viernes, 3 de febrero de 2012

La guerra fría de la tele se cobra sus primeras víctimas / Por Álvaro R. del Moral

Perera, Juli y Morante, tres que no van a Fallas

La guerra fría de la tele se cobra sus primeras víctimas

Por Álvaro R. del Moral

Pinchada en un palo. 
Apestosamente enhebrada en un feble palito: así es la feria de Fallas presentada por el chiripitiflaútico Simón Casas después de pasar las duquelas negras con los cobradores del frac de All Sports Media. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas y esta supuesta pasión según San Simón habría merecido un final feliz; nunca unos carteles de puro saldo que apenas se apuntalan con la doble comparecencia de un Ponce con billete de vuelta y la rutilante estrella de Jose María Manzanares, al que faltará el contrapunto de dos figuras imprescindibles como El Juli y Morante de la Puebla. Ambos se sitúan en el vértice de una pirámide de ausencias en la que también destaca un sólido torero de ferias como Miguel Ángel Perera.

El búnker. 
Las primeras conclusiones son claras: con excepción del mentado Ponce, que forma parte del paisaje más inalterable de las Fallas, el empresario galo sólo ha incluído a las figuras que pertenecen a la plantilla de los principales holdings empresariales. De la misma forma, se ha prescindido de aquellos diestros con apoderados independientes para bajar el presupuesto de un abono que ha dejado a todo el mundo descontento. ¿Se trata de una venganza o una reacción coral orquestada por el estamento empresarial por el cariz que han tomado los acontecimientos? Vaya usted a saber pero si las cosas son tal y como las cuentan, a Casas le podría salir más barato pagar la morterá que le piden en bloque los G-10 de ASM aunque deje a unos cuantos fuera del ciclo. Ésa es la pata coja de las pretensiones de ASM, el sinsentido que podría estar dinamitando el entendimiento. Pero ojo, ¿remendar las combinaciones con toreros de medio tono sin conseguir rematar cartel alguno permitirá vender los abonos al precio de siempre? Seguro que no. En esa tesitura, el enredo amenaza con romper algunas alianzas que, quizá, no son tan fuertes como parece. Aunque a las figuras no les falten razones han manejado muy mal los resortes de sus reivindicaciones. La altura de miras, de unos y otros, ha quedado en entredicho y la presión de los últimos acontecimientos les obligado a sacar nueva tanda de comunicados. En el suyo, los toreros dan un repaso a los logros de los últimos meses y reclaman el 50% de los ingresos procedentes de la televisión.

 “Se han producido insólitas alianzas empresariales y pactos corporativos para malograr nuestra iniciativa. Se han buscado entre nosotros cabezas de turco y van a producirse toda clase de represalias, como ya se desprende de cuanto ha sucedido en la feria de Valencia” ha señalado la Unión de Toreros para dar carta de naturaleza a una guerra fría que llega en el peor momento para la Fiesta. Es curioso, la televisión motivó un cisma entre la torería, hace ya más de diez años. ¿Les conseguirá unir en las actuales circunstancias? Raro, raro, raro…

Y Sevilla… 
Ignoramos en qué punto se encuentran las negociaciones de la próxima Feria de Abril. Tampoco sabemos que si el teléfono de la oficina de la calle Adriano se ha descolgado para los heraldos de All Sports Media aunque Roberto Domínguez, apoderado de El Juli, y Fernando Cepeda, mentor de Perera, no las tienen todas consigo para la ubicación de sus pupilos en un ciclo que, por su idiosincrasia, está obligado a contar con la excelencia. En caso contrario perdemos todos: empresa y toreros pero sobre todo el aficionado, que se retrata en la taquilla pasando fatiguitas sin que nadie le pregunte qué le parece todo este rollo.

(*) Publicado en El Correo y en el blog La tarde colgada al hombro

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