miércoles, 13 de marzo de 2024

Un irresponsable / por Pla Ventura

 

"..¿Qué pasó entonces en Valencia? Que el presidente hizo un ridículo de espanto; como explico, si le preguntásemos a él diría que cumplió el reglamento, pero, como antes dije, ¿hay alguna objeción que impida que actúen dos sobresalientes? Ninguna, por supuesto..."

Un irresponsable

Pla Ventura 
Toros de Lidia/12 marzo, 2024
El reglamento taurino actual dice que, en toda corrida de seis toros para un solo diestro tiene que haber un sobresaliente, lo más lógico del mundo y, eso hizo el presidente de la corrida celebrada el pasado domingo en Valencia, pero, a tenor de lo contado, ¿dice en algún lugar el reglamento que pueda haber más de un sobresaliente? Por supuesto que no. Por dicha razón, la empresa valenciana contrató a dos sobresalientes para prever cualquier eventualidad, como se hace siempre en Madrid y en muchas otras plazas cuando un torero se enfrenta a seis bicornes en solitario.

¿Qué pasó entonces en Valencia? Que el presidente hizo un ridículo de espanto; como explico, si le preguntásemos a él diría que cumplió el reglamento, pero, como antes dije, ¿hay alguna objeción que impida que actúen dos sobresalientes? Ninguna, por supuesto. Pues ese hombre que no recuerdo su nombre impidió que, además de todo, un torero, Amor Rodríguez, se ganara un sueldo digno que para eso acudió a Valencia, porque había sido contratado por la empresa en calidad de sobresaliente.

O sea que, la intención de la empresa era digna de elogio. Recordemos, si de eventualidad fatal hablamos, aquella tarde en que los tres diestros, en Madrid, pasaron a la enfermería y no pudo terminarse el festejo. Es verdad que, en festejos en los que actúan tres espadas no hay que contratar a sobresaliente alguno, pero, lo digo porque en el caso del domingo pasado en Valencia, pudo haber caído herido -que se salvó de milagro- Román y tener que hacerse cargo de los toros restantes el sobresaliente, pero y si cae herido el sobresaliente, ¿quién termina la corrida? Como vimos, un dislate en toda regla.

El presidente del festejo está en el palco para impartir justicia, que haya orden en la plaza, para vigilar el sorteo para que no haya el menor atisbo de amaño, incluso para rechazar la corrida si ésta no tiene el trapío adecuado para la plaza en la que se va a lidiar pero, impedir que actúen dos sobresalientes, eso es la primera vez en mi vida que lo he visto, lo que viene a demostrar que, ese hombre en vez de aplicar el reglamento, lo que hizo fue ponerle trabas a una situación que nos pareció la más normal y lógica del mundo.

Y que haya dos sobresalientes en el ruedo es algo que viene de lejos, si no recuerdo mal, desde aquella ocasión en que don Antonio Bienvenida lidió seis toros por la tarde y seis por la noche, en Las Ventas. En la corrida vespertina, don Antonio lidio la corrida sin mayores incidencias, pero, ya en la noche, Bienvenida se sintió indispuesto tras la lidia del tercer toro y, se hizo cargo de los tres toros restantes Antonio Mahíllo que, según cuentan, pasó un verdadero quinario. A partir de aquel momento, dadas las circunstancias, la empresa de Madrid, en el siguiente festejo de seis toros a cargo del maestro Gregorio Sánchez, ya puso dos sobresalientes para prevenir cualquier lance como el que días antes había sucedido.

O sea que, lo más lógico del mundo, dos sobresalientes, no tuvieron cabida en Valencia cuando, en realidad, ese hecho debería de haber sido toda una declaración de intenciones por parte de la empresa -que lo fue- al prevenir antes que curar. Pero así es la insensatez de algunas personas que, por aquello del cargo que ocupan se creen por encima del bien y del mal para estropearnos el pasodoble a todos. Imaginemos por un momento que, Román resulta cogido en el segundo enemigo, se hace cargo el sobresaliente y, dada la poca experiencia del torero “reserva”, éste resulta herido de igual modo. ¿Quién se hace cargo de la corrida? Que analice el que sepa.

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