Un toro de 'Pablo Romero' en Madrid
¿se apuntarán las figuras? ¿es la solución
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¿MADRID ES LA SOLUCIÓN? | ||
Por Antolín Castro
Si se lo preguntan a un torero en apuros -que torea muy poco- le dirá que sí, que Madrid es la plaza que le puede arreglar su futuro. La solución de su carrera pasa porque le pongan en Madrid y que con un poco de suerte un triunfo le catapulte a las ferias. ¿Es posible esa utopía? Hay nombres que demuestran que es verdad, Paco Ojeda, Juan Mora…, pero hay muchísimos otros en los que no se dio esa realidad tras de triunfar en su plaza. Existen condicionantes.
Si se lo preguntan a un torero que torea mucho, le dirá lo que quiera pero la verdad es que le da igual. Si tiene la etiqueta de figura, sin saberse quién las da aunque se sospecha que es el monopolio empresarial taurino, da igual Madrid. Veamos como ejemplos, aquí hay muchos más, a Emilio Muñoz que no dio nunca una vuelta al ruedo en Madrid y se paseó por el resto de ferias; Jesulín de Ubrique lo mismo y marcó record de actuaciones en varias temporadas; sin haber cortado nunca dos orejas a un toro los hay considerados como lo máximo y son legión los que no han visto la puerta grande como no sea como espectadores y lucen palmito de feria en feria y con altos honorarios.
A los primeros, por lo que hemos dicho, les hace falta como trampolín y a los segundos, si acaso, para elevar cotización, aunque no en todos los casos. Luego se puede afirmar, con todos los condicionantes expuestos, y algunos más, que Madrid es la solución… pero lo es a conveniencia.
Para los aficionados, y para quien escribe, la pregunta del titular debería contestarse con sí rotundo. Claro que debería ser la solución para los toreros, los ganaderos y fundamentalmente para la Fiesta. Ni que decir tiene que si así fuera, era la solución ideal para los aficionados, pero camina de espaldas a ellos y no hay manera de reconocer esa plaza con el papel de solución, de reválida para cuantos pasan por ella.
Antaño era así y la historia está llena de ricos ejemplos. Pero era otra época y en la cátedra había que revalidar y confirmar los triunfos en provincias. De inmediato subían los contratos y los honorarios y eso era el acicate para que las llamadas figuras de aquella época -nada que se parezca con las actuales- quisieran dar en Madrid la cara y si hacía falta dejársela partir en el envite. Proliferaban los que se anunciaban con las ganaderías que daban el título de figuras. Ver a Ordóñez anunciado con Pablo Romero o a Bienvenida con Miura formaba parte de lo normal. Quién les iba a negar el pasaporte a quienes no rehuían la plaza que les daba, o quitaba según los casos, contratos y dinero.
Hoy no hay nada de nada de acicate por lo aquí comentado y El Juli o Manzanares, por citar un par de figuras de la actualidad, ocupan los puestos y obtienen los dineros sin tener que subir ningún puerto en Madrid. Más al contrario, eligen lo más boyante del ganado a anunciarse, que es como decir que vienen con bufanda para no resfriarse si hace fresquito en ese ruedo tan ventoso.
Estamos seguros que ellos y sus partidarios lo verán de otra manera, pero no cabría otra alternativa si de otra profesión se tratase. Ha dicho hace poco Simón Casas que los actores también eligen sus guiones, pero no aclara que esos actores nunca elegirán los más facilotes o vacíos de contenido que nada aportarán a sus carreras, sino que buscarán los mayores registros de dificultad en la interpretación, único modo de poder llegar al éxito. La respuesta es una banalidad, que ya les anticipaba que lo ven de otra manera.
Pues nuestra manera de verlo es distinta y creemos, y queremos, que Madrid sea la solución. Es imprescindible que en esta plaza se suba el listón de exigencia por parte de los aficionados antes de anunciarse los carteles de toros y toreros y también después durante las actuaciones. Si no es esa la solución, la que no va a ser es el adquirir los galones en las plazas de segunda y tercera como se hace ahora.
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