La catedral de la Fiesta NacionalRAFAELILLO, DE LEÓN A RATÓN
Por Bocanegra
Madrid, 10 de Mayo de 2010
No de un ratón cualquiera, no, de un ratón colorao como a los que el vulgo les atribuye dotes de listeza y picardía para los mejores logros. Un pinchazo sin muerte, hondo y trasero, precedió a la acción de la artera rueda de peones para dar en tierra con los huesos de “Guindoso”. Como en un pueblo cualquiera, reverdeciendo las premuras y necesidades de “Mi tío Jacinto”, -aquella joya de Ladislao Vajda- el hoy gigante murciano ordenó al puntillero que emulara, a su vez, el eficiente y frío desparpajo del gran Pepe Isbert en “El verdugo” –la otra joya de Berlanga- para acabar con la vida de este toro, cuarto de la tarde.
La talanquera rugió nuevamente y los pañuelos dirigidos al palco como trallazos arrancaron la oreja del burel ajusticiado. Hasta dos apéndices pidieron ayer los usuarios domingueros del abono cautivo de la primera plaza del mundo, para premiar la magnífica labor de Rafaelillo el grande, pero… ¿y la estocada?
El torero murciano tuvo una gran ocasión en Las Ventas, orejas aparte, de sustituir para el futuro su diminutivo nombre por el de Don Rafael. Si Rafaelillo hubiera mantenido en todo momento sus aires de león durante la lidia, sin caer en tentaciones ratoniles de recursos y ventajillas, su triunfo hubiera sido de órdago a la grande, con el mejor lote.
Su oficio y capacidad cimentados en el valor natural que atesora, le elevaron, con gallarda actitud y decidida entrega, sobre los emocionados tendidos, mientras que su tauromaquia se extendía sobre el ruedo venteño para domeñar, a pesar del viento racheado, las embestidas de "Dolores", a veces nobles, a veces broncas, con la cara arriba o abajo, por los adentros o por las afueras, pero con movilidad.
Cuando en su segundo se lo creyó y se puso derecho, bordó el toreo con el mejor estilo y templanza.
En su primero mereció Rafaelillo el premio de oreja. Hubo buen remate en la estocada de una vibrante faena pero la petición del público no fue atendida por el mismo presidente que, días antes, ofreció dádiva a Curro Díaz, con la diferencia de que el torero de Linares tuvo ante su muleta a un amigo y el de Murcia se enfrentó a un toro en toda regla.
No fue agraciado Fernando Cruz con lo que le cayó en suerte y no encontró el resorte que levantara su ánimo. Se llevó el toro de pico, de Fernando Peña, cuyas breves pero templadas embestidas no encontraron el temple en la muleta del madrileño.
La tragedia de los modestos apareció nuevamente en las Ventas con la espeluznante cogida de Joselillo. Ciertamente no se acopló con su buen primer toro y en el sexto se le vio decidido a jugarse el todo por el todo.
No era la ocasión con ese “barrabás”, pero de la falta de contratos y el porvenir incierto de los del “mau mau” nace el arrojo y hombría de los toreros en lucha por alcanzar lo que sueñan.
El cinqueño “Argelón” complacería, es de suponer, las conocidas ilusiones miureñas de su criadora por sus aviesas intenciones, y la talanquera disfrutó con este ejemplar de casi seiscientos kilos en la romana.
La autodenominada “afición” intuyó ocasión propicia para la ayudita a la generosa ganadera amiga, y lucir este manso disfrazado de bravo; así que “ordenan” el tradicional tentadero de machos que celebran cuando se tratan de reses rabiosas de hierros afines.
Solo faltó pintar en el ruedo el triángulo para “las concurso” de las que son beneficiarios. Todos preparados, el toro de largo y que no arranca, el picador sobre la raya p’arriba y p’abajo, con repique de estribo y alarido aguardientoso,… y el “dolores” que no va, “la afición” empujando con las mismas ganas que emplean para echar a algún toro cuando es de ganadería desafecta, y el bicho que va pero que no va, y cuando por fin se decide al caballo ¡toma arreón! y de “najas”. Ahora de oca a oca, al caballo de chiqueros se va el manso, otro arreón y correr.
Bonito jolgorio en los tendidos. Otra vez en suerte el presunto bravo y, entre flautas y aplausos, se cambia el tercio con el bicho crudo.
No era el momento, no, para que Joselillo mostrara su hombría. Su honor y su vregüenza torera se lo exigieron, pero la talanquera y los muñidores venteños no lo merecían.
El incompleto encierro de Dolores Aguirre, por rechazo de cinco reses en los corrales, dio espectáculo por su movilidad y raza, la buena y la mala.
Fue buenos para la muleta el lote de Rafelillo, y el primero de Joselillo. La presentación discutible con dos toros de bajo trapío que quizás con otro hierro no hubieran sido aprobados.
En Pamplona y Bilbao suele presentarse la ganadera vasca "por arriba", y a Madrid trae lo "de abajo". Por aquí todo facilidades, como si esto fueran las Islas Caimán……
El poderío de Rafael Rubio "Rafaelillo"Madrid. 4ª de la Feria de San Isidro. Casi lleno aparente en tarde fría.
Cinto toros de Dolores Aguirre y un remiendo (5º) de Fernando Peña. Desiguales de presentación, 3º y 4º terciados y sin remate. Mansos todos en el caballo Rafaelillo, vuelta al ruedo tras aviso, oreja y silencio.
Fernando Cruz, silencio y silencio tras aviso.
Joselillo, silencio tras aviso en el único que mató.
Rafaelillo entra a matar al "barrabás" 6º
Joselillo sufre una cornada de 20 centímetros de pronóstico graveEl matador de toros vallisoletano José Miguel Pérez ‘Joselillo’ cayó herido esta tarde en Madrid, cuando fue alcanzado por el sexto toro de la ganadería de Dolores Aguirre durante la faena de muleta. Lo volteó de forma espectacular y con un pitonazo certero, le infirió una herida de 20 centímetros.
Parte médico de Joselillo:
“Herida por asta de toro en tercio superior cara interna del muslo derecho, con una trayectoria hacia adentro y atrás de veinte centímetros que causa grandes destrozos en los músculos aductores y contornea el fémur, llegando a la cara posterior, con contusión del nervio ciático. Contusión en hombro derecho pendiente de estudio radiológico. Contusiones y erosiones múltiples. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Trasladado a la clínica La Fraternidad”.
En brazos y a la enfermería
Lleno aparente
El 6º, el toro de la talanquera, el toro de "la afición"huyendo del caballo de tanda
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