domingo, 8 de enero de 2012

Recordando a Julio Robles, el sello personal en su media verónica

Fotografía: Botán

Julio Robles, 
el sello personal en su media verónica

Recordaba Julio Robles que la primera vez que hizo esta suerte de rodillas fue en 1976 en la plaza de Madrid. "Antes le había hecho un quite de tres verónicas muy lentas, tan a gusto, que me sentí inspirado y le eché las dos rodillas al suelo para rematar con esta media verónica". 
Y explicó: "Antes que en Madrid la hice en el campo, en los tentaderos, (….) porque quería tenerlo practicado y estar seguro de que me iba a salir bien. Yo no lo había visto hacer a nadie, sólo a Marcial en una foto".
El desaparecido torero salmantino le contó hace años a José Luis Ramón, que comenzó a ejecutar esta media “porque la vi en una foto que ,e causó gran impacto. Cuando empecé a ir a torear a Madrid, siempre me vestía en el Hotel Victoria y salía mucho a pasear por ese barrio y los bares de esa zona tan taurina que es el Centro de Madrid. Allí estaban “Los motivos” y “La Campana”, entre otros bares, todos ellos decorados con fotos y motivos taurinos. Recuerdo que en éste último bar había una foto pequeñita en blanco y negro que cuando la vi de lejos me sorprendió mucho. El torero de la foto que estaba pegando la media verónica era calvo y, supongo, ya mayor. Me acerqué y en una dedicatoria explicaba que era Marcial Lalanda en Barcelona. Ese fue el primer impacto. Yo pensé: si la figura del toreo que ha sido Marcial ha dado esta media verónica, y supongo que ya entrado en años, ¿por qué no la voy a dar yo también?. Repito, me sentí impactado”.

“Esta media verónica --pormenorizó el torero-- la daba como remate de un quite por verónicas, como remate de uno por delantales, e incluso también de uno por chicuelinas. No tenía preferencia; la única que me hubiera sentido inspirado toreando con el capote y que el público hubiese vibrado con mi toreo. Después del último lance, fuese el que fuese, era muy importante separarse unos metros del toro, darle aire, echarle el capote hacia delante, traerlo embebido y luego, ya de rodillas, ceñírmelo en la media”.

Y añadía: “Le esperaba ya de rodillas. Lo más puro es colocarse de rodillas y, sin moverse, pegársela y, debido que no hay movimiento de piernas, cargando la suerte con la cintura. El lado de ejecución, fuera por la derecha o por la izquierda, era indistinto. Siempre me salió limpio”.

“El paso siguiente a la media verónica de rodillas era levantarme, coger el capote con una mano y tratar de salir andando despacio y con torería. La media era el momento culminante del quite anterior y por tanto no tenía ningún sentido seguir toreando al toro. La media era la culminación, el remate final, la explosión última del quite, y haber dado algún otro recorte le habría restado importancia a una surte tan bella y tan arriesgada como es la media de rodillas”.

José Luis Ramón
“Todas las suertes por sus maestros” 
Editorial Espasa, 1998
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Nombre: Avelino Julio Robles Hernández
Natural de: Fontiveros (Avila)
Fecha de nacimiento: 4 de diciembre de 1951
Debut en público: Villavieja de Yeltes, 28 de agosto de 1968
Debut con caballos: Lérida, 10 de mayo e 1970
Alternativa: Barcelona, 9 de julio de 1972. Diego Puerta, en presencia de Paco Camino, ante toros de Juan María Pérez Tabernero.
Confirmación: 22 de mayo de 1973. Antonio Bienvenida, con Palomo Linares de testigo y toros de Eusebia Galache.

Sin Beziers y sin "Timador", aquella tarde del 13 de agosto de 1990, de Julio Robles siempre habría un recuerdo, hondo y profundo, entre los buenos aficionados. El mejor capote de este tramo final del siglo XX, resultó que, además, era un extraordinario torero con la muleta en la mano. Y era por el temple prodigioso que conseguían transmitir sus privilegiadas muñecas. Y era por su exacto conocimiento de la distancia y la colocación. Y era, claro está, por su profundo sentido plástico del toreo más auténtico. Por eso Julio Robles arrebató en los ruedos. Luego nos ha dado, además, unas muy buenas lecciones de su calidad humana. Pero en los ruedos, cuánto hemos disfrutado viendo a este salmantino, que en realidad era de Avila, pero que se hizo universal tantas y tantas tardes. Sublime toreo, toreo eterno; es decir: Julio Robles.
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Julio Robles

Escultura del matador Julio Robles en su pueblo de Ahigal de los Aceiteros (Salamanca), que recuerda la figura del torero fallecido el 14 de enero de 2001.  Robles fue volteado en la Plaza de Toros de Beziers (Francia) el 13 de agosto de 1990 y hasta su muerte quedó postrado en una silla de ruedas.

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