miércoles, 4 de mayo de 2011

Disfrutemos, que ya es hora / Por Ricardo Díaz-Manresa


"...El Juli, Manzanares, Núñez del Cuvllo, Sevilla, la Puerta del Príncipe, la humildad de Esaú, el gran triunfo de Talavante en Aguascalientes, México, ante el indultado "Niño Bonito" nos han hecho disfrutar y soñar. Aprovechémoslo..."

Disfrutemos, que ya es hora

Ricardo Díaz-Manresa


Los españoles y no digamos los taurinos estamos dispuestos siempre a sufrir o, al menos, a cabrearnos, a pasarlo mal porque todo eso –desgraciadamente- se nos da muy bien. Ahora, porque a este espectáculo tan español como único le salen enemigos por todas partes, porque a los políticos catalanes les dio la gana de reducir a cenizas lo que los taurinos de esa región tan española –con la familia Balañá al frente, tristes rescoldos de aquel fabuloso Balañá Espinós- se habían cargado ya año tras año, porque los franceses nos han dejado en vergüenza defendiendo algo que debimos hacer los españoles hace mucho. Algo muy nuestro que ya es de ellos que de nosotros. Cuando aquí en España desde los parlamentarios –salen regiones, provincias, ciudades e incluso pueblos- hasta el último imbécil se quieren cargar este espectáculo único e irrepetible, los franceses saben valorarlo, defenderlo y mantenerlo ya para los siglos venideros.

Aquí, seguro, salvo los aficionados sanos, muchos pasarán de todo y no habrán sentido la mínima vergüenza o remordimiento o simplemente querer tener salud mental y amar la libertad.

Por eso, en estos últimos días tenemos que disfrutar de lo bueno y acostumbrarnos a ello. El toreo, con mayúscula, ha reaparecido en España y México. Las Puertas del Príncipe de El Juli y Manzanares y el indulto del Núñez del Cuvillo, acontecimiento insólito en la Maestranza sevillana nos han subido los corazones hacia lo mejor.

Y tenernos que decir con la voz muy alta y mucha emoción: que esto es el toreo. Un buen toro y un buen torero que se funden y sale la gran obra. Y un indulto, merecido o no, pero más merecido que no, habrá que discutirlo, inunda las páginas de las televisiones, las radios, los periódicos y todos los medios informativos digitales o tradicionales como un gran grito de alegría, quizá sin saberlo.

Y trasladan a todo el mundo, pero a todo el mundo, los sentimientos de los aficionados. Estamos deseando que perdonen la vida a los toros buenos, somos más ecologistas que el que más, somos partidarios absolutos del arte y nunca de la tortura, de los triunfos y nunca de las cornadas, de la alegría y nunca de la tristeza.

Y eso lo he sentido yo desde niño porque la afición que me transmitieron mis padres me ha servido para ser mejor persona y estar dotado de mayor sensibilidad para saber saborear las cosas que merecen la pena, entre ellas –naturalmente- el toreo. Y por eso he pasado unos días tan felices con El Juli, Manzanares, el toro Arrojado, los medios informativos, la gente hablando de toros, preguntándome cosas, interesándose por el espectáculo y estando a favor.

Ha sido mucho más importante de lo que creemos. Ha tenido más repercusión incluso de lo que hubiera sido normal. Gracias a Dios los demás lo han sobrevalorado. Ya era hora.

Y, por si faltaba algo para completar este estallido de alegría tenemos Aguascalientes, Talavante y el “Niño Bonito”, de la ganadería de Begoña, también indultado, tras un faenón de Alejandro, que he visto, sin cansarme, sino al revés, cinco o seis veces. Véanlo que merece la pena. Esperamos con impaciencia que Talavante, que ya triunfó en Jerusalén, y por supuesto –y de verdad- en México lo haga en todas las plazas de España.

Triunfó en Jerusalén porque una feria de Sevilla en la que Alejandro abrió la del Príncipe coincidió con mi estancia en Tierra Santa y, por la noche, unos amigos se ponían conmigo a ver las noticias de la feria. Y a la vista de todo ello, titulé un artículo “Talavante triunfa en Jerusalén” porque allí había conquistado los sentimientos de un grupo español aficionado.

Dejemos, coño, las amarguras y agarrémonos a las alegrías que nos han brindado, también esa alternativa de Esaú Fernández, tan limpia y brillante, cuando minutos antes nos ponían los vídeos de maletilla y hacía autostop para llegar a las fincas a ver si podía torear. Gran reportaje de David Casas. De la carretera al triunfo en la feria de Sevilla.

Hay tiempo para todo. Ahora demos algunos saltos de alegría. Nos los merecemos.
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1 comentario:

  1. Gracias, por escribir este magnífico artículo.

    Creo que es el "talante" que necesitamos tener hoy los aficionados.

    Un abrazo

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