sábado, 14 de mayo de 2011

Discurso de Nelson Hernández, Presidente del Capítulo Nacional de Venezuela

Miguel Mejías "Bienvenida", Palomo Linares, Luis Álvarez, Fortunato González
José María Álvarez del Manzano, y Juan Lamarca, escuchan atentos el importante discurso.
Fotografía de Ricardo Relvas
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I ENCUENTRO IBEROAMERICANO 
DEL CÍRCULO BIENVENIDA
MADRID 2011
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Acto Socio Cultural en el Aula "Antonio Bienvenida" de la Plaza de Toros de Las Ventas.

Discurso de Don Nelson Hernández
Presidente del Capítulo Nacional de Venezuela

Madrid, 11 de Mayo de 2011
La suave brisa del trópico nos impulsa a la travesía atlántica para venir a un Encuentro de la fraternidad taurina que marca un hito histórico en el devenir de las relaciones internacionales de la tauromaquia.

Venimos con orgullo bienvenidista y sincero agradecimiento, teniendo por cabeza de nuestra delegación a una Reina, Lorena Guillén Machado, y a su dama de honor Karina Escalante Newman, jóvenes venezolanas que recibirán la distinción de madrinas del Círculo Bienvenida y de este I Encuentro Iberoamericano.

Lorena, a su belleza singular, una la circunstancia especial de ser discapacitada de audio y voz, lo que sirve para exaltar más el triunfo logrado en Venezuela y ahora su proyección internacional como reina del taurinismo bienvenidista.

Nunca antes los aficionados de dos continentes habían tramontado caminos y superado distancias para venir en franca declaración de unidad y compromiso, para crear un nuevo modo de relacionarnos, como seres humanos asistidos por la buena intención, y una bien definida coherencia en torno a metas que nos son comunes y que nos identifican como legionarios de una causa de fe, de cultura, de tradición, de arte y de valor.

Eso es la tauromaquia universal: convicción, conocimiento, arraigo, expresión estética del mejor modo y permanencia en el tiempo, y disposición para sacrificar la vida, si es necesario.

A ese concepto, nosotros en la América mestiza, tan española como propia, nativa y original, hemos agregado por el bien de la misma fiesta, a la que nos debemos, la fraternidad, la solidaridad y la unidad, asumiendo como valederos esos valores que nos dejaron los viejos y los nuevos Bienvenida.

Y es que en Venezuela tenemos muchas razones históricas y humanas para ser bienvenidistas, porque en nuestra tierra se jugó el futuro de la familia Mejías, en un instante de previsible naufragio económico y en momentos de mucho desconcierto.

La mano amiga del venezolano y el espíritu fraterno envuelto en afectos imperecederos y leal consecuencia, estuvieron presentes en el siglo pasado, para generar una corriente de nobles sentimientos de la que hoy hacemos recuerdo y emulación sincera.

Pero los Bienvenida nos dieron, en recíproca manifestación, amistad, orientación y toreo de calidad, cuando Venezuela decidió abrirse a la modernidad taurina, asumiendo como reto la plena y relevante usanza española, en procura de dejar atrás “el juego de los toros” y “la simulación del toreo”.

Otros vientos empujaban la tauromaquia nativa, más hacia la recreación y el juego que hacia el arte imperante en España. Por ello, dos familias son claves en este acertado giro. Gómez Chacón y Gómez Núñez, de un mismo tronco genealógico andino, unidos a los Mejías Bienvenida. Allí está la clave y la razón histórica.

El bienvenidismo venezolano se sustenta en el paisanaje que tienen los caraqueños con Antonio Bienvenida, pero ha sido el contacto más cálido que vivimos con los miembros de la Dinastía el que nació cuando se inauguró la Plaza de Toros de El Calicanto, en Maracay en la temporada de enero de1933.

Manuel Mejías Rapela, “El Papa Negro”, respondió a las atenciones que para con su familia tuvo en 1922 el presidente de la República, general Juan Vicente Gómez, cuando con mucho afecto, cariño y extrema generosidad embarcó a la familia Mejías - Jiménez en La Guaira de regreso a España.

Don Manuel respondió llevando a Maracay, a la inauguración de la plaza de los hijos del general Juan Vicente y Florencio, a sus hijos Manolo y Pepe. Mejías, el fundador dinástico, había descubierto Caracas en la temporada de 1915, cuando el vapor que le llevaba a España detuvo su travesía en el Puerto de La Guaira.

Bienvenida observó que no estaba en el cartel de la temporada organizada por “Cerrajillas”, y haciendo gala del ingenio que le acompañó toda su vida reunió a los periodistas para emitir un comunicado a la afición caraqueña. “Aunque quería que me vieran, no podrá ser ya que la empresa no lo quiere así”. Causó efecto inmediato su declaración, y Bienvenida toreó cinco tardes.

Después sería él quien organizaría festejos con sus hijos los becerristas Manolo y Pepe, en el Nuevo Circo de Caracas, la emblemática plaza que constituyó por años el primer eslabón de la cadena ferial americana.

Antonio nació en Caracas en 1922, y a los días de su nacimiento y gracias a la ayuda económica que le diera a toda la familia el General Gómez, pudieron los Mejías – Jiménez regresar a España.

Deuda que siempre estuvo presente en los Bienvenida como lo demuestran los hechos a través del apoyo a los toreros venezolanos Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”, César Girón, César Faraco, Alberto Rojas “Morenito de Caracas”, Ramón Montero “Maravilla”, todos ahijados de Antonio y en su mayoría conducidos en su formación en las aulas madrileñas de General Mola,3.

Por ello no es menos que acertado y reivindicador el que nuestra Delegación Venezolana en este encuentro tenga como integrantes a nietos y bisnietos del Presidente Juan Vicente Gómez Chacòn y a hija, nietos y bisnieta de Florencio Gómez Núñez, a quienes podemos calificar como “ilustres próceres de la tauromaquia nativa”.

Esos elementos historiales han sido vertidos en un documento audiovisual que servirá para dejar bien sentado el origen de nuestro bienvenidismo y para mostrar con sentida gratitud lo que sentimos hoy, al observar y compartir una nueva corriente que rescata lo bueno del siglo pasado para proyectarnos como hermanos taurinos en una época nueva, distinta y moderna.

No obstante, no nos quedamos solo allí, en el recuerdo que evoca lo grande, sino que hemos ido en procura de la integración de las mejores voluntades humanas en las ciudades taurinas de Venezuela, desde las conocidas Caracas, Maracay, Valencia, Mérida, San Cristóbal y Maracaibo, hasta las rancias y menos publicitadas de Táriba, Tovar y La Grita, a las que se unirán otras en el futuro como capítulos impregnados de afecto y solidaridad.

Igualmente expresamos nuestra gratitud a la Dinastía Bienvenida y el compromiso de salvaguardar su legado a través de la creación del Capítulo Nacional Venezuela, de la celebración de la primera Convención Nacional de enero pasado en San Cristóbal y de numerosas reuniones de trabajo y públicas, que conllevan, todas, aportes valiosos para acrecentar el asociacionismo y el fortalecimiento de los lazos humanos.

Tenemos grandes retos por delante, uno de ellos el regreso de las corridas a la plaza caraqueña Nuevo Circo, pero al mismo tiempo también alentamos la integración en corrientes de afecto y coordinación a las autoridades municipales taurinas en procura del respeto al espectador que paga, instamos a una red de escuelas taurinas, incentivamos el fortalecimiento del gremio de los comunicadores y apoyamos a los aficionados en su aspiración de agruparse. Para todo esto disponemos de voluntad, tiempo y la convicción de podemos ser útiles, a la fiesta brava y a la integración taurina, bajo nuevos derroteros y propósitos solidarios y sociales, de España con América.

Hoy consignamos ante los fraternos compañeros del Círculo de Madrid el proyecto de elaboración de una escultura del bien recordado Manolo Bienvenida, bajo la autoría del artista venezolano, Iván Darío Ramírez Méndez, tovareño como la Reina Lorena, para ser ubicada en los exteriores de la Plaza de Toros “César Girón” de Maracay, durante acto a celebrarse en marzo de 2012, con motivo del septuagésimo noveno aniversario de tan magnífica instalación taurina, de una nueva versión del ferial josefino y de la Segunda Convención Nacional del Círculo Bienvenida.

Manolo inauguró la plaza y el ferial y se erigió como el gran triunfador, dejando su nombre inscrito para la historia americana como el primer torero que cortó un rabo en un redondel venezolano, en tan recordado ciclo, de tres festejos, que estrenó el modernismo taurino de nuestra patria.

Un abrazo para todos, hermanos taurinos que compartimos una misma visión y un solo objetivo, la grandeza de la tauromaquia universal.

Muchas gracias.

Aula "Antono Bienvenida" de Las Ventas
Fotografía de Ricardo Relvas
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