miércoles, 2 de noviembre de 2011

El G-10 se atrinchera / Por Álvaro R. del Moral


El G-10 se atrinchera

Álvaro R. del Moral

Extra omnes. La pretensión de renegociar las condiciones que rigen hoy por hoy la retransmisión de las corridas de toros y el pronunciamiento de las ciudades taurinas francesas para rebajar los honorarios de toreros y ganaderos en un 20% centraron los debates del cónclave que reunió a un buen número de matadores el pasado jueves en un hotel de Madrid. Y hubo enredo. Primero trascendió que los toreros cederían sus derechos a la nueva unión que los vertebra y ésta, a la entidad All Sports Management, que sería la encargada de negociarlos al margen de los apoderados. Sin solución de continuidad, los toreros emitían un comunicado en el que desmentían una medida que no había pasado, precisaban, de una mera fase informativa. Pues muy bien...

Lo de la tele. Conviene hablar en plata: mencionar la tele es, en la práctica, nombrar a Canal+. De sobra es sabido que TVE aparcó los toros in illo tempore y las autonómicas, incluida "la nuestra", se dedican a emitir festejitos intrascendentes que restan más que suman. El verdadero asunto de fondo no es otro que arrebatar o matizar el poder omnímodo que detenta cierto comunicador cuyo nombre nadie osa poner sobre la mesa. Pero algo se está cociendo en los fogones del toreo. El Cid ya lo esbozaba en unas recientes jornadas celebradas en Sevilla: "Sí a la televisión, pero con unos límites". 

La cuestión francesa. En la famosa reunión, los toreros acordaron redactar otro documento para mostrar el desacuerdo con la política de rebajas de los empresarios y taurinos gabachos, a la que calificaron de "demagógica". En cualquier caso, ese 20% de menos es papel mojado cuando se trate de figuras con verdadero tirón taquillero, esos pocos que garantizan el lleno y dinerito para todos. Sí se trata de un buen pellizco para esa clase media del escalafón que navega por las ferias amparada en un sistema vertical -muy lejos de esa cacareada libertad de negociación- que está viendo resquebrajarse sus cimientos por los efectos de una crisis que sólo dejará vivitos y coleando a los mejores. Lo que está claro es que no pueden perder la pasta siempre los mismos. 

Sistema cerrado. Pero el asunto francés podría implicar el principio del fin de ciertos parámetros establecidos. Si el personal optara por sacar entradas sueltas y se olvidara de los abonos -inflados en todas partes- se trazaría el caché natural de cada torero. Pero este sistema viciado permite pagar sustanciosas sumas a diestros que no las generarían fuera de un tablero de juego que interesa por igual al personal de coleta y a los tíos del puro: se cuelan decenas de festejos que sirven para hacer caja pero no interesan a nadie; vamos, que se gana más con esas corridas del montón a media plaza que con las figuras que sirven del tirón de unos abonos que se están desmoronando. En cualquier caso, ¿saben lo que pasará de verdad? Que todo se quedará como estaba.

Insólito. "Los líderes del escalafón quieren un carretoncillo de entrenamiento con apariencia de toro". Estas palabras no merecerían mayor atención que la de tantos y tantos blogueros con opiniones... discutibles. Pero siendo las palabras del asesor técnico taurino de la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía -ignoramos las funciones del cargo- merecen ser puntualizadas. ¿Imaginan que los presidentes de sus respectivas federaciones dijeran que Nadal, Iniesta o Gasol son unos aficionados? Estamos apañados...
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(*) Publicado en El Correo y en el blog La tarde colgada a un hombro

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