jueves, 30 de mayo de 2024

San Isidro/24: El timo del toro gordo / por Antolín Castro


"..Los kilos de carne no eran de una marca cualquiera, lo fueron de una con denominación de origen, ni más ni menos que de Juan Pedro Domecq. Pueden ir haciendo cola en la carnicería quienes quieran degustar tan rico manjar.."

San Isidro/24
El timo del toro gordo

Antolín Castro
Opinión y Toros/29 Mayo 2024
Casi cuatro toneladas de carne se enseñorearon de la arena de Las Ventas e hicieron las delicias del carnicero.

Los kilos de carne no eran de una marca cualquiera, lo fueron de una con denominación de origen, ni más ni menos que de Juan Pedro Domecq. Pueden ir haciendo cola en la carnicería quienes quieran degustar tan rico manjar.

Seis toros seis para tres toreros tres, todos ellos, toros y toreros, de reconocido prestigio y con espectadores que anhelaban estar presentes en el encuentro en la cumbre. Resultó que no se llegó a la cumbre, pues casi todo rodó a muy baja altura. La casta, la raza y las fuerzas de los bovinos fue como de andar por casa y los logros de los toreros, con ese material, tampoco pudo satisfacer a los más exigentes.

Morante estuvo en Morante en días de poco fuste y solo podemos reseñarle algunas verónicas en un quite al toro de Aguado y un primoroso comienzo de faena a su segundo. Con el uso de la espada estuvo mal y con los ánimos, en el primero, muy mal. Cabreo general y bronca al de la Puebla.

Pablo Aguado estuvo bien con la capichuela a la verónica y en un quite por chicuelinas, réplica al de verónicas que hizo Morante, en la muleta quiso el sevillano, pero los toros no ofrecieron ventanas claras por donde asomar ese toreo de naturalidad extrema con el que nos suele obsequiar.

El gordo, nunca mejor dicho, le tocó a Talavante en su segundo acto y fue precisamente el único toro que dejó que le construyeran una faena de cierto contenido, aunque no fue un prodigio de ortodoxia y regularidad, mezclando pases respetables con algunos adornos para elevar la tensión de quienes le pedirían la oreja.

Este fue 'Rebeco', quinto de la tarde

El gordo, un toro de 672 kilos, de nombre Rebeco, fue el único al que se le pudo llamar toro de lidia. Curiosa esta circunstancia cuando lo normal es que los taurinos suelan contarnos eso de que los toros con muchos kilos no embisten. Un embuste. Las personas de peso o grandes pueden ser más ágiles que otras de menos carnes, lo que diferencia a uno de otro es el motor, lo que en el toro de lidia suele llamarse casta. Rebeco, fue al único que le pudimos identificar esa capacidad para seguir los engaños durante toda la lidia a la que se le sometió, siendo en la faena muy exigente.

Talavante paseó una oreja de ese gordo sin que pudiera lamentarse después con aquello de que ‘con ese peso y esos kilos es imposible que embista’. Pues embistió.

La plaza, como es natural con ese cartel, se llenó... y en ese lleno había mucha gente indocumentada. A mi espalda pude escuchar una frase que denota el conocimiento de algunos: Por lo menos Talavante se ha manchado el traje, Morante nada. Es bueno que se llenen las plazas, pero mejor es si aprenden a apreciar todo cuanto sucede. La tele debería hacer más pedagogía y menos aplausómetro, que luego llegan algunos muy desinformados.

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