domingo, 14 de agosto de 2011

Esplendor de los revistosos del puchero en el "prau" de Gijón / Por José Ramón Márquez



Esplendor de los revistosos del puchero en el "prau" de Gijón

José Ramón Márquez 

Hay que reconocer que, de las cuatro corridas que lleva José Tomás en su ‘Inmolation Tour 2011’, no ha habido ninguna que haya excitado tanto la imaginación de los revistosos como la de ayer en El Bibio. Será acaso el sano aire de Asturias, la rotundidad de las fabes con almejas, más apropiadas para el verano que la divina invención de la fabada, el quesu de Cabrales, el arroz con leche, la sidrina o el orujo, pero el hecho es que nuestros superhéroes de la prensa escrita e internetil nos han obsequiado con un ramillete de perlas que no me resisto a citar con mi mayor agradecimiento a todos ellos por los buenos ratos que me hacen pasar.


Ayer ya explicábamos aquí en un comentario de prisa y corriendo que para Mundotoro el pétreo estuvo ‘tirando del toro hundido en el piso’; arenas movedizas en Gijón, decíamos. En Burladero, portal avalado por el doctor Moncholi, que quiere mandar a los toros de Miura al matadero, explican de esta forma barroca e ininteligible la eucaristía del Comandante del Puesto de Galapagar: ‘Los vuelos sin revuelos, al morro y para traer, para llevar, para transportar, para sentir y hacer sentir, para que el olé se pusiera a roncar. Era José Tomás a riñón partido: el pecho por delante, el talón dejando huella y quebrando la cintura. Y si por detrás se abunda, tan solo uno que redondea el circular de los circulares, relimpio’.

Me pasa como con algunas cosas de Alejo Carpentier, que no me entero. Me pierdo en la sonoridad de las palabras. En realidad, me quedo con algo acerca de un ronquido y en lo de ‘por detrás se abunda’, que le da al párrafo cierto aire monflorita extraordinariamente moderno. Muy apropiado para ponerlo de comentario de texto en la selectividad de septiembre, si al doctor Moncholi le parece bien.

En el centenario diario ABC, donde escribieron don Gregorio Corrochano, Giraldillo y Vicente Zabala Portolés, nos cuentan, con este aire desenfadado que se gasta la actual revistería andante, que el pétreo ‘se emborrachó de toreo y subyugó los sentidos del Bibio. Ganó terreno en un fabuloso trío de lances a pies juntos (sic). Su propia fe nos hizo creer en un ser superior bajo los sones de la «Gracia de Dios»’; luego pasan a informar de que el eucarístico ‘arrancó con mimo, presentando la muleta por delante para vehicular el viaje hasta el final’. ¿Subyugación? ¿Mimo? ¿Vehicular? ¿Ser superior o ser contingente? ¿A dónde va el ABC?

En La Razón la cosa va más comedida: ‘Cargada la suerte de verdad, embarcando al toro con el pecho, ajustado embroque y dejando que la muleta asomara por debajo de la pala del pitón. El eje de ese toreo capturaba el alma’. Eso sí, sin olvidar el gramito de poesía que tanto conviene en estas cosas: ‘Con mimo primero y obligándole a embestir después con máxima expresión en el viaje. Había encuentro, temple y belleza’.

En el desenfadado diario El Mundo también echan su cuarto y mitad a espadas y, para no ser menos, nos explican la gran emoción que producía ver cómo en su primero la deidad ‘se rebozaba con el lomo’ del toro (?). La cosa se viene arriba en el segundo. Primeramente la decepción de que el toraco ‘salió destrozado del (sic) encontronazo con el caballo’; vamos, como un Mercedes contra un poste de la luz. Luego salió el sobrero en el que no hay rebocina porque el ciprés comenzó a ‘dulcificarlo a pies juntos’ y luego ‘la mano retrasada un tanto para afianzarlo, hacerlo romper, dejárselo venir. Tacto y trato’. Tacto y trato hacen tracto, digo yo que será eso lo que se quiere significar, que el toro iba y venía. Y luego llega ‘el cenit de la tarde, la mano izquierda, los naturales rotos, con todo el peso en la pierna de salida, cargada la suerte sin cuento, qué manera de torear al natural. Tres series, una de siete ligados, bestial’ ¡7 naturales ligados cargando la suerte! ¿Será verdad ese prodigio? Gallitocon el sobrero de la tarde de los toros de Martínez, luego Chicuelo y Corchaíto y, en el fin de los tiempos, Tomás y Licorista. Tres faenas para la Historia, con mayúsculas.

Frente a tanto chascarrillo y tanta ingeniosidad, en el Marca, Ilián pasa de meterse en charcos, es el único que informa de la pobreza de defensas de los toros de Salvador Domecq, enaltece ‘una prodigiosa tanda con la izquierda’ y luego explica de manera críptica: ‘se hace insoportable que el torero más importante de las últimas generaciones quede apeado de las grandes plazas por su negativa a dejarse televisar. Sólo Madrid hace el esfuerzo de anunciar a José Tomás sin televisión. Los demás se suman al veto encubierto a este torero, impuesto por la mano negra de algunos empresarios’ ¿Veto encubierto? ¿Mano negra? El tema merecería algo más de profundidad y, sobre todo relacionarlo con el hecho de que el diosecillo sólo quiera verse con las ganaderías que se trae bajo el brazo y con los compañeretes que le convienen, rehuyendo el más mínimo compromiso en cuanto a toros, toreros y reparto de dividendos.

En suma, como puede comprobarse, toda la campaña del agit-prop del hijo del ex alcalde de Galapagar sigue su curso sin novedad alguna. La próxima cita de la particular Feria de Abril del ciprés pétreo es en la Monumental de Ciudad Real, frente a los pavorosos Torrehandilla, ganadería aspirante a su ingreso en la Unión de Criadores. Si no me fallan las informaciones, ahí se producirá la primera transubstanciación de la tercera venida y por fin la puerta grande se abrirá para él.
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1 comentario:

  1. Jamás ha estado la crítica taurina tan desprestigiada como en estos tiempos. Salvo excepciones carecen de credibilidad, a veces por ignorancia y otras por intereses, aunque resulta extraño que los medios nacionales de prensa como el diario El Mundo por ejemplo se preste a cultivar la mentira sobre el toreo, haciendo de agente publicitario de José Tomás por medio de su impresentable cronista Zabala de la Serna. Javier Villán lo hacía bien, con poco conocimiento pero con independencia, y no hacía falta que desembarcara este sospechoso elemento para degradar aun más la profesión del periodismo. Menos mal que internet ha supuesto un chorro de aire fresco en la información del toro y podemos disfrutar de plumas ilustres como las de este José Ramón Márquez que le da sopas con hondas a muchos especialistas, empezando por el degenerado e inculto que escribe en El Mundo.

    R. Vega

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