Otro antitaurino del zapaterismo, Antonio Muñoz Molina firma:
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"...Que en España haya corridas de toros y alegres fiestas patronales en las que con subsidio y bendición oficial son martirizados animales indefensos es una anomalía tan escandalosa como que los centros educativos de la Iglesia católica sean sostenidos por el dinero público ..."
Juan Lamarca
Madrid, 16 de Enero de 2011
Habló el ilustrado y subió el pan. Expele lo que lleva dentro, el resentimiento contra la mano que lo sacó de la miseria y contra los valores y tradiciones que hicieron felices en su infancia y juventud al pueblo donde nació y se crió. Nunca Úbeda gozó de una etapa de prosperidad y concordia tras superar la estela de los crímenes perpetrados por aquellos desilustrados que montaran su Paracuellos de La Loma, y que despertaran la admiración de este ilustrado alojado en el cubil del Instituto Cervantes de Nueva York. Fue la época que un torero –Antonio Millán Carnicerito de Úbeda- entusiasmaba a sus paisanos toreando al natural sin que nadie osara pensar que se dedicara a asesinar a animalitos indefensos, como ahora define al toreo este académico de cambalache político, chupóptero impenitente del erario público. Su mensaje contra las corridas de toros es el que prende entre la horda de correligionarios ubetenses para atentar contra el monumento erigido por suscripción popular al recordado torero, y donde precisamente se pintarrajea con el calificativo de ¡asesino!
La larga vida del invicto General, tan lamentada por el escritor de cámara de la mamandurria oficial, mira por donde, permitió su fuga de la media hambre familiar. y además ¿qué hubiera sido de este combatiente de espíritu chekista de no ser por la subvención oficial a los colegios católicos y la explosión del milagro español de la enseñanza –otro milagro más de la Oprobiosa-? Pues muy fácil, que el de la diatriba no hubiera podido ir gratis en su pueblo al colegio de la SAFA de los jesuitas, ni cursar bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media “San Juan de la Cruz”, ni hubiera obtenido beca para irse a la Universidad de Granada a obtener su licenciatura en Historia del Arte. Ya podría dar las gracias por aquellas subvenciones y becas que durante el denostado régimen permitieron a los hijos de los obreros el acceso a la enseñanza media y superior. En la clamorosa gratitud que suele mostrar el neoyorkino de pesebre no está solo, alguno más hay por ahí…..y desde las más altas instancias.
En una cosa no ofrece dudas, se trata de su obediencia servil; que su jefe ZetaP no quiere toros….pues él tampoco…y ¡leña al mono! En este caso contra un animal indefenso, el toro.
Lo que realmente está sin defensa en la España de hoy es la Fiesta ante gentuza de esta calaña.
Monumento erigido en Úbeda (Jaén) a Antonio Milllán "Carnicerito de Úbeda
Por desgracia, la fiesta no está indefensa por el trabajo o las opiniones de personas de la altura moral, intelectual y personal de Antonio Muñoz Molina, sino gracias a todos aquellos que desde los palcos presidenciales, las empresas, los trajes de luces o las crónicas periodísticas han consentido, consienten y consentirán los toros afeitados y dorgrados y sin trapío y sin casta y sin bravura, los que aplauden a los ponces y los cayetanos y los infinitos "toreros" de hoy que han puesto a la fiesta en estado de coma con sus trampas, sus mentiras y su constante estafa a los aficionados. Seamos serios y no sigamos viendo fantasmas en las opiniones libres y razonadas de quienes no encuentran nada de valor en esta fiesta en la que incluso los aficionados, si somos leales y sinceros y decentes, cada vez podemos ver menos cosas valiosas.
ResponderEliminarDa gusto ver como respetas la libertad de expresión y de opinión de los demás, insultándolos por pensar diferente. Se ve de la calaña que estás hecho, envidioso, retrógrado y analfabeto bloggero. Ya quisieras llegar a la suela de los zapatos de Antonio Muñoz Molina. Lo que tiene lo ha ganado con su esfuerzo. Esa enseñanza gratuita, esas becas...tal vez también tu hayas disfrutado de ellas y no ha valido para nada. He ahí la diferencia.
ResponderEliminarEste cateto resentido no sólo insulta sin razón a una persona libre, cuya opinión se ha caracterizado siempre por no atarse a nadie más que a sí mismo, sino que se permite el lujo de hablar nostálgicamente de la Dictadura y de sus "bondades". ¿Cómo es posible que semejantes palabras puedan publicarse en un país demócrata? Y lo peor de todo: nos castiga con una prosa churrigueresca que es un auténtico atentado al buen gusto más elemental.
ResponderEliminarG, la gran diferencia del régimen de libertades que hoy disfrutamos, mal que le pese a admiradores del "invicto general", es que hoy él puede escribir estas cosas, insultar y faltarle el respeto a un escritor y exaltar la dictadura y sus valores y está amparado por la Constitución. ¿Te imaginas lo que habría sucedido en sentido contrario? ¿Te imaginas lo que hubiera pasado si en ese régimen de paz y concordia que exalta este seño alguien se hubiese atrevido a cantar las excelencias de la democracia o hubiese atacado a uno de esos "escritores" que adulaban a los poderes del régimen? Posiblemente él mismo habría acudido a llevárselo detenido. Creo que esto retrata las grandezas y miserias de cada régimen político y, desde luego, retrata a quienes defienden la democracia (la imperfecta democracia de 1978, pero bendita democracia que hace posible que podamos expresarnos libremente) y a quienes defienden al franquismo. Por cierto, para mí ha sido siempre motivo de sorpresa que en este pais sea un delito la exaltación del terrorismo y no lo sea la exaltación del franquismo o de cualquier otro regimen criminal.
ResponderEliminarSaludos.
Manuel, ¡cuanta razón llevas!. Pero siempre me planteo sobre la libertad de este tipo de personas, una libertad mártir que no respeta la de los demás porque "agrede" la de ellos. Me llenan de repugnancia en el discurso político y en el plano personal de algunos. Tal como plantéas tu la tauromaquia, me parece respetable, aunque no comparto tu gusto por la fiesta.
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