domingo, 26 de febrero de 2012

DE PITÓN A PITÓN / Por RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

El Fandi se lleva su cuarto Sol de Oro, lo que le hace con el recientemente fallecido Bernardo Valencia, los máximos triunfadores del serial taurino merideño. 
Foto: Jesús “Cucú” Rincones.

DE PITÓN A PITÓN 

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ 
rubenvillafraz@gmail.com / TWITER@rubenvillafraz 
Mérida, 25/02/2012.-
Sin duda alguna, la Feria del Sol, en su XLIII versión, la de este año, quedará reseñada en los anales de su historial como una de las más prodigas en cuanto al desempeño de toros lidiados se refiere. Si a tenor vamos, en cada una de las corridas presentadas la media de toros que ofrecieron triunfo a clamor era de dos por encierro, lo que demuestra el éxito artístico final, pese a lo abultado del mismo, que roza en lo vergonzoso. Si estimado lector, ¡34 orejas! fueron las que se cortaron en los ochos festejos que tuvo lugar desde el pasado jueves hasta este martes. Y si seguimos sumando, tenemos que a dos toros se les dio la vuelta al ruedo, y uno, se llevó los honores del indulto. 

La feria ha sido un “tacazo” en lo económico se refiere, lo que llena las arcas de la empresa de turno, como nunca antes. Se calcula que las ganancias netas lleguen a los 3000 millones de los antiguos, en la que así mismo la gran mayoría de espadas actuantes “tocaron pelo”, dado el dadivoso talante con la que se manejó en tardes puntuales el palco presidencial. 

El Fandi ha cortado un total de seis orejas, lo que al final le avaló el que se llevara el Sol de Oro 2012. Pero lo verdaderamente meritorio tuvo lugar en la muleta de El Cid, cortando cuatro orejas de supremo peso. El Juli se llevó de Mérida tres apéndices, mientras que Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Juan Bautista dejaron a su paso calidad de su concepto ante toros de distintas condiciones, pero siempre con el común denominador de la nobleza. 
Tampoco se fueron de vacio Leonardo Benítez ni Antonio Ferrera, sin dejar a un lado el esperanzador triunfo de Rafael Orellana, su primero de Puerta Grande en Mérida, o la actuación de “El Califa de Aragua” Alexander Guillén, Otto Rodríguez –ambos con el corte de una oreja respectivamente- y Eduardo Valenzuela, este ultimo a pesar de no cortar oreja. 

Capitulo aparte merecen los novilleros Jesús Enrique Colombo y Antonio Suarez, el primero cortando tres orejas que pago “con sangre” tras recibir el único percance a lamentar, mientras el segundo, hacerse con la única oreja del festejo que abrió abono, en una demostración de ambición y voluntad merecidamente recompensada. 

En próxima entrega analizaremos el factor toro en cuanto a su trapío se refiere, elemento que puso en discordia a la mayoría de aficionados serios, a tal punto de ser el aditamento de discordia de la que fue la gran cita taurina emeritense.

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