sábado, 24 de septiembre de 2011

Sevilla: 1ª de San Miguel. Examen fallido en La Maestranza

David Mora

1ª de San Miguel. Examen fallido en La Maestranza

Las reses de Pereda apenas dieron oportunidad

Los toreros revelación Fandiño y Mora por encima de sus toros

Esaú Fernández solo pudo mostrar su voluntad

José Antonio del Moral
La Gaceta / Intereconomía
Sevilla, 23/09/2011
El interés de la primera corrida de San Miguel se centró en cómo resolverían la papeleta los toreros revelación del momento. Por desgracia, falló casi totalmente el ganado de Pereda. Bien presentados pero casi todos sin opciones. Salvo el cuatro en un momento potable por el lado derecho que aprovechó muy bien Iván Fandiño, y algo parecido el sexto, los demás apenas dieron oportunidad para que la afición sevillana pudiera descubrir en su mejor versión a David Mora, que anduvo muy por encima de sus toros y solo pudieron verle a gusto en las verónicas del recibo al quinto, al ya mencionado Fandiño y al local Esaú Fernández que solo lució en las largas a porta gayola con que recibió a sus dos toros porque por lo demás solo pudo mostrar su buena voluntad.

Sevilla. Plaza de la Real Maestranza. Viernes 23 de septiembre de 2011. 
Tarde enmarañada con algo de viento y más de dos tercios escasos de entrada. 
Seis toros de los dos hierros de José Luís Pereda, bien presentados y deslucidos en distintos grados. Noble aunque duró un suspiro el primero. Temperamental sin clase y con guasita el segundo. Sin fuerza y desabrido el tercero. Manejable sin clase el cuarto. Manso y cobardón el quinto. Muy manejable aunque duró poco el sexto. 
Iván Fandiño (prusia y oro): Pinchazo hondo, otros tres sin ahondar y dos descabellos. Pinchazo y muy buena estocada, gran ovación con saludos. 
David Mora (salmón y oro): Gran estocada, ovación. Casi entera caída, palmas. 
Esaú Fernández (blanco y oro): Buena estocada, palmas. Pinchazo y estocada atravesada caída, palmas.

La cuestión en bien sencilla, o moriles o montilla. Eso decían hace muchos años en un anuncio radiofónico. Yo estaba anteayer en Logroño y me pregunté: ¿A Barcelona o a Sevilla? Aunque estaba mucho más cerca de la capital catalana, no lo dudé ni un segundo. A Sevilla. A la Maestranza. Siempre preferí las bodas y los bautizos a los funerales ¿Acerté? Eso se lo contaremos hoy, mañana y el lunes. De momento, en Sevilla se iban a enfrentar ayer los dos toreros revelación de las dos últimas temporadas . David Mora y Fandiño. El madrileño viene formando unos líos de campeonato y hacía su presentación en Serba la Bari. El de Orduña, acaba de reaparecer en Logroño tras su grave cornada en Málaga y bien. Veremos…

Fandiño abrió la tarde con lances incompletos de buen estilo. El toro, de salida, echó las manos por delante y al caballo a los lomos por detrás. Encelado en el segundo puyazo, el animal salió algo parado. Yo siempre prefiero los bravos en la muleta que solo en el caballo. Mejor las dos cosas, pero de esos ahora salen poquísimos. Este primero esperó y persiguió en palos. Pero en la muleta admitió un estupendo arranque de faena por el lado derecho. Fandiño lo toreó muy en serio y fiel al clasicismo que le honra, pero tras dar una corta segunda tanda, el toro dijo que nones. Y por el lado izquierdo peor porque se defendió muy en corto por arriba. Baldío resultó seguir. Pegó un mitin con la espada.

Un tío fue el castaño cuarto. Y con feas intenciones en el capote de Fandiño. Un regalito con seis malos apellidos. La prenda no dejó a nadie en paz antes de la faena de muleta. Fandiño la encaró con notoria decisión y cambiando al toro de terrenos por ver si…. Pegando los toques muy fuertes, bien con la derecha en tres y el de pecho y el toro obedeció. Mejor en la siguiente. Y la gente con el vizcaíno. No fue para menos. Sitio, distancia y cuatro más y el de pecho, francamente buenos. ¿Y la música? Si fuera uno de aquí… Por fin, atacó la banda y nada menos que con Martín Agüero. Gracias. Fue tarde porque lo que siguió con el toro protestando, aunque tuvo mucho mérito, no resultó tan limpio. Unas arriesgadas bernadinas cosidas a un pectoral precedieron a un pinchazo y a una fenomenal estocada. Bien, muy bien Fandiño. Pasó con aprobado alto el examen.

Y en el dorado albero, David Mora. Soberbios sus lances por el lado derecho. Se oyó ese bieeeeen clásico de la Maestranza. Pero los curritos siguieron esperando. El toro, por el pitón izquierdo echó la cabeza por las nubes y, aunque quiso caballo, no le pegaron. Fandiño se lo llevó a los medios, pero al observar que no le sobraba la fuerza, renunció al quite. Lo hizo el nuevo camero Esaú Fernández con quieto valor por no sé qué lance parecido a las manoletinas. La apostura y la firmeza de Mora aguantando los primeros arreones del toro centraron la atención del respetable. Y más dos de los cinco redondos y el de pecho que pegó después tragando toda la quina del mundo. 
Muy incómodo y hasta peligroso pareció este animal aunque, en la segunda tanda, no le cupo más remedio que someterse al mando del torero que se la siguió jugando al natural. Mejoró al volver a la derecha. Y continuó el examen de la silente cátedra. Habrá que oír lo que se dice de él delante de la Puerta del Príncipe. Y más con la gran estocada que pegó. De momento, la ovación fue unánime.

Y más la que se oyó tras pegar cuatro verónicas y media sensacionales al engallado y agresivo quinto. Mal picado aunque sin pegarle casi nada, el toro salió suelto. Mora se dispuso a quitar pero al ver que el toro dudaba por alto, solo pegó una media. Suelto también del segundo encuentro y ya rajado, hubo que esperar a que lo banderillearan. Dolido, espeso y berreón, llegó el momento crucial. Mora se había ocupado personalmente en la brega. Si llevaba algo bueno el toro, fue muy escondido. 
David brindó la faena. El toro salió de naja de un trincherazo y a donde se fue, empezó Mora con poderosos redondos. Cortos pero hondos. Tragón y torero. El toro no tenía nada bueno dentro por el lado derecho. Y tampoco por el izquierdo. Un manso cobardón. Y Mora un valiente sin tacha que, lástima, no pudo dar de sí lo que hubiera sido un gratísimo descubrimiento. 

Esaú Fernández, para no quedarse apartado, se fue a porta gayola para recibir al tercer toro y pegó una limpia larga seguida de ampulosos lances sin nada de particular salvo el que dio en forma de desdén para rematar. Se notó que es de aquí por las palmas de sus paisanos. Bravucón en el caballo. Y quite de Fandiño por gaoneras modernas. O sea, muy quieto pero sin llevar toreado al toro. Al menos no se dejó enganchar. Si las hubiera pegado el único, se forma la mundial. Esaú no es Jacob, pero brindó al público su faena. Pegó tres lambretazos para empezar y el toro, claro, perdió las manos. Muy corto de viajes, lo que sobresalió fue la voluntad. Y los gritos al citar. Poco pudo hacer para bien más a derechas, ni a izquierdas, porque el de Pereda se rajó. Pero mató bien. Al más imponente sexto, lo recibió también muy limpiamente a porta gayola y empezó la faena con pases cambiados antes de ser desarmado al dar un natural. Mejor este toro que los anteriores, dejó estar a más gusto al sevillano que, alentado por sus paisanos, alentados con los decentes aunque vulgares derechazos que pudo pegarle con la música a todo pulmón, la cosa quedó cortada repentinamente por la banda y por el propio diestro cuando el toro se apagó. Ni fu ni fa, la verdad sea dicha quedó Esaú.
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