camino que lleva a la meta metida entre ceja y ceja.
Ancelotti no gasta la cejijuntez asociada a la cabezonería. Por el contrario, tiene las cejas tan independientes que incluso hablan y expertos hay en traducir sus ágiles arqueamientos. El truco de Ancelotti está en dar el pego. Parece tranquilote y como que no hace caso pero enseña muy bien lo importante a quien corresponde: calma del vestuario, firmeza atrás, transición-relámpago en el contrataque, saber quién es su jefe... Ancelotti ni trae ni crea problemas. Ancelotti ofrece soluciones incluso a problemas ajenos. Su tranquilidad cuesta dinero y por eso se permite el lujo de elegir a los mejores pagadores.

Ya saben lo que ha pasado en la final. Entre el dominio del Liverpool y la experiencia del Real Madrid apareció por el lado del "peligro red" -Alexander-Arnold y Salah- el veloz Vinicius para certificar lo que Inglaterra y Francia temían y en España se dudaba: la victoria del "Terrible Real Madrid". ¿Que la clave ha estado de nuevo en el portero como en la del 2018 en Ucrania? Sí. Pero lo normal es que en una final de Copa de Europa se presente el mejor del portero del Mundo y no un apaño cualquiera. Si además el mejor portero del mundo juega en el club más competitivo del mundo, no es descabellado acusar al club de pertinaz en las cosechas porque si recuerdan los de mi quinta y aledañas, tan pertinaz era la sequía como la lluvia. Courtois, el héroe de la 14ª, lo matizó: "Es cuestión de ponerte en el lado correcto" para entender ciertos matices significativos.

-Oiga ¿y Salah, con lo bueno que es?

-Pues mire usted, como Kroos ante el Chelsea, pero Klopp al parecer, también es de los que se agarra a los clavos ardiendo

San Isidro: El toreo a caballo consigue doble puerta grande de Madrid / por Beatriz Cano

En cuanto a la doble puerta grande debo confesar que, para mi gusto, la afición de Madrid hoy ha sido bastante generosa con Lea Vicens. Ha tenido momentos de toreo a caballo al más puro estilo, pero ha clavado a destiempo en multitud de ocasiones y ha fallado estrepitosamente con el de muerte por lo que tal premio se me antoja un poco exagerado si los aficionados de verdad al toreo a caballo queremos que nos tomen en serio en Madrid.

El toreo a caballo consigue doble puerta grande de Madrid

--Tarde de rejones en Las Ventas, por segunda y última vez en la feria.

Beatriz Cano
Plaza casi llena para ver un cartel que unía al maestro del rejoneo de las últimas décadas con el futuro prometedor de su hijo. Pablo Hermoso de Mendoza confirmaría la alternativa de su hijo Guillermo, con un testigo de excepción, Lea Vicens. Finalmente, la mala fortuna hizo de las suyas y desbarató el cartel por la lesión de Pablo por lo que se quedó en un mano a mano prometedor.

Primera vez que veía a una rejoneadora en las Ventas y debo confesar que estaba expectante.   Es cierto que los toros de Carmen Lorenzo y El Capea no acompañaron en absoluto pues se mostraron mansos y muy distraídos. Lea estuvo muy voluntariosa durante todo el festejo, expuso, y llevó al toro cosido a la grupa de su caballo especialmente durante su faena al cuarto de la tarde, pero no es menos cierto que clavó a toro pasado en muchas ocasiones, por no hablar de su actuación con el rejón de muerte que le valió ligeros pitos en el primero de su terna. Sí consiguió un rejonazo certero en el que cerró la corrida que le abrió la puerta grande de Madrid.

Guillermo Hermoso de Mendoza confirmó que de casta le viene al galgo y firmó 3 actuaciones vibrantes que hubieran sido espectaculares si no hubiera marrado también con el de muerte. Quiebros ajustadísimos, banderillas a dos manos citando de frente y cambios de grupa por dentro que levantaron al público de Las Ventas. Debo confesar que el navarro me ha puesto la carne de gallina en varias ocasiones y sí, veía a su padre perfectamente reflejado en muchos movimientos de la joven promesa. 

En cuanto a la doble puerta grande debo confesar que, para mi gusto, la afición de Madrid hoy ha sido bastante generosa con Lea Vicens. Ha tenido momentos de toreo a caballo al más puro estilo, pero ha clavado a destiempo en multitud de ocasiones y ha fallado estrepitosamente con el de muerte por lo que tal premio se me antoja un poco exagerado si los aficionados de verdad al toreo a caballo queremos que nos tomen en serio en Madrid.

Bien merecida, por el contrario, la puerta grande de Guillermo Hermoso de Mendoza. De tal palo tal astilla... aquí hay toreo a caballo para rato...

El Rejoneo abre la Puerta Grande de Las Ventas


Toros de El Capea y Carmen Lorenzo (de buena presentación y juego en líneas generales) para un mano a mano entre Léa Vicens (dos orejas) y Guillermo Hermoso de Mendoza (tres orejas), que hacen vibrar Las Ventas y abre su Puerta Grande para ambos

El Rejoneo abre la Puerta Grande de Las Ventas

Mika Zarcas
Burladero / domingo, 29 de mayo de 2022 
Atractiva tarde la vivida hoy en Las Ventas: Un mano a mano de Léa Vicens y Guillermo Hermoso de Mendoza, que confirmaba alternativa. 

Buen ambiente, que llega a lograr el octavo “No hay billetes”  de este San Isidro y no defrauda la tarde: doble puerta grande hoy en el coso venteño y ¿cómo no? con esa apertura de puerta, de nuevo, los eternos dimes y diretes… y es que nunca llueve a gusto de todos.

Personalmente, y en mi humilde opinión, la tarde merecía este colofón, pues ha sido una tarde cargada de entrega, ganas, pureza y torería y eso merece su recompensa. Ahí entran los que van de “puristas” criticando “ que si Las Ventas no es lo que era…” “ que si se regalan las Puertas…”, a ver: el coso en sí es un edificio, sí, con sus ladrillitos y demás, precioso y emblemático, pero eso: un edificio. Igual, en vez de criticar -y no de forma constructiva-, deberíamos mirarnos el ombligo y ver qué tipo de afición está llenando esos tendidos, pues son ya mucho días de San Isidro y raro es el día que esa “afición” no la lía de un modo u otro…¡ ojo! también cabe la posibilidad de echar el candado a esa Puerta Grande y que no salga por ahí ni el Tato… o hacerte un examen teórico para ver si te sabes el Cossío y el Reglamento al dedillo antes de venderte la entrada ( entiéndase la ironía).

Acabar diciendo que, nunca llueve ni lloverá a gusto de todos y que para gusto los colores, así que ahí les dejo para reflexionar sobre el tema o no, como ustedes gusten, para centrarme en lo ocurrido sobre el albero.

Guillermo Hermoso de Mendoza: Sale Léa Vicens -cómo madrina- y Sergio Domínguez (que actúa como sobresaliente esta tarde) como testigo para ceder los “trastos “ de confirmación a Guillermo Hermoso.

A lomos de “Jíbaro” recibe Guillermo al primero de la tarde, un ejemplar que le sigue bien y al que templa a la perfección, colocando un único rejón de castigo.

Con “Disparate” coloca excelentes banderillas, que arrancan la ovación de los tendidos, de frente y en corto hace las delicias de todos. Cambia de montura, sacando a “Índico”, con el que coloca las banderillas cortas (una sola banderilla).

A lomos de “Esencial” coloca las rosas de forma excepcional y unas banderillas a dos manos del mismo modo. Necesita de dos rejones de muerte y descabello para rematar una rotunda y redonda faena con el de su confirmación. Palmas sueltas (raramente frio el público) y ovación en el arrastre.

En su segundo, sale un animal de correr algo distraído, al que coloca un solo rejón de castigo. 

A lomos de “Berlín”, coloca las banderillas, cargado de temple el navarro, realizando una faena muy ceñido y de auténtica transmisión que cala profundamente en los tendidos.

A lomos de “Ilusión”, continúa el recital de toreo puro, templado y de exposición que tiene al público ensimismado en la faena. Para las banderillas cortas, sale a lomos de “Esencial”, y, a pesar de que el toro ya se muestra bastante amorcillado, el navarro sigue ciñiendose y coloca una banderillas de frente y a dos manos que levanta la ovación en los tendidos. Pincha hueso antes del rejón y descabello definitivos. Una oreja de ley a su soberbia actuación.

A lomos de “Alquimista”, recibe el quinto de la tarde, con el que falla al colocar el rejón de castigo. (Ovación para el subalterno que retira el rejón). De nuevo, a lomos de “Berlín” luce en banderillas el navarro, con “Ecuador” cita de lejos y hace unos bellísimos quiebros que vuelven a levantar los tendidos y con “Esencial” coloca tres banderillas cortas de enorme transmisión. En la suerte suprema, cita de lejos y de frente cargado de exposición y remata con un magnífico rejón. Dos orejas a su, más que brillante, actuación.

Léa Vicens: En su primero, a lomos de “Bético”, derrocha torería y templanza Léa Vicens, quien se marca unas ceñídisimas banderillas, para disfrute de todos. Para las banderillas cortas, se adorna y gusta a lomos de “Deseado”. El fondo de su oponente, quizá no es el más adecuado, pero la francesa sabe lucir la lidia mostrándose por encima de él, que da muestras continuadas de mansedumbre y haberse tejado. Una pena que, el fallo en los aceros, la priva de los trofeos que hubiese tenido a buen seguro tras su entrega. Silenciada en su actuación.

En su segundo, recibe a lomos de “Guitarra” colocando dos rejones de castigo. Ya, a lomos de “Diluvio”, coloca tres pares de ensueño con los que vuelve a levantar los tendidos y con “Aladín”, continúa haciendo las delicias de los presentes, que vibran con el gran hacer de Léa. Monta a “Jazmín” para colocar unas excelentes banderillas cortas. Complica el animal la suerte suprema, pero Léa, con gran oficio consigue templarlo y ejecutarla. Una oreja de peso , que a punto estuvo el palco de negarla a pesar de la fuerte petición.

Recibe al que cierra plaza a lomos de “Bach”, y ya en banderillas, con “Bético” luce y seduce a los tendidos, entrega , pureza y torería la que derrocha Léa y continúa en esa misma tónica a lomos de “Diluvio”, el público jalea su actuación , ánimos que suenan casi a música. Continúa, para las banderillas cortas, a lomos de “Fermín” y hace rugir Las Ventas con un rejón de muerte que hace caer al animal rodado patas arriba. Una oreja y fuerte petición de la segunda ( el palco se muestra extrañamente reticente con Léa en todas sus actuaciones).

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas

Segunda de rejones del presente ciclo Isidril 

Octavo “No hay billetes” del serial.

Toros de el Capea y Carmen Lorenzo de buena presentación y mejor juego en su mayoría.

Léa Vicens: Silencio , una oreja, una oreja.

Guillermo Hermoso de Mendoza: Palmas, una oreja, dos orejas.

Fotos: Raúl Valdivielso