domingo, 18 de abril de 2010

RIOBAMBA 2010: MARTÍN CAMPUZANO INDULTA UN TORO DE "TRINIDAD"

Martín Campuzano,
el triunfador a hombroscon el mayoral de "Trinidad"

FERIA DE RIOBAMBA 2010

"SEÑOR DEL BUEN SUCESO"

MARTÍN CAMPUZANO INDULTA AL TORO "BUENAS NOCHES"

DE LA GANADERÍA DE "TRINIDAD"

El otro triunfador, "Buenas Noches"
Y LE LLAMAN TRINIDAD….


Blog Del toro al infinito
Riobamba, Domingo 18 de Abril de 2010
Hay que imaginarse que con este nombre bautizó Marcelo Herdoíza a su ganadería en patente advocación a la Santísima Trinidad con ruego y esperanza de ser guiado por el trino divino en propósito, deseo, y voluntad de lograr lo que todo criador de reses bravas debe soñar.

Todo lo más alejado de lo que representa en la gran pantalla el mismo nombre de Trinidad, sinónimo de malas artes, truco y pillería del que todo buen ganadero debe huir.

Los riobambeños bien pueden presumir de uno de los suyos, del esfuerzo y dedicación del este entusiasta criador de bravo, que, además, aporta sus dotes de emprendedor empresario para ofrecer a estas buenas gentes la Feria de “Señor de Buen Suceso”.

Riobamba, orgullosa de su fundación hispana y del legado taurino, se fundó el 15 de agosto de 1534 por Diego de Almagro. Fue la primera ciudad española fundada en tierras de lo que hoy es el Ecuador. Durante la colonia fue una de las ciudades más grandes y bellas de Las Américas, y de superior renombre cultural, y aunque la riqueza monumental de sus edificios, iglesias fuera destruida 1797 por un terremoto destruyó la ciudad, aun luce su esplendor.

Es por acá en la hacienda del Pongo, dónde donde el ganado de sangre Domecq y Nuñez –via “Garcigrande” y “Alcurrucén”- preserva la reata de aquellos primeros toros españoles llegados al Ecuador, para ser lidiados en la primera plaza que existió, otra primicia más de las que se otorgan a la hermosa ciudad capital del Chimborazo, a lomos de la cordillera de los Andes, y que con otros volcanes como el Tungurahua, el Altar, y el Carihuayrazo forman vigorosos la guardia incaica de lo que pudiera haber sido un pionero fundo ganadero, recreado hoy en los brazos de “Trinidad”.

Ayer sus toros hicieron honor a la historia de “la Sultana de los Andes”, y por el ruedo de su monumental plaza “Raúl Dávalos” lucieron sus buenas hechuras, los más su bravura y nobleza, y algún otro mansedubre y genio; pero presentados con escrúpulo ganadero y la integridad y respeto que se merece el toro bravo y el público que asiste y mantiene el espectáculo.

Sobre el anochecer riobambeño se abrió el portón a “Buenas Noches”, marcado con el número 200 sobre la armonía de los 455 kilos que dio en la romana. Ahí estaba el también bravo torero quiteño Martín Campuzano para agradecer su clara y repetitiva embestida al recibirlo en tablas con una profunda y templada serie con la capa. Las verónicas dibujadas con el más puro y clásico trazo artístico como una gentil respuesta al saludo de “Buenas Noches”, buenas las tenga usted, le diría al oído Martín, y, así fue, la tuvieron los dos. Uno volvió al Pongo por donde salió, soñando con la vida regalada de mesa y harén que le espera, y otro se fue por la puerta grande a San Francisco de Quito para soñar con la otra puerta de la Amazonas por dónde salen los toreros a hombros en la Feria de “Jesús del Gran Poder”.

Demostró su bravura “Buenas Noches” en el peto, y mantuvo su vigor y pujanza para que Martín Campuzano realizara la faena que entusiasmó al respetable.

La fijeza y buen tranco del tercero de la tarde permitió el lucimiento de Neptalí Caza, "El Tortuga", en dos valeroso pares de banderillas en todo lo alto, inverosímiles, casi sin poder apenas asomar la cabeza por su caparazón.

Largas series con ambas manos, intercaladas briosos remates, y buena puesta en escena ante la cara del toro, dieron lugar a que este pequeño gran hombre, superara con creces sus limitaciones físicas, y las profesionales inherentes a todo torero ecuatoriano de tan escasas oportunidades.

Ya a mitad de la generosa faena el público comenzó a pedir tímidamente el indulto del toro de “Trinidad”, para pedir con estruendo su indulto cuando el quiteño se dispuso a emplear la tizona. El presidente no lo dudó y el pañuelo color naranja ondeó sobre la barandilla del palco, para después conceder los simbólicos trofeos de orejas y rabo a Martín Campuzano.

Ya en el sexto no pudo reeditar su éxito, y su empeño se estrelló contra las pocas ganas de pelea que mostraba su oponente.

Los españoles Antonio Pérez “El Renco” y Julio Benítez “El Cordobés”, quisieron y no pudieron por distintas causas.

La faena del buen primer toro de “El Renco” la brindó a la figura universal del toreo Manuel Benítez “El Cordobés”, recibido con clamor a su entrada por el callejón de la plaza y que prefirió no salir al ruedo ante el ruego del presidente de la corrida para no restar importancia a la terna actuante.

La buena disposición de “El Renco” no bastó para aprovechar la nobleza de su primero, y dominar la embestida rabiosa de su segundo; el acoplamiento necesario entre toro y torero se rozó pero no se alcanzó, aunque, eso sí, intercalara fases de buen toreo que le hubieran hecho merecedor de alguna oreja de haber estado acertado con los aceros.

Se esperaba más de Julio Benítez y, aun más, con la moral de la presencia de su padre. La movilidad de su lote y las buenas condiciones iniciales fueron acometidas en un encomiable esfuerzo, pero las esperanzas se fueron diluyendo por una aparente falta de sitio.

Total que un Tortuga y un Martin a lo grande por Riobamba, la “Sultana de los Andes”. Los españoles, uno para Córdoba, ciudad de los Califas, y el alicantino para la taifa de Al-Laqant.

Para hoy se espera con expectación las presentaciones del reciente triunfador de Sevilla Oliva Soto, de Ambel Posada, y la alternatetiva del riobambeño José Antonio Benítez. ¡¡Suerte…!!
Manuel Benítez El Cordobés" entre su hijo Julio, y "El diablo"

Julio Benítez "El Cordobés" y Antonio Pérez "El Renco"

Martín Campuzano

Manuel Benítez "El Cordobés", Juan Lamarca, y Marcelo Herdoíza
La Monumental "Raúl Dávalos" de Riobamba






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