jueves, 22 de julio de 2010

"La venganza de la Cataluña independentista". Artículo de Carlos Crivell.


"La venganza de la Cataluña independentista"
Artículo de Carlos Crivell.

La suerte parece echada. La ILP puede acabar con las corridas de toros en Cataluña. Tal vez sea el momento de hacer algunas reflexiones. De un lado, ¿cuál es el auténtico significado del fin de los toros en las plazas catalanas y, especialmente, en la Monumental? De otro, ¿quiénes tienen alguna responsabilidad en este desenlace? Finalmente, es preciso hacer algunas otras consideraciones que pueden ayudar a intentar el estado de las cosas taurinas en Cataluña. Vaya por delante que el fin de los toros en Barcelona es una grave puñalada para la Fiesta. Sólo hay que repasar el significado de Barcelona en el toreo. Es una noticia pésima, si finalmente se consuma la prohibición.

El bandazo de los socialistas de Cataluña ha sido llamativo, aunque personalmente no me sorprende. En otras ocasiones lo he comentado. Aquí no existen programas de partido con unas líneas de conducta mantenidas para toda España. Son políticos que sólo buscan el voto. En Andalucía se vuelcan con la Fiesta porque es rentable en las urnas. En Cataluña no hacen lo mismo porque no es políticamente correcto y puede restar apoyos. Ya sabemos quienes son estos dirigentes de los socialistas de Cataluña.

No me extraña nada de lo que está ocurriendo. Muchos lectores habrán podido ver en distintos reportajes las manifestaciones de muchos catalanes antes y después del triunfo de España en la final del Mundial. Se ha podido ver con claridad que hay gente con el odio marcado en su sangre contra todo lo que huela a España. Me he retorcido de rabia al escuchar las argumentaciones de muchos personajes que animaban a Holanda, que decían que su selección no jugaba en el Mundial, que ese día no tenían ganas de hablar en castellano…He oído burradas tras burradas en las que sólo el odio feroz marcaba las palabras de estos tipos.

Al observar a esos individuos, he comprendido muchas cosas. A los pocos días de la resolución del Tribunal Constitucional acerca del Estatuto (por que se dice Estatuto) la inquina y animadversión contra todo lo que respire algo de españolidad se ha acrecentado. Y el ambiente les pide a los políticos que realicen manifestaciones de catalanismo y/o de antiespañolidad. Y lo primero es la votación del día 28, que no es ya una decisión fundada en motivos de sentimientos o ecológicos, es una forma de derrotar a España. Dirán esos estreñidos antiespañoles:

Nos habéis modificado el Estatuto, habéis ganado el Mundial, pues ahora suprimimos vuestra Fiesta, que es un símbolo de España”.

Y no hay que darle más vueltas. Esas caras que derramaban odio por todos sus poros son un ejemplo de lo que se respira en una parte importante de la sociedad catalana. Es verdad que hay gente normal, que es de Cataluña y se sienten españoles, claro que sí, pero hay una corriente muy intensa que quiere independencia, separación y desprecio. Y los toros pagarán el pato el día 28. Los socialistas se han asustado (en realidad se han cagado) y dejan libertad de voto para quedar bien con esa parte de Cataluña que quiere borrar cualquier signo de España en su comunidad. No han tenido los arrestos de imponer una disciplina de partido. Nada les debe la Fiesta a los del PSOE, incluso me pregunto si las ayudas en Andalucía son sinceras o son una simple pantomima electoralista.

De momento, el toreo tiene que tener claro que si la prohibición llega, de Cataluña no se debe consumir ningún producto en las tierras españolas. Y otro tema, más profundo, es analizar la parte de culpa que tiene el toreo en esta situación. Ya conocen mi postura. Se han hecho muy mal las cosas. La Fiesta necesita un revulsivo que pasa de forma urgente por la vuelta de la pureza. Y la pureza es un toro de verdad y toreros buenos. Pero ese es un tema de otro día. Lo que duele es que por un odio atroz a España, unos políticos de tres al cuarto modifiquen sus votos.

Ésa es la libertad y la democracia que algunos practican.

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