martes, 10 de enero de 2012

2012: UN LÍO / POR ANTOLIN CASTRO

¿Será verdad la predicción de los Mayas?

2012: UN LÍO 

ANTOLÍN CASTRO
España

Pasaron los días festivos de Navidad, pasaron los Reyes Magos dejando regalos e ilusión, pero es ahora cuando nos queda, enterito, el año, el 2012, ese en el que los Mayas pronosticaron el fin del mundo. No se si será cierta la predicción maya, más bien creo que no, pero quién sabe si lo que quisieron predecir es el fin del mundo… taurino. Ahí podrían estar más cerca de acertar. Nada de lo que pasa en su entorno, -en el del mundo taurino- huele a ilusión y esperanza.

Tristemente hemos ido caminando estos años atrás a la defensiva, sin saber muy bien qué hacer para quitarnos de encima a cuantos depredadores (internos y externos) se nos ponen por delante. El toro que podría ser nuestro mejor aliado, nuestro mejor guardián, ha sido despojazo de su fiereza y ya no asusta a nadie, llegando incluso a dar lástima. Ese, que debería ser nuestro escudo, tiene muy pocas uñas y no sirve para causar el respeto y admiración de antaño.

Se nos viene encima 2012, decisivo para muchas cosas, y veremos cuál es el camino que toman las decisiones que se vayan tomando. He de confesar que no soy optimista, a eso me han acostumbrado los mandamases taurinos toda la vida, y no espero el milagro que necesita nuestra Fiesta para salir airosa de sus cenizas.

Quienes marchan en el machito, en el carro del éxito, ya sean toreros, ganaderos o empresarios, no ven o no quieren ver los gravísimos problemas que la aquejan y los que los vemos nos cansamos de gritar pero siempre es en el desierto. Los mejores aficionados, esos para los que el toro es el principal protagonista, no ven que nadie tome la responsabilidad de concedérsela, o devolvérsela, y saben que sin el toro en plenitud todo pierde su valor.

Caminamos en la cuerda floja, alardeando de que es la mejor manera, pero es muy fácil caerse desde esa fragilidad. De nada servirá que la ILP, promovida con la mejor voluntad, logre sus aspiraciones y consigamos que el Congreso proteja la Fiesta, ya que la protegerá desde el punto de vista de su continuidad, pero es la continuidad, la desidia en la continuidad actual, la que propicia más que nadie su propia desaparición.

Las Ventas con su nueva empresa, vieja y conocida, tiene en sus manos la posible solución, pero no caerá esa breva. Las novedades se limitarán a algún invento de un perfumado mano a mano o una puesta en escena de una florida representación teatral. Precisamente el toreo es, en sí mismo, una representación real de un juego ancestral, el de la vida y la muerte, no necesita una puesta en escena, basta con un toro y un torero, cada uno con sus mejores atributos. Se elevaría el nivel del interés si se eligieran ganaderías de todos los encastes, toreros de todas las categorías y conceptos y en lugar de elegir unos privilegiados sus toros y poner a los otros con los toros que no quieren ellos, se produjera un sorteo puro y duro.

Nada crearía más expectación, además del sorteo en sí mismo que sería seguido con tanto interés como el de la Champions del fútbol, que saber que Manzanares torearía las de Cebada Gago y Victorino; El Juli las de Cudari y Dolores Aguirre, mientras que Frascuelo y David Mora, entre otros, se enfrentarían a los Cuvillo y Zalduendo. Eso sería un paso adelante y una forma de callar todas las bocas: Los poderosos a poder y los otros a demostrar sus verdaderas cualidades artísticas. Todo en tiempo real, con luz y taquígrafos, y la máxima repercusión de la feria de San Isidro. Sería una luz que nos serviría de guía.

Ahí es donde adquiere dimensión lo de la televisión, ahora tan de moda por aquello de los derechos. No les vamos a quitar las razones que les asisten a los toreros para defender sus dineros, si los hay, en eso de las retransmisiones, pero han de definir mejor sus posiciones y sus deseos si quieren que se puedan confeccionar los carteles. Entrar la modernidad tan de golpe en un mundo tan chapado a la antigua no hace nada más que fomentar el lío. Qué pena que estas figuras se pongan de acuerdo en versión moderna para este fin, tras de llevar años puestos de acuerdo, a la antigua, para el otro fin, el de descafeinar la Fiesta a través de la comodidad.

Un lío que es imposible que 2012 pueda desliar. Los intereses van todos en la misma dirección: Ande yo caliente y ríase la gente… y a la Fiesta que le den. Todos los profesionales juntos no deshacen este lío, sino que arman mucho más lío. En ellos no se puede confiar. ¿Qué querría decir la predicción maya?
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