lunes, 3 de junio de 2024

MADRID/ 21ª San Isidro.- La dura fiesta / por Jorge Arturo Díaz Reyes

Juan Leal con la cuadrillas de sus compañeros caídos abandona la plaza. Fotograma: OneToro

"..Plantígrado, embrocado, templado, vaciando atrás ligó, tres series con sus forzados de alta cotización, y el culmen con los frontales, cruzados y a pies juntos, hasta cuatro, el farol y el forzado. ¡Clásico! El pequeño mexicano con vitola de mero macho. Era la buena nueva. Y el volapié a la cuna.."

La dura fiesta

Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/Cali, VI 02 2024
La revelación de la corrida fue el moreliano Isaac Fonseca, quien llegó precedido de su fama tremendista, se plantó muy serio en el toreo fundamental y honró la suerte suprema, para cortar una oreja sin glosas. Una de las más de la feria. No por mansa y sosa la corrida de Pedraza de Yeltes careció de peligro. Lo demostró con sangre humana. Mandó dos lidiadores a la enfermería y al tercero lo derribó y por un pelo no le pudo cazar.

Alejada de sus habituales mega proporciones, hoy en 558 kilos promedio, fue astifina, bien armada. Reforzada por un Torrestrella, sexto, cinqueño, imponente y uno de Chamaco, segundo bis, largo y también cinqueño. Cinco colorados, un castaño y un negro, el más encastado y noble fue el tercero “Liriquillo” protestado de salida y ovacionado de arrastre. Habitual en esta plaza.

Isaac Fonseca le saludó la entonada embestida con dos lances a dos manos rodilla en tierra, cuatro verónicas templadas y rimadas, y tres medias, una tras otra de mucha torería. La ovación cerrada selló de comienzo el pacto de mutuo afecto. En las varas de Borja Lorente, manseó, y tampoco lució en el quite por tafalleras de Leal. Pero Juan Carlos Rey y Tito, se le fueron arriba con tres pares de gran impacto y saludaron Montera en mano con Raúl Ruiz que había estado estupendo con la capa. De allí en adelante la cosa retomó el vuelo con que había comenzado.

El brindis fue al público y allí mismo de rodillas, cite de largo, para cuatro derechas en redondo muy toreadas y expuestas, un cambio de mano, un natural y el pase de pecho arrancaron el primer rugido multitudinario. La muleta en la diestra unció al noble en tres tandas de mucha transmisión que no dejaron caer el vatiaje. Más lo superior vendría por la izquierda.

Plantígrado, embrocado, templado, vaciando atrás ligó, tres series con sus forzados de alta cotización, y el culmen con los frontales, cruzados y a pies juntos, hasta cuatro, el farol y el forzado. ¡Clásico! El pequeño mexicano con vitola de mero macho. Era la buena nueva. Y el volapié a la cuna, la espada delanterita hasta los gavilanes y el colorado a tierra para que los que le habían despreciado a la llegada despidieran el arrastre a palma batiente. La oreja, de Madrid. No como tantas de pueblo que se han dado en esta feria. Y Fonseca y todos tan contentos en una vuelta entrañable con muchas prendas e hispano-mexicanismo.

El torrestrella sexto, “Pensativo” era de miedo, negro, con mucha cara, dos agujas veletas y 573 kilos. Campeó en el ruedo, e Isaac lo paró con jaleados lances de brega a dos manos y dos medias, la última belmontina. Jesús Vicente le atinó en una buena puya y le puso la otra trasera. Y la poco antes ovacionada cuadrilla, volvió a cumplir el tercio con honores. Puso la montera frente a la enfermería en brindis al herido Espada y se fue a cumplir el grave compromiso.

Cuatro buenas derechas y el remate, la gente con él, después otras tres series serias por el mismo lado y en la última cuando pasaba por bajo para iniciar el de pecho el toro abandonó la muleta tiró los pitones arriba y le cogió por la espalda zarandeándolo entre las puntas. Cayó a la arena maltrecho acusando la impresionante herida y se lo llevaron. El director de lidia se hizo cargo y liquidó la corrida con un pinchazo y una estocada desprendida letal.

Francisco Espada, muy jugado toda la tarde, con un lote ingrato, mató al segundo tardo, de pinchazo y estocada tras aviso. El quinto, se dolió en banderillas, era cobardón y taimado. Pero el fuenlabreño no venía a perder su bien ganado cartel aquí. Tres por alto, uno de costado, un natural y uno de pecho. Respeto. En la siguiente derecha, muy ceñida, las patas traseras de “Burraco” le hicieron zancadilla, cayó, y al incorporarse, la punta del pitón derecho le cazó por la taleguilla le lanzó al aire como un papelito y de caída le buscó de nuevo pegándole un palotazo en la cabeza y dejándole exánime. Corrieron con él a la enfermería de donde no volvió a salir.

Cuando el francés Juan Leal, a quien la famosa claquecita de arriba tuvo entre ojos desde el paseíllo, protestándole todo, y más el arrojo con que afrontó sus toros, cuando decía, como manda el reglamento inició la lidia y muerte del agresor, le pitaron, exigiéndole que matara el toro sin lidia. ¡Sin lidia!  Querían los ignorantes sabihondos. Los ignoró, como debía. Toreó con decoro por los dos pitones, en medio del rechazo vulgar, con cuatro dignas tandas, igualó y puso media espada tendida y otra honda que bastaron. En lugar de gratitud por haber tenido que matar cuatro toros, le agraviaron. Así de dura y hosca estuvo esta tarde de Las Ventas.  

FICHA DEL FESTEJO

Madrid. Domingo 2 de mayo 2024. Plaza de Las Ventas. 21ª de San Isidro. Sol. Menos de tres cuartos de aforo. Cinco toros de Pedraza de Yeltes, 6º de Torrestrella, y 2º bis de Chamaco, 558 kilos promedio, dispares en diversas versiones. Ovacionados el 3º.

Juan Leal, silencio, silencio tras aviso, silencio y silencio

Francisco José Espada, silencio y cogida

Isaac Fonseca, oreja y cogida

Incidencias: Saludaron Juan Carlos Rey, Tito y Raúl Ruiz tras el segundo tercio del 3º. Y Marca Leal tras parear al 4º. Francisco Espada e Isaac Fonseca cogidos por el 5º y 6º respectivamente pasaron a enfermería.

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