martes, 24 de octubre de 2023

La vida no vale nada / por Pla Ventura


"...vemos llegar, a diario, a nuestras costas, innumerables pateras de seres indefensos que, habiendo sido expoliados por las mafias que trafican con seres humanos, muy pronto se llega a la conclusión citada, que la vida de un ser humano vale menos que una cucaracha..."

La vida no vale nada
Pla Ventura
Toros de Lidia/24 octubre, 2023
Me viene ahora a la mente la canción de José Alfredo Jiménez, aquel compositor y cantante mexicano que, además de rancheras escribió melodías inolvidables, entre ellas, la vida no vale nada. Y viene a colación en que la vida no vale nada cuando vemos llegar, a diario, a nuestras costas, innumerables pateras de seres indefensos que, habiendo sido expoliados por las mafias que trafican con seres humanos, muy pronto se llega a la conclusión citada, que la vida de un ser humano vale menos que una cucaracha.

En el mundo en que vivimos, en los tiempos que corren en que todo debería ser bonanza de cara al ser humano, en el país que fuere, resulta que, estamos mucho peor que hace diez décadas puesto que, en aquellos años, no sé si por la política de entonces o porque las mafias todavía no habían aparecido, ese problema no lo teníamos que, para colmo, a ver quién es el valiente que no sufre al ver dicha hecatombe humana; personas que llegan a diario a nuestros costas totalmente indefensos, sin pan ni abrigo y, lo que es peor, con un horizonte más negro que las chimeneas de una minería de carbón. Eso desmoraliza a cualquiera y, lo peor de todo es que existen culpables de tal delito, al margen de los hijos de puta traficantes de dichas personas, alguna responsabilidad tendrán los gobiernos respectivos, entre ellos el nuestro.

Gastamos miles de millones en armamento para hacer guerras, cohetes a la Luna y miles de asuntos que, sin ellos viviríamos tan ricamente y, por el contrario, para solucionar el tema de los desdichados que entran en patera a nuestro país, para ello no tenemos solución alguna y, no digamos de los países oriundos desde donde vienen dichas criaturas. ¿Eso es el mundo de la política, consentir que mueran de hambre y frio miles de seres indefensos que han llegado en patera a España o Italia? Vergüenza debería de darles a los que se dedican a la política, españoles o de cualquier país de origen que permiten que haya trata de seres humanos para que, los más vivos se enriquezcan a costa de las miserias de los demás. Está claro que no existen leyes que tengan el fundamento para solucionar este asunto gravísimo desde cualquier parte del mundo. Eso de la globalización que nos quieren contar es un cuento chino; vamos que, para una película de terror lo podríamos entender pero que eso pase en la vida real, la canallada no puede ser más grande.

Fijémonos que, dichas criaturas llegan a España o Italia desde Senegal y otros países africanos, con el coste para ellos de cuatro mil euros, una fortuna que la tienen que ahorrar en sus países de origen con el trabajo de cuatro años para emprender la aventura puesto que, muchos, miles, han muerto en el mar, lo que evidencia que sus países de procedencia son unos desalmados que permiten que miles de personas huyan despavoridos de las dictaduras que ejercen en África en la que, una vez más, los hechos demuestran que una vida no vale nada.

Eso sí, una vez en Europa, ¿qué futuro les espera a todos? Y, en el caso de España en lo que llevamos de año han entrado más de cuarenta mil criaturas. ¿Qué hacemos con ellos? Está claro que si los países africanos no tienen convenios con España al respeto, una vez aquí deberíamos de darles el cobijo necesario puesto que, si los hemos aceptado, en vez de dilapidar miles de millones en estupideces por parte de nuestros gobernantes sin escrúpulos, construyamos albergues y centros de formación para que dichas personas vivan, en el peor de los casos, con la dignidad que merece cualquier ser humano; vamos que, lo que nos gastamos con los perros podríamos solucionar el problema de los seres humanos y sobraría dinero pero, jamás en mi vida he oído decir a la guarra de Yolanda Díaz un sola palabra al respecto de los inmigrantes pero, eso sí, quiere que las empresas rebajen su horario laboral a treinta y cuatro horas semanales para, de tal modo, repartir el trabajo. ¿Se puede ser más asquerosa e inepta? Un país solo puede progresar mediante la creación de puestos de trabajo, nunca cerrando empresas y montando quiebras que es lo que estas gentuzas promueven a diario.

Y si se crearan más empresas y puestos de trabajo, estas criaturas podrían tener acceso al mismo pero, para desdicha de estos seres indefensos, se les deja de la mano de Dios para que su futuro sea el más incierto del mundo. Y Pedro Sánchez sigue hablando de progresismo en nuestro país. Claro que, el progreso es para él puesto que sus compatriotas le importan un carajo y mucho menos todos los inmigrantes que han llegado que, con toda seguridad, para él no existen, la prueba es todo lo que está sucediendo al respecto

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