sábado, 15 de octubre de 2022

Estúpida derecha / por Eduardo García Serrano


Si Feijóo y Ayuso creen que no haciendo lo que podrían hacer, que no es poco, frente a la ejecución de la Ley de Memoria Democrática contra el Valle de los Caídos y la tumba de José Antonio Primo de Rivera, se están almenando de demócratas, coronándose de constitucionalistas y están evitando que la izquierda los enclaustre en el gueto fascista, es que los dos son aún más imbéciles de lo que lo fue aquel cretino que se llamaba Gil Robles...

Estúpida derecha

Eduardo García Serrano
El Correo de España/14 Octubre 2022
La estúpida derecha política, y también social, que padecemos no se da cuenta de que la violencia que crepita en el caldero de la Ley de Memoria Democrática también va dirigida contra ellos. Ni siquiera el miedo a que les motejen de fascistas justifica su cómplice letargo, su silente actitud ante el bárbaro avasallamiento de la Ley de Memoria Democrática, porque su mutis ante el vandalismo socialcomunista y separatista de esa ley no les libera del adjetivo predilecto de la izquierda para acojonar a un pepero, a cualquier pepero, con o sin mando en plaza: Fascista. Es más, ellos han asumido, deglutido y metabolizado la carga despectiva y tenebrosa del término para arrojarselo, tal cual hace la izquierda, a todo aquel que no sea como ellos, preferentemente a VOX. Claro.

Si Feijóo y Ayuso creen que no haciendo lo que podrían hacer, que no es poco, frente a la ejecución de la Ley de Memoria Democrática contra el Valle de los Caídos y la tumba de José Antonio Primo de Rivera, se están almenando de demócratas, coronándose de constitucionalistas y están evitando que la izquierda los enclaustre en el gueto fascista, es que los dos son aún más imbéciles de lo que lo fue aquel cretino que se llamaba Gil Robles, jefe de la emasculada derecha de la CEDA, que cuando José Antonio irrumpió en política dijo aquella estupidez lapidaria, destinada a los mármoles del mausoleo universal de la cobardía: “Prefiero la eficacia a la gallardía”; olvidando, como todo tibio desmedulado, como todo invertebrado de derechas húmedo de babas y miedo, que España está hecha de gallardía y que, por lo tanto, no hay nada tan eficaz como la gallardía, incluso más allá de la democracia y de sus leyes, más allá de las urnas y de sus aritméticas, más allá de la economía y de sus ábacos.

Estúpida y cobarde derecha, para la que la gallardía no cabe en la Constitución ni en la democraciaquenoshemosdado, ¿acaso crees que la izquierda, que ha esperado más de ochenta años para vengar su derrota, en la Guerra y en la Paz, en los huesos de los muertos va a olvidar que el PP fue fundado por siete ministros franquistas? Como decía Ortega, no el Smith sino el Gasset, “no sabéis lo que os pasa y eso es lo que os pasa”, y como él acabaréis todos entonando la melopea del cabrón, primero consentido, y luego perseguido: “No es esto, no es esto, no es esto”. Pero ya será muy tarde porque en España, gracias a vuestra complicidad democrática y constitucional con la izquierda, ya no hay gallardía. La gallardía está enterrada en el Valle de los Caídos, donde ni el odio de la izquierda ni la cobarde estupidez de la derecha la dejan descansar en paz.

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