"...Sólo una pregunta queda en el aire:
¿tan grande es el premio del PSOE para merecerle esta exhibición?..."
El compromiso con ETA
Carlos Cuesta / El Mundo
ALIADOS potenciales. Así resumió, hace año y medio, Mayor Oreja el compromiso que une a Zapatero y ETA. Una unión tan obvia ahora como negada hace sólo unos días y que se ha convertido en la única explicación a la agónica prolongación de Zapatero en el poder.
Hace ya más de un año que el deterioro de nuestra economía -con ritmos de emisión de deuda pública bruta cercanos a los 200.000 millones anuales, déficits de 100.000 millones (prácticamente similares al volumen total de recaudación por impuestos estatales) y tasas de paro por encima del 20%- pedía a gritos un cambio de Gobierno. Y fue Zapatero quien aseguró que él seguiría hasta que las reformas necesarias fuesen aprobadas. Hoy, no sólo siguen sin abordarse los cambios laborales, salariales, financieros y de control de gasto exigidos desde la UE, sino que observamos atónitos el desplome de unas cajas y nacionalización de otras, la sangría de 30.000 millones anuales provocada por una prima de riesgo instalada en los 300 puntos, el nuevo incremento de paro en 96.000 desempleados por mes, la compra de deuda por el BCE como mecanismo de intervención urgente, y la negociación del dinero del que deberán disponer la UE y el FMI ante un posible rescate, ya en toda regla, de España.
Es evidente que ni Zapatero ha hecho las reformas ni se quedó para ello. Y ni siquiera ha aprovechado la recta final para aprobar las tan cacareadas y ultraideológicas leyes de eutanasia o de libertad religiosa. ¿Por qué, entonces, aceptó seguir al frente de un Ejecutivo que se irá con el marchamo de haber hundido España y que dejará manchado al PSOE por décadas? Por ETA. Por cumplir una agenda con los terroristas que se empezó a trazar por aquellos años en los que el PSOE, con el PP aún en el poder, negociaba con los demócratas el pacto contra los terroristas y, a la vez, por la espalda, el pacto con ellos. Por salvar una agenda que, como evidencia el libro de Eguiguren, Los últimos españoles sin patria (y sin libertad), nace en esas fechas en las que los socialistas ni soñaban con llegar al poder en 2004.
Y porque Zapatero necesitaba tiempo para abrir las puertas a Bildu, impulsar el acercamiento de presos y respaldar, con la presencia del PSOE, la conferencia internacional que hoy se celebra en San Sebastián, tal y como reclamó ETA. Sólo una pregunta queda en el aire: ¿tan grande es el premio del PSOE para merecerle esta exhibición?
***
Déjeme que le diga a Carlos Cuesta que si todos los periodistas fuesen como él, el periodismo estaría en un alto nivel que desgraciadamente no está, y no está porque la mayoría de los periodistas son sectarios a una ideología política, cuenta y escriben lo que le interesa a ellos y lo que quieren oír o leer sus adictos, el periodista de izquierdas nunca cuenta los casos de corrupción del PSOE y los periodistas de derechas nunca cuenta la corrupción del PP.
ResponderEliminarPor eso y nada más que por eso, el periodismo de Carlos Cuesta por mucho que se le lea o se le escuche en VEO 7, nunca se podrá adivinar si es de derechas o de izquierdas, en definitiva lo único que se puede decir de él, por su imparcialidad demostrada desde sus inicios en esta bendita profesión, que es el espejo donde el periodismo debe mirase.
Enhorabuena por tu profesionalidad, por darle "caña" al PP y mañana al PSOE y no como muchos que solo barre para el mismo sitio, esa es la gran diferencia entre tu y los demás.
Un democrático saludo
Víctor Sánchez