domingo, 25 de marzo de 2012

¿Para qué ha servido el G-10? / Por José Antonio del Moral

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"...Están haciendo el ridículo y un daño tremendo a la Fiesta en un momento muy peligroso. Y el más perjudicado de esta guerra va será quien más está guerreando: El JuLi..."
                                                                                        
¿Para qué ha servido el G-10?

José Antonio del Moral

Es triste decirlo. Pero tras apoyarlo y a la vista de los hechos que están ocurriendo y los que faltan por ocurrir, hemos llegado a las siguientes conclusiones:

Ha servido para que La Fiesta esté bastante peor de lo que ya estaba. Las ferias están siendo mucho peores y ahí han estado las de Castellón y las Fallas, mas las que nos esperan de Sevilla, Madrid…. Y quien sabe las que sigan tanto En España como en Francia en donde la nieblas andan muy bajas y seguro que sus ferias a la baja. La mayoría de los carteles, ramplones, y casi ninguno cerrado. Porque ya me dirán si están cerrados de verdad los que figura Padilla como morboso comodín de circunstancias. Varios toreros importantes fuera de sus carteles. La prensa más o menos complicada en el negocio, poniendo a Fandiño como al ¡Diego Puerta de la actualidad! y a Urdiales como si fuera el no va más. En Nimes hasta le anuncian con una Corrida de Miura para él solito. Estamos todos locos o que…

El G-10 ya casi está partido por la mitad entre los diestros que actúan y los que no. Sus respectivos apoderados nunca estuvieron conformes con el cómo y el cuándo sus poderdantes acordaron entregar sus derechos de imagen en comandita sin darse cuenta de que, en el toreo, cada cual está en el sitio que le corresponde y tiene su respectiva fuerza en las taquillas. Fuerza que, sube o baja, en función no solo del momento que atraviese, sino de la gente que vaya siendo capaz de llevar a las plazas en función de su novedad y/o de su desgaste. 

También, y esto es de pardillos, el G-10 ha servido para que los dos “listos” que se colaron en la reunión recomendados por Curro Vázquez vía Cayetano – este sigue figurando sin serlo y apuntándose a todos los bombardeos sin portar una sola bomba – se lleven una sustanciosa comisión del dineral que se cobra por derechos de unas imágenes, a la postre incompletas por no contar las ferias con todos los toreros que más interesan a los aficionados.

Pero es que el dichoso G-10 también está sirviendo para que empecemos a estar más que hartos de peleas, comunicados, réplicas, contrarréplicas y ruedas de prensa en las que unos se acusan a los otros y viceversa sin parar. Porque, al final, ¿de qué se trata?: Que a todos, toreros, apoderados, empresarios y consejeros de las empresas de imagen, lo único que quieren es dinero, más dinero, sin que les importe para nada la terrible crisis que todos, todos, todos padecemos.

El penúltimo capítulo ha sido la rueda de prensa que ha dado el apoderado de El Juli, Roberto Domínguez, tratando de convencer a los allí reunidos de que el dinero que le ofreció la empresa de Madrid no era el acordado. En este asunto, la confusión a la que se ha llegado ha sido enorme y las “verdades” de unos y otros no ha aclarado nada. Pero, vamos a ver, ¿a quienes creen que importan estas desavenencias? Solo a los interesados y a los periodistas que las utilizan para medrar y hacerse los importantes. Esas cosas siempre ocurrieron y nunca se utilizaron para tirarse los trastos a la cabeza delante de la gente.

Están haciendo el ridículo y un daño tremendo a la Fiesta en un momento muy peligroso. Y el más perjudicado de esta guerra va será quien más está guerreando: El Juli. Y, si no, al tiempo. Porque, ¿qué va a sacar de tanto jaleo? Pasar prácticamente desapercibido en el gran circuito de la mitad de la temporada y ya veremos si también en la segunda. En Francia tampoco quieren pagarle lo que pide y ya se sabe que no estará en casi ninguna de sus grandes ferias. Ni siquiera en Bayona pese a sus muchos triunfos de allí. 

Por muy importante que sea El Juli profesionalmente hablando y eso no hay quien lo discuta, la jerarquía del toreo cambió el año pasado con la consagración como máxima estrella de José María Manzanares y la irrupción de Alejandro Talavante como nueva gran figura. El equilibrio de fuerzas, pues, quedó alterado. No por las características artísticas de cada uno, sino sencillamente porque los que más publico llevaban a las plazas han dado paso a los que más gente atraen ahora mismo. Y eso es así por ley de vida y seguirá siéndolo en el futuro.
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De toros en libertad.com                                                                                         

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